Opinion

Páez y ‘El Libertador’ (V)

Mario Arias Gómez.

Por: Mario Arias Gómez.

El referido encuentro entre ‘El Libertador’ Simón Bolívar y José Antonio Páez Herrera fue fundamental para la independencia de Venezuela, con repercusión por estos lares, al articular en un solo Ejército las fuerzas republicanas, reforzadas por legionarios británicos e irlandeses, constituyéndose el Estado Mayor General, en Angostura, provincia de Casanare -hoy Ciudad Bolívar-, designada capital provisional de la naciente República.

Allí, Simón Bolívar convocó -8 de febrero de 1819- el Congreso de Angostura que deliberó entre febrero de 1819 y julio de 1821, en el contexto de las guerras de independencia de Venezuela y Colombia, integrado por representaciones de las provincias capturadas: Barinas, Barcelona, Caracas. Guayana y Margarita; Casanare y otras de La Nueva Granada, que culminó con la creación de la República de Colombia (Gran Colombia).

Instalado el 15 de febrero/1819, aprobó una nueva Constitución que centralizó el poder, eligió a Simón Bolívar, presidente; creó el Consejo de Gobierno; el Consejo de Estado; diversos Tribunales: Alta Corte de Justicia y el Tribunal de Comercio; se establecieron relaciones con diversos países; fundó ‘El Correo del Orinoco’. uno de los primeros periódicos de Venezuela, órgano propagandístico de la Tercera República, con la misión de contrarrestar la influencia de la ‘Gaceta de Caracas’ al servicio de la Corona Española, que circuló desde el 27 de junio de 1818 hasta el 23 de marzo de 1822.

Bolívar, urgido de ponerse al frente de la campaña militar, pronto encargó del poder al vicepresidente, Francisco Antonio Zea.

La figura relevante del lado español, sin duda fue el General Pablo Morillo y Morillo (39 años) quien al servicio del ejército de Fernando VII, luchó contra el ejército de Napoleón, en la guerra de independencia de España. Delegado por el Rey, enrumbó hacia el nuevo mundo con orden expresa de ser condescendiente con la rebelión de los americanos -según lo expone en sus memorias-. El 5 de abril de 1815 avistó Puerto Santo (Morro Santo), en la costa de Venezuela. Fondeó en Carúpano.

Apodado ‘El Pacificador’, dio comienzo a la llamada ‘campaña pacificadora’. Luego de suscribir un efímero pacto de reconciliación con los rebeldes raizales, partió -vía el puerto de Cartagena de indias- hacia la Nueva Granada, arribando en julio de 1815. Llamó enseguida a la paz, la concordia, ofreció perdón a los habitantes del ‘Corralito de Piedra’, a santafereños, ocañeros, llaneros, venezolanos y franceses alistados en el ejército republicano. Transcribo -literalmente- el pregón engañabobos del hazmerreír en cuestión:

Pueblos de Cartagena vais a salir de la opresión […] este ejército del más amado de los Reyes os cubrirá con su poder y aterrará al que se atreva a molestaros […] pero si os atrevéis a volver vuestras armas contra las de S. M. vuestro país será muy pronto un vasto desierto.”

Desoído, dispuso el 20 de julio de 1815 el sitio de la amurallada, heroica Cartagena, que se extendió hasta el seis de diciembre/1815, fecha en que se abrieron las puertas para que entraran las tropas vencedoras. Fundamentos y colofón que recapitularé más adelante.

Tomada la ciudad, mostró fraguada, ilusoria lástima por el sacrificio de esos “miserables seguidores, de los bandidos que siguen en rebeldía contra el amado Rey de España”, dijo. Toma aplaudida y galardonada por Fernando VII, confiriéndole el título nobiliario de “Conde de Cartagena”.

Morillo llegó a Santafé, en noviembre de 1815, instaurando el régimen de terror que llevó al cadalso -entre otros- a Camilo Torres, Francisco José de Caldas, Joaquín Camacho, José Gregorio Gutiérrez, Liborio Mejía, Miguel Pombo, Jorge Tadeo Lozano, Crisanto Valenzuela, José María Cabal, José María Dávila, Próspero Carbonell, Policarpa Salavarrieta, Alejo Sabaraín Ramos y Antonio Baraya.

Luego de la sangrienta ‘campaña de pacificación’, Morillo regresó a Venezuela – centro de la guerra-. Con su fuerza naval invade la isla Margarita, tomada por Juan Bautista Arismendi (1775-1841) mientras él permaneció en la Nueva Granada, los rigores del clima del trópico hicieron lo suyo, diezmaron sus tropas y la guerra de guerrillas de los isleños, completaron la tarea. Obligándose a regresar a los cuarteles de invierno en Venezuela.

Acantonado en el cuartel general de Achaguas, Bolívar -con sus legiones- lo buscó y enfrentó el 2 de abril de 1819 en las riberas del río Arauca -estado Apure (actual), en la Batalla (decisiva) de las Queseras del Medio o Combate de la Mata del Herradero, culminación de la estratégica campaña de marchas y contramarchas, de sucesivos combates de desgaste en el interior del país. Ofensiva a cargo de José Antonio Páez, escoltado por 153 lanceros, resistidos por 1.200 jinetes de la caballería realista. La posteridad recogió la célebre frase de Páez: «¡Vuelvan caras!” -táctica de contraataque de la caballería que simulaba huir- con la que ordenó a sus lanceros, dar vuelta y atacar a los persecutores.

Los patriotas en ese ir y venir se hicieron al oriente del país, de Guayana, disputaron las líneas del río Orinoco. Guerra de independencia temida como el más rudo, reñido de los conflictos que selló la emancipación de América de España, guerra librada entre 1811 y 1823, con gran repercusión en los demás movimientos autónomos de América del Sur y otros.

Bolívar, en 1819 se unió en Tame-Arauca a las fuerzas al mando de Francisco de Paula Santander, que hacían parte de la división comandaba por José Antonio Anzoátegui, inicio de la Campaña Libertadora de Nueva Granada (Colombia), que partió del territorio venezolano, duró setenta y siete días (27 de mayo – 10 de agosto de 1819), se adentró al país, atravesó la cordillera Oriental vía el páramo de Pisba, libró las batallas de Paya, Tópaga, Pantano de Vargas -corregimiento del municipio de Paipa-Boyacá, batalla realizada en la noche del 24 y la madrugada, mañana y tarde del 25 de julio de 1819, que culminó con la batalla de Boyacá -7 de agosto de 1819-.

Victoria neogranadina que rubricó la libertad de la Nueva Granada, dando paso a la creación de la República de Colombia. Gesta que deslumbró al mundo, resaltó el espíritu militar, dotes de estratega, de guerrero, del egregio, competente, valeroso oficial, teniente coronel, José María Córdova Muñoz, jefe del Estado Mayor de la División de Retaguardia.

Rumbo a la capital, al amanecer del martes 10 de agosto, Bolívar fue Informado en el Puente del Común -ubicado en las goteras de Santafé-, que el virrey Sámano, huía -horrorizado- cual flecha veloz, hacia el puerto de Honda, a lo que ‘El Libertador’ le encomendó la persecución al General José Antonio Anzoátegui y al TC José María Córdova Muñoz, escoltados por reducidos escuadrones de caballería y de lanceros. Quienes al llegar a la histórica ‘Ciudad de los Puentes’, se enteraron de que el objetivo se había embarcado con su séquito, el viernes 13 de agosto hacia Cartagena. CONTINÚA.

Bogotá, D.C., 13 de abril de 2024

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