Opinion

EL 19 DE ABRIL DE PETRO

Natalia López Arboleda

Por:  Natalia López Arboleda – Politóloga UAM – Especialista en Contratación Pública UM.

El reciente decreto de Gustavo Petro, designando el 19 de abril como día cívico en Colombia, ha generado una oleada de opiniones encontradas y debates encendidos en todo el país. La elección de esta fecha, que coincide tanto con el aniversario de la fundación del grupo guerrillero M-19, como con el cumpleaños del propio presidente, ha sido interpretada por muchos como un gesto cargado de simbolismo político y personal, más que una medida genuina para abordar la crisis hídrica y energética que enfrenta la nación.

Es innegable que el M-19 representa un capítulo oscuro en la historia reciente de Colombia, con un legado de violencia y conflicto que aún resuena en la memoria colectiva del país y, designar el mismo día de su fundación como un día cívico, con el supuesto propósito de promover la paz y el cuidado de la naturaleza, parece un intento cuestionable de reconciliar un pasado turbio con la agenda política contemporánea.

Además, la coincidencia de esta fecha con el cumpleaños del presidente añade una capa adicional de controversia. ¿Es acaso este día cívico una celebración genuina de valores democráticos y medioambientales, o más bien una artimaña para ensalzar la figura del mandatario en su día especial? La respuesta a esta pregunta es motivo de acalorados debates en todos los rincones del país. ¿Realmente la declaración de un día cívico logrará reducir el consumo de recursos naturales de manera significativa, o es simplemente un gesto simbólico con poco impacto práctico? La falta de claridad en este aspecto solo alimenta el escepticismo y la desconfianza hacia las acciones del gobierno.

Mientras algunas ciudades principales como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla rechazaron la propuesta de Gustavo Petro de decretar el día cívico, Dumek Turbay, alcalde de Cartagena, decidió adherirse a la medida y ordenar el cese de actividades académicas. El apoyo de Dumek Turbay al día cívico podría tener repercusiones en su gestión, teniendo en cuenta el 76% obtenido en la reciente encuesta realizada por INVAMER. La medida puede ser interpretada de diversas formas por los ciudadanos y sectores de la sociedad cartagenera, lo que podría influir en su evaluación como líder local en el futuro cercano.

Es irrespetuoso pretender que se paralice el país de un día para otro bajo la premisa de un día cívico, sin abordar de manera integral los problemas que enfrenta la nación, porque la situación de Colombia requiere un compromiso continuo y acciones concretas que vayan más allá de gestos simbólicos con múltiples interpretaciones. El día cívico de Gustavo Petro plantea preguntas incómodas sobre la verdadera agenda detrás de esta medida y sus implicaciones para el futuro de Colombia.

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