Opinion

Los jóvenes y la Política *

Como es costumbre, cada cuatro años nos preparamos para vivir la gran fiesta electoral, la fiesta de la democracia; pero parece obligado que cualquier reflexión sobre jóvenes y política comience mencionando la habitual y cotidiana visión negativa de la relación que los jóvenes mantienen, o que por lo menos se ha visto en las dos últimas décadas, con la política.

La imagen del joven apolítico, frío y desinteresado de todo lo que ocurre en ese ámbito tiene su relación con los resultados de las elecciones de los Consejos de juventudes, pues en nuestro departamento los jóvenes aptos para votar eran 221.571 donde solo votamos 23.876 jóvenes en todo Caldas, si ponemos esto en una escala de porcentajes solo el 10,77% participó en los comicios, ahora bien, hagamos el ejercicio con la capital de nuestro departamento, Manizales, dicha ciudad tenia 90.712 jóvenes que estaban habilitados para ejercer ese derecho, pero este solo lo hicieron 8.908 jóvenes, es por eso qué podemos notar que la antipatía y la falta de interés predominan hoy en la juventud caldense. Sin embargo, antes de aceptar como evidentes y notorios los resultados obtenidos en los escrutinios de las bien llamadas elecciones joven elige joven, nos debemos preguntar, ¿por qué la falta de interés de la juventud caldense a la hora de salir a votar?

La falta de interés o la baja participación de los jóvenes en la política caldense puede tener varias respuestas, una de ellas puede ser por la tensión para integrarse en el mundo político: esa búsqueda por lo no tradicional y que se ajuste al modo de vida, acordes con los contextos de experiencias y acciones en los que los jóvenes viven. Muy distinto a quienes han estado en partidos que ya tienen una historia y por ende un nombre que han cosechado a lo largo de los años.

La otra razón, podría ser consecuencia de que las instituciones y sus responsables, muchas veces los mismos jóvenes tienen poca receptividad, fuera de eso, observan en los grupos políticos y en los políticos como tal la forma poco acertada a la hora de expresar una respuesta a las necesidades de los ciudadanos, por tanto, no se identifican ni con aquellos de su misma edad, lo que causa un nivel de desconfianza más alto.

Los jóvenes desarrollan sus propias experiencias políticas en cada contienda electoral que viven, crean sus opiniones y realizan diferentes tipos de análisis alrededor de los discursos y debates que los candidatos ofrecen.

Los discursos grotescos y con incoherencias causan que los jóvenes se abstengan de elegir, no es secreto que los diferentes parlamentarios son acusados permanentemente por corrupción, eso cala y socava en el sentir de la comunidad juvenil, pues les da herramientas para decidir definitivamente en no votar por ese candidato que, habla mucho, pero cumple poco.

Por otro lado, las propuestas que se acercan más a la realidad y que se oyen un poco más ejecutables, son las que cautivan a los que apenas empiezan ese trasegar político y pueden hacerse un imaginario más aterrizado de lo bueno que puede llegar a ser ese congresista para el departamento y, por ende, para toda la nación.

Esperemos que, estos comicios que el 13 de marzo vamos a vivir, los jóvenes salgamos a votar de forma masiva, que se haga efectivo ese derecho, pero también ese deber que tenemos como ciudadanos. Que ese voto que depositemos sea a consciencia, por el candidato con el que cada uno se sienta identificado, que sus propuestas lo cautiven.

Porque en Caldas necesitamos congresistas de nuestra provincia, parlamentarios que de verdad quieran lo mejor para nuestro departamento, dispuestos a gestionar y sacar adelante los diferentes proyectos para el beneficio de cada uno de los municipios de nuestra comarca Caldense.

* Juan Martin Duran Giraldo – Estudiante de derecho Universidad de Manizales.

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