Opinion

Político pobre, Pobre Político

Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.

01 junio 2019

Tristemente con el pasar de los días esta terrible frase con la que titulo la presente columna cobra mas relevancia que antes. “Que las obras no dan votos”, “que habla muy bonito, pero es medio tacaño”, “que yo voto con usted pero que me va a dar”, “Que todos los políticos no sirven para nada entonces es mejor cobrarles cuando se puede”, etc, etc, etc.

La perdida de credibilidad de la clase política con la ciudadanía, la debilidad de los partidos políticos y la captura del Estado por parte de redes macrocriminales especializadas en asaltar el erario público. Son factores que han encarecido de manera exponencial las campañas políticas.

Sin lugar a dudas las campañas siempre han tenido un costo y siempre lo tendrán, pero otra cosa es la compra de elecciones y el abuso del dinero para inclinar la balanza electoral.

En una época en donde a pesar de las dificultades propias del día a día, hay más acceso a la educación, existen mayores canales y mucho mas masivos para nutrirnos de conocimiento e información, en donde a través de internet y a muy bajo costo, instituciones como el SENA pueden impartir clases en la vereda más distante del país, somos cada vez mas ignorantes a la hora de elegir nuestros gobernantes.

Lo anterior podría ser fácilmente rebatido con el argumento de que, por ejemplo, en el congreso han llegado un mayor numero de Senadores y Representantes por la incidencia del voto de opinión, o que por ejemplo en las elecciones presidenciales este mismo voto a sido significativo para algunos candidatos.

Sí, esto es verdad, pero resulta que dichos votos salen de las principales ciudades del país, o de capitales departamentales como Manizales con una alta población universitaria.

Pero como explicar entonces que, en nuestros pueblos, aquellos donde hoy y no antes, se gradúan promociones de universidades que como la Universidad de Caldas han logrado llevar una oferta académica importante, el fenómeno de la corrupción electoral va en ascenso, y no da indicios de disminuir a pesar de contar con una población en teoría más informada.

La explicación está en la pérdida de valores y el afán desmedido por conseguir dinero en el menor tiempo posible.

Resulta inverosímil que hoy se hable de que una campaña a la asamblea en Caldas puede llegar a costar más de 500 millones de pesos, o que una campaña para una alcaldía de uno de nuestros pueblos enclavados en la cordillera pueda sobrepasar los 150 millones de pesos. Que clase de dirigentes estamos escogiendo.

Señor candidato, tristemente tendrá usted que evaluar antes de cualquier apoyo político, los apoyos financieros, hoy la capacidad de gestión o formación e inclusive de buena gestión de su grupo político es menos relevante que en otros días, hoy es mas importante el tesorero de una campaña que el jefe de debate.

¿Que los costeños y los caldenses nos parecemos poco?, nada más falso, máximo si se acercan las campañas.

Solo por la anterior frase, y de a uno por favor: [email protected]

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