Por: Alejandro Loaiza Salazar.
Pareciese improbable que el gobierno de Gustavo Petro diera un viraje que reconectara su gobierno con las mayorías ciudadanas, su desacertada estrategia comunicacional, junto con medidas impopulares, una dosis de “lo mismo de siempre” y la marcada ausencia de liderazgo en escenarios como el del Congreso de la Republica, son indicativos que el péndulo de la democracia se inclinara en las próximas elecciones presidenciales hacia el centro o incluso a la derecha.
Pero tan claro como lo anterior, lo es también el hecho de que la izquierda en Colombia no pasara inadvertida como hasta hace algunos años, jugaran ellos un papel clave y definitivo, tanto por quien hoy ejerce la presidencia, como por sus dimensiones políticas.
Y bajo la idea un tanto creada por las redes sociales, como por la megalomanía, y el fenómeno Duque donde cualquiera puede llegar a ser Presidente, aparecen en la órbita política figuras tan cuestionadas como Daniel Quintero, ex alcalde de Medellín hasta Francisco Barbosa, el cuestionado Fiscal General.
De derecha a izquierda van surgiendo todo tipo de hombres y mujeres, con orígenes políticos y sociales de toda clase, donde podemos encontrar una Claudia López hasta una María Fernanda Cabal. Al parecer en este país, y en Latinoamérica, descartar a un candidato presidencial por excéntrico que sea resulta sumamente equivocado.
Muy bien lo explica el analista Moisés Naín en su libro “La Revancha de los Poderosos”, argumentado que por estos días la fórmula que otorga el populismo, la polarización y la posverdad, son un caldo de cultivo para candidaturas extremistas, excéntricas y profundamente peligrosas, no solamente en Colombia, sino en todo el mundo.
No ha llegado el segundo año de Petro, y muchos están hablando de quien podría ser su sucesor, con la izquierda en el poder, se está demostrando que administrar Colombia no implica que los errores sean producto de su origen y tendencia política, en definitiva, el gobierno de Petro surca los mismos caminos que históricamente ha utilizado la Derecha, las mismas prácticas clientelares, las mismas estrategias burocráticas y quien sabe cuántos más vicios que aún no se presentan con claridad.
La polarización del país dejara en evidencia más temprano que antes, cual podría ser la inclinación hacia el próximo sucesor en el solio de Bolívar, y es que entre más errores cometa el actual gobierno, aunado a la ausencia de liderazgos, le facilitara al ciudadano inclinarse ante cualquier figura que ofrezca el retorno a la “Normalidad”, normalidad de la que nunca nos hemos salido, pues nada extraordinario o extraño está pasando, este gobierno es lo mismo que otros, y este país avanza tan paquidérmicamente como siempre, por fortuna o des fortuna en Colombia nada pasa y todo sigue igual.
Twitter: @AlejandroLSFD