Opinion

CERO VOLUNTAD

EDITORIAL

Con una votación de 84 votos, la plenaria del Senado aprobó este martes el Proyecto de Ley número 097 de 2022 Senado “Por medio de la cual se modifica el régimen salarial de los Congresistas de la República y se modifica la Ley 4 de 1992”, que pretende bajar el salario de los miembros del congreso, iniciativa presentada por el senador Jotape Hernández.

El salario de los congresistas es de $ 43.418.537, dividido así: Asignación básica $ 10.498.210, gastos de representación $ 18.663.490 y una prima de servicios de $ 14.256.837. Se pretende eliminar esta última.

Sin embargo, durante la sesión en el senado en la que fue aprobado, se presentaron varias situaciones curiosas.

Una de ellas fue protagonizada por el Director de la DIAN Luis Carlos Reyes quien dijo que a los congresistas ya se les había bajado su salario aduciendo que “al aprobar la reforma tributaria el Congreso aumentó el impuesto a cargo de todas las personas con altos ingresos, incluyendo a los miembros del Congreso y eso es un pago mayor y en la práctica una reducción de sus salarios”. Indicó que venían pagando anual 114 millones de pesos y ahora pasarán a 169 millones de pesos, un aumento de casi 55 millones en tributación adicional.

También se propuso que esta disminución salarial entrará en vigencia una vez sancionada la ley, sin embargo, a última hora decidieron que sería desde el 20 de julio de 2026, o sea, legislaron para los próximos congresistas y los actuales conservarán todos sus privilegios.

Sin embargo, la tapa de la olla, como se dice coloquialmente, la protagonizó el senador del partido Centro Democrático, Carlos Meisel, al presentar una proposición, la cual fue aprobada, según la cual para compensar la prima que se elimina, se le permitirá a los congresistas ejercer otras actividades económicas o laborales, lo que va en contravía con lo dispuesto en el artículo 180 de la Constitución Política que prohíbe a los miembros del Congreso desempeñar otro cargo o empleo público o privado al margen de sus funciones congresionales, a las que deben dedicar todo su tiempo.

De ser aprobada el Proyecto de Ley con este mico de tamaño de un orangután, no pasará la revisión de constitucionalidad en la Corte y se correrá el riesgo de perderse todo lo logrado. Con esto queda demostrado una vez más, la poca o nula voluntad de autorreformarse del congreso de la república.

Mientras que el congreso no cambie, el país no podrá tener los cambios que tanto claman los colombianos.

Manizales, agosto 27 de 2023.

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