Nuevamente estamos en época electoral, esta vez es el turno para las elecciones territoriales, tal vez las más viscerales de todas.
Las elecciones por los poderes regionales son sin duda las contiendas electorales con mayor pugnacidad, pueblos enfrentados, fanáticos desbordados, y redes sociales a estallar con calumnias, mentiras, difamaciones, junto con todo tipo de estrategias que convierten las campañas más en un ring de boxeo que en un debate programático.
Lo anterior, dado que los poderes locales son los que definen la permanencia o no de las estructuras políticas, son sin duda la estructura primaria de poder, pero además en los municipios categoría 6, 5 y hasta 4, se define quien será el mayor empleador por los próximos 4 años.
El Gobierno Nacional, en manos de la izquierda bajo una coalición denominada como “El Pacto Histórico” no pareciese estar concentrado en dichas elecciones, el Presidente Petro ya definió sus dos más importantes líneas de Gobierno, la Paz Total y recuperar el poder en Bogotá. No quiere decir lo anterior que desconozca otros temas, pero sin duda su agenda por el próximo año, girara bajo la órbita de estos dos elementos.
Así que su mano en las elecciones territoriales no será tan evidente, más aún, con una coalición tan fracturada, donde sus integrantes ven a sus enemigos bajo el mismo paraguas, y donde no contaran con los elementos que un gobierno nacional podría darle a sus aliados.
Para el caso de Caldas, sin duda el elector en gran proporción no se identifica con el actual Gobierno Nacional, es decir, el Petrismo es aún incipiente y casi un lastre para estructuras políticas que acompañaron a Petro en las pasadas elecciones.
Manizales es sin lugar a dudas el territorio más progresista de todo el departamento, pero eso no lo hace ser de izquierda, y en los demás municipios aun las estructuras tradicionales son preponderantemente relevantes y distantes al progresismo.
Solo dos estructuras en el departamento son las más cercanas ideológica y políticamente con el actual gobierno; El primero, el Lizcanismo, con un una afianzada línea política en territorios y no tanto en Manizales; El segundo, un sector del Partido Verde, aquel que maneja Carlos Mario Marín el tristemente célebre alcalde de la capital caldense y su Primo, el Representante Santiago Osorio.
El resto de estructuras, en la práctica o son de oposición o de independencia al actual gobierno.
Con bastante anticipación ya se habla de candidatos y elecciones, en el caso de los pueblos, en parte porque nunca se deja de hablar de este tema, no se ha terminado de posesionar el mandatario de turno, cuando ya se habla de las próximas elecciones.
En Manizales, por el afán y anhelo de cambiar de alcalde, además del prolífico número de precandidatos recogiendo firmas, y en el departamento, por cuenta de una extraña sensación de expectativa, frente a cuáles serán los candidatos que faltan por salir a la palestra pública.
En el caso de Manizales, si no se decanta el gran número de candidatos, se abre la posibilidad de que el voto amarrado de la administración, por mala que sea, llegue a ser decisivo para un candidato apoyado por el sector Petrista del Partido Verde, es decir el administrado por la Familia Marín-Osorio.
Hoy, cuando existe mayoritariamente la sensación de que la ciudad está en manos de un pésimo administrador, de todos los precandidatos, ninguno sale a manifestarlo abiertamente, están perdiendo una oportunidad única.
Para el caso de la Gobernación, aún falta mucha agua por recorrer, y de aquellos que dicen ser candidatos abiertamente, sin duda Luis Roberto Rivas va en punta, pero como candidato casi único, también es el más vulnerable.
En el caso de Manuel Correa, pareciese que su principal contradictor es su jefe Mauricio Lizcano, quien busca afanosamente una alianza con algún connotado hombre o mujer, pues sabe que necesita votos adicionales para entrar a la pelea por la Gobernación.
Aún falta mucho por definir, muchos candidatos por retirarse, por aceptar algún puesto o alguna cifra para su cuenta bancaria, y faltan muchos por aparecer, pero lo que queda claro es que ya arrancaron las campañas.
Adenda: La salida del hasta esta semana Secretario de Cultura de la Gobernación, Lindón Chavarriaga, es una pérdida para el sector cultura en el departamento, deja un importante legado. Pero además deja muchas dudas frente a la estabilidad de los acuerdos políticos regionales.
* Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.
Twitter: @AlejandroLSFD
