Opinion

Petro y Rodolfo; La síntesis de la desconfianza electoral *

Ambos candidatos despiertan enorme desconfianza entre la ciudadanía, los próximos cuatro años serán una prueba de fuego para la institucionalidad colombiana.

Las campañas electorales son momentos en los cuales los participantes en una elección presentan sus ideas o sus estrategias para ganar una contienda electoral, pero, además, visibilizan la naturaleza de los candidatos, exponiéndose a manifestaciones que presentan su verdadera faceta humana, aunque también y últimamente, una sarta de calumnias y mentiras tratando de deslegitimar al opositor.

Pasadas las campañas, la política no termina, el control sobre la gestión de los elegidos, su comportamiento y sus posiciones siguen siendo parte del escrutinio publico.

Las victorias electorales no deben silenciar a la oposición, todo lo contrario, en democracia, el control ciudadano permite visibilizar excesos y yerros de los elegidos, de no ser así, nos encontraríamos ante fenómenos de unanimidad ante las decisiones de los elegidos.

Gane quien gane mañana, de seguro encontrara una oposición férrea de la ciudadanía y de los entes encargados de hacer control político como el congreso.

Gane quien gane mañana, seguramente resultara elegido por cuenta de una apretada ventaja, que espero sea mayor a los 700 mil votos, de lo contrario, una registraduría tan cuestionada y deslegitimada como la mayoría de las instituciones colombianas, tendrá enormes problemas para demostrar su objetiva y parcial gestión.

Ni Petro, ni Rodolfo cuentan con mayorías claras en el congreso, estamos ante la posibilidad, en muchos años, de tener un presidente con mayorías en oposición tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, lo que en principio no seria una situación adversa, pues ambos candidatos despiertan desconfianza en una alta porción de la ciudadanía, de tal manera que si algo necesitamos en el próximo cuatrienio son controles claros y legítimos sobre el ejecutivo.

Se requerirá en estos próximos cuatro años, una eficiente actividad de la Contraloría, Procuraduría, defensoría del Pueblo, así como de las altas cortes para contener posibles excesos de cualquiera de los dos candidatos.

Y aunque duele ver como uno de los dos candidatos desconoce abiertamente la importancia de las leyes y las instituciones, se debe reconocer que el otro candidato fallo en su objetivo por apaciguar una desconfianza de años.

Mi inclinación por Petro es abiertamente conocida, y no podría dar mas razones que las que mejor exponen otros analistas como los Profesores Uprimny y Kalmanovitz los cuales defienden las ventajas de su plan de gobierno y su equipo de trabajo; mi aversión por Rodolfo se basa en su desprecio por las libertades y garantías que dan las leyes y la constitución, y por su mismo desprecio con la ciudadanía que no entiende los peligros de un gobernante que desconoce el Estado y las realidades de las regiones, y que su único enlace con los territorios es a través de las contaminadas redes sociales.

En todo caso, con cualquiera de los dos candidatos, Colombia vivirá en los próximos cuatro años una experiencia política sin paralelo en nuestra historia, y que pondrá a prueba nuestra capacidad de dialogo ciudadano y la eficiencia de nuestras instituciones.

* Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.

Twitter: @AlejandroLSFD

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