EDITORIAL
Hoy ya es el tercer día de enero. Todo indica que este año transcurrirá rapidísimo. Nuestros gobernantes departamentales y locales ya tienen sus planes de desarrollo aprobados, sus presupuestos, hicieron sus empalmes y conocen a perfección sus administraciones.
Esto significa que ya deben de empezar a gobernar en serio, a cumplir su programa de gobierno propuesto a los electores y que finalmente salió ganador.
Si bien el 2020 aceptaba toda clase de disculpas, entre ellas la pandemia, el 2021 es completamente diferente. Lo que no hagan ya no lo hicieron porque en este año sembrarán las bases de lo que ejecutarán y realizarán durante 2022 y 2023.
Este año además tendrá Ley de garantías electorales a partir del 13 de noviembre, la cual irá hasta el 19 de junio de 2022, día de la segunda vuelta presidencial. Es de anotar que la Ley de Garantías Electorales sigue vigente y no fue modificada en la Reforma Electoral aprobada en diciembre en el Congreso.
Seguramente muchos ajustarán sus gabinetes en estos días porque es costumbre que durante el primer año paguen favores políticos y cumplan compromisos electorales. A partir de ahora, se rodearán de las personas con quienes aspiran a terminar su mandato porque finalizado el 2021 ya habrán cumplido la mitad de su período y empieza la cuenta regresiva.
Si el año que acaba de terminar muchos mandatarios disimulaban su ineficiencia con la pandemia, este año la ciudadanía no les permitirá que sigan en la misma tónica, ahora con el cuento de la vacuna.
Las asambleas departamentales y los concejos municipales, en sus sesiones de febrero, deberían solicitarles a sus respectivos mandatarios un informe pormenorizado del avance y ejecutorias de los planes de desarrollo aprobados. Esto sería de gran importancia como control político.
La invitación a las autoridades locales es para que empiecen ya a gobernar en serio y a cumplir con su programa de gobierno porque el tiempo se les agota.
Pensilvania, 03 enero 2021.
