Opinion

“UNA PEQUEÑA PALABRA DE CARIÑO PUDE LLENAR UN CORAZÒN DE FELICIDAD”

Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como Alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.

Esta semana el cotarro periodístico del país estuvo muy agitado por cuenta de otro escándalo por presuntas chuzadas desde una guarnición militar.

Tenemos que recordar la frase del evangelio: “si la sal se corrompe”, y es que tenemos que hacerle un llamado de atención a todos los estamentos gubernamentales. Cada día, los medios de comunicación social destapan una olla podrida en el seno de alguna dependencia del gobierno y nos siguen hundiendo con dicho comportamiento en la desesperanza y no vemos posible alejarnos del remolino de la corrupción en nuestro territorio.

Recordemos a manera de ejemplo varios escándalos dentro de la policía nacional. La famosa comunidad del anillo; el acoso sexual de varios oficiales; el acoso del Comandante de la policía del Huila a una subalterna; el coronel Aldana comandante del Tolima asesinó a su esposa y la descuartizó. Agresiones a periodistas por parte de varios uniformados y recordemos los negocios de la policía en el Bronx.

Los integrantes del ejército colombiano no se quedan atrás en el tema de escándalos. Un general denunció hace un tiempo que una banda organizada lo sacaba del ejército; un general de la república fue denunciado por sus subalternas por acoso sexual; no se pude dejar al lado la conducta más deplorable de varios integrantes del ejército como son los falsos positivos.

Aquí podemos decir como el dicho popular “Que entre el diablo y escoja”. Parecemos viviendo una vieja película. La revista Semana denunció chuzadas y seguimientos a varios senadores de la oposición al presidente Duque. Del cuerpo de la noticia todo parece indicar que dichas operaciones estaban autorizadas por el comandante del ejército y además le entregaban reportes de sus actividades a un dirigente del partido centro democrático.

Parece que no cogemos experiencia. Los organismos de las fuerzas armadas no han querido entender que todas las operaciones encubiertas son susceptibles de ser descubiertas con el paso del tiempo. Hoy en día cualquier persona puede tener aparatos sofisticados de alta tecnología y descubrir el entuerto.

Muchos dirigentes militares y de partidos políticos no han querido entender que hoy nos toca convivir y disputarse el fervor popular con una izquierda intransigente unas veces y moderada otra, pero el poder hay que compartirlo. Se les olvidó que el Departamento Administrativo de Seguridad “Das”, desapareció por dedicarse a hacer estos mismos mandados en la época del presidente Uribe.

No entendemos porqué el ejército nacional se desvía de sus objetivos, de su razón de ser y aparece envuelto en este escándalo. Es hora de retomar el rumbo. La actitud del señor Presidente Duque ha sido como complaciente con los autores. No se nos olvide que todo apunta a que el comandante del ejército, cuando fue retirado, fue porque perdió el respaldo del Presidente y esa fue la razón principal para retirarlo del servicio y no como dijeron, que era por decisión personal.

Qué bueno que la revista Semana haya destapado el accionar de miembros del ejército y que a la mayor brevedad se tomen los correctivos. Amanecerá y veremos dijo el ciego.

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