EDITORIAL
Como afán de protagonismo y falta de seriedad, se pueden calificar dos sucesos políticos de esta semana que acaba de terminar.
El primero es la denuncia presentada por un aspirante al Concejo de Manizales por el Partido Centro Democrático en la cual acusa al gobernador Guido Echeverri por supuesta participación en política aduciendo que el ex candidato a la gobernación, Fabio Arias, lo mencionó durante la rueda de prensa de adhesión a Luis Carlos Velásquez.
La participación en política de un funcionario público está claramente definida en la norma como la acción y utilización del cargo para favorecer electoralmente a determinado candidato o Partido.
En este caso, cuál es la responsabilidad del gobernador porque un actor político lo menciona ? Eso es prueba de qué ?. Es inexplicable que este aspirante a cargo de elección popular por el Partido Centro Democrático, desgaste el aparato judicial colombiano con una denuncia inocua.
En otras esferas, algunos dirigentes políticos han mostrado su incomodidad porque muchas vallas de señalización en Manizales tienen publicidad política del candidato a la Alcaldía, Jorge Hernán Mesa Botero.
Es lamentable el desconocimiento que estas personas tienen de temas de ciudad al no saber que esa señalización es administrada por un operador particular, quien dispone libremente de sus espacios y cobra alquiler por la publicidad que fije en ella.
Esta publicidad política en la señalización vial de Manizales está ajustada a las normas legales y el señor Alcalde no ha incurrido en irregularidad alguna.
Por estas épocas de campaña política muchos están sufriendo de lo que se puede denominar síndrome de paranoia electoral que consiste en calificar como participación en política todo acto de un funcionario público. Los Comités de Garantías Electorales y los organismos de control del Estado, ya están atiborrados de denuncias y quejas, la mayoría de las cuales terminan archivadas por falta de pruebas claras y contundentes; o quién recuerda el nombre de algún funcionario sancionado por este tema ?
Hace varios meses en esta columna hablamos sobre la necesidad urgente de reformar las normas que prohíben la participación en política de los funcionarios públicos porque sencillamente no tienen razón de ser. En la mayoría de los casos estos nombramientos son producto de la recomendación de algún político, y en los casos de cargos uninominales, para ser elegidos los candidatos tienen que hacer proselitismo electoral y adquieren compromisos.
En síntesis, no se puede hilar tan delgado.
Pensilvania, agosto 18 de 2019.
