Por: José Oscar González Hernández – Abogado, expersonero de Manizales, exdiputado de Caldas, exalcalde de Pensilvania –
“¡Ahora si le toca al pueblo! –gritaba Baltasar y le asestaba a la inocente mesa un golpe con el puño”. Cita de Alvaro Salom Becerra en “Al Pueblo Nunca le Toca”.
A mediados del año pasado fue aprobada la Ley 1864 en la que se dispone proteger los mecanismos de participación democráticos y se crean varios tipos penales. Como una labor didáctica de este medio digital me permitiré relacionarlos y en futuras entregas hacer unos comentarios a varias disposiciones sobre el panorama electoral colombiano uy ellas son:
Perturbación certamen democrático.
Constreñimiento al sufragante
Fraude al sufragante
Elección ilícita de candidatos
Corrupción al sufragante
Tráfico de votos
Voto fraudulento
Favorecimiento de voto fraudulento
Mora en la entrega de documentos relacionados con elecciones
Alteración de resultados electorales.
Ocultamiento, retención y posesión ilícita de cédula.
Denegación de inscripción.
Financiación de campañas electorales con fuentes prohibidas
Violación de topes de gastos en campañas electorales.
Omisión de información de aportantes.
Como lo vemos en estos tipos penales hay unos que nos causan risa. Miremos por ejemplo el de la financiación de campañas con fuentes prohibidas; eso no fue lo que pasó con los aportes de la firma Brasileña Odebrecht a las dos campañas presidenciales anteriores. Claro que hay que hacer la salvedad que anteriormente la sanción para este mismo proceder no era penal, pero si tenía sanción administrativa y no pasó nada.
Otro aspecto que quiero reseñar es el del tráfico de votos. Dice la norma que el que ofrezca los votos de un grupo de ciudadanos a cambio de dinero o dádiva para sufragar a favor de determinado candidato incurrirá en prisión; me llama la atención dicha norma porque en todo el país y es la práctica de los aspirantes a Senado de la República que cuando salen a cazar votos en otros departamentos diferentes al suyo, casi siempre encuentran unos señores políticos que en la capital o en su departamento le ofrecen unas caudas que ya cultivaron en otras aspiraciones y siempre se comenta que eso es por dinero. Viene la pregunta del imprudente: ¿Los compromisos que han adquirido los jefes Caldenses para trabajar por candidatos al Senado, no oriundos de este departamento les ofrecieron o les dieron dinero?. Averígüelo Vargas.