Opinion

“ES MÁS FÁCIL PEDIR PERDÓN QUE PEDIR PERMISO”

Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.

En estos tiempos de pandemia con el paso de los días notamos la levedad del tiempo. Los hechos se suceden en una forma tan rápida que llegan las situaciones y nos sacuden por lo sucedido y en unos instantes después, puede ser un día o más, viene otra situación que nos asombra y nos hace olvidar lo vivido anteriormente.

El sacudón de esta semana fue la presentación de la reforma tributaria y la marcha de los opositores a dicha reforma, a pesar del pico de pandemia que estamos viviendo.

No sabemos cuál de los dos hechos es más insensato. Recordemos no más que hace varios meses el señor Presidente de la República en unas declaraciones dejó en forma clara y fehaciente que no iba a cometer un suicidio presentando una reforma tributaria. En forma analítica nos decía el presidente, que una reforma para cobrarle tributos a quien: a los desempleados, a los industriales que cerraban puestos de trabajo porque no hay consumo, o a los rebuscadores del día a día. Ahí el señor Presidente nos mostró sus calidades de estadista. Pero qué pasó? No sabemos que cantos de sirena lo hicieron cambiar de parecer; permitir que su equipo económico piense en gravar hasta los servicios públicos domiciliarios con IVA, o peor aún, gravar los artículos de primera necesidad de la canasta familiar es un despropósito. En esta reforma se abusa de los trabajadores, aquellos que a fuerza de lidia han formado un pequeño capital y a los que crean bienestar en la sociedad.

De la misma manera hay que darle una mirada a la marcha contra la reforma. Al pueblo lo tienen muy encasillado los grupos de presión. Fecode, las centrales obreras, la Colombia humana del señor Petro y a eso agréguele los mandatarios pusilánimes que tienen varias capitales del país que con decir que protegen el derecho a la protesta, dicen cumplir la ley; ojalá esa papeleta no les reviente en sus manos. Es inaudito que los dirigentes sindicales se hayan atrevido a realizar una protesta, propiciando los tumultos en las manifestaciones y con ello pueden contribuir en el incremento de contagiados en la Ucis.

En las manifestaciones se presentaron desmanes y en todas partes las autoridades nos dicen que fueron hechos aislados; cuando aprenderemos a llamar las cosas por su nombre. Es decir, las marchas se desbordaron y hubo destrozos.

Lo cierto del día de la protesta es que las autoridades quedaron notificadas que hay un malestar muy grande dentro de la comunidad, tanto por el manejo de la pandemia, como por la reforma tributaria que siempre pone a los mismos a pagar. Ojalá los partidos políticos se paren en la raya y se sostengan en que no van a negociar ninguna reforma. Esperamos que cumplan.

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