EDITORIAL
Observamos por estos días en varias entidades oficiales, que sus funcionarios han empezado a laborar los sábados para compensar los días lunes y martes 23 y 24 de diciembre, respectivamente, cuando no trabajarán y saldrán a disfrutar de un puente de 5 días y medio porque el viernes anterior, generalmente al mediodía abandonan sus oficinas.
Esta compensación laboral no es más que un engaño a la ciudadanía y al propio Estado. Estos sábados nunca se laboran como un día normal. Primero, no se cumple con la intensidad horaria. Segundo, los funcionarios, en su gran mayoría, se dedican a otras actividades muy diferentes como mirar el reloj cada cinco minutos para calcular a qué horas de “vuelan”. Tercero, al ciudadano no le es suministrada la información sobre estos cambios y generalmente trabajan a puerta cerrada.
Desde el punto de vista práctico, con más de un mes de anticipación, un ciudadano cómo hace para prever que el lunes 23 de diciembre tendrá que acercarse a determinada entidad oficial a adelantar cualquier clase de trámite como un reclamo por una situación que se le presente en esa fecha ?.
De ahí lo poco conveniente de estos cambios de horario laboral en las entidades oficiales. Por qué la empresa privada no lo hace ?. Pequeñas costumbres como esta, son los que ayudan a formar la mala imagen del funcionario público.
Estos funcionarios se deben a la ciudadanía, es su razón de ser, por esto el servicio prestado debe ser íntegro, eficiente y eficaz, incluyendo el horario de atención todos los días hábiles del año como lo estipula la norma laboral.
Esta extraña costumbre de las entidades oficiales también se da anualmente para Semana Santa cuando cierran lunes, martes y miércoles, días hábiles de trabajo.
Cosa parecida sucede en los municipios donde a las Administraciones locales les dio por no laboral el día sábado y el mediodía del domingo, como era la costumbre, lo que era aprovechado por el campesino para salir al pueblo a hacer su mercado, ir a misa y adelantar sus diligencias en la alcaldía.
En otras épocas, los funcionarios de las dependencias oficiales se dividían en dos grupos. Uno gozaba de permiso para no laborar los días preliminares al 25 de diciembre, y el otro los correspondientes al primero de enero. De esa forma se garantizaba la prestación del servicio a la ciudadanía en forma permanente.
Los jefes y directivos de las entidades públicas, sea cual sea la denominación de su cargo tienen la obligación legal de garantizar y coordinar la prestación del servicio a la ciudadanía en forma ininterrumpida durante todos los días hábiles del año.
Manizales, noviembre 17 de 2019.