Por: El Tábano.
En política no hay perdedores dicen por ahí, sencillamente porque cada cual analiza y acomoda los resultados de acuerdo con su conveniencia. Estos análisis son subjetivos y cargados de cientos de argumentos, el más acostumbrado, “repartieron mucha plata”, otro, “perdimos pero aumentamos la votación“. Todos son disculpas.
Leía una publicación de tantas en facebook, donde dice que el pasado domingo el senador liberal Mario Castaño fue un triunfador porque su organización política obtuvo 92 mil votos para la asamblea, aumentaron los diputados de 3 a 5, los concejales de Manizales de 4 a 5 y lograron 14 alcaldías. Este análisis es válido como también es cierto que los objetivos de la organización del senador Castaño eran otros: conservar la alcaldía de Manizales, la joya de la corona; y arrebatarle la gobernación al sector del ex senador, Mauricio Lizcano. Ni lo uno ni lo otro consiguió. Aumentar el número de concejales en Manizales, diputados y alcaldías era secundario.
Se dice que las obsesiones son malas. Y eso le pasó a Mario Castaño. Se obsesionó con Lizcano y ello le llevó a cometer muchos errores. Alguna vez en estas mismas páginas se dijo que por dedicarse a los municipios cono Norcasia tenía descuidado Manizales. Perdió las dos y también La Dorada, la cual no han sido capaces de recuperar para el liberalismo desde hace ya varios períodos. Sus salidas en falso como en Palestina invitando a que un candidato a la asamblea no sacara votos, el lenguaje utilizado en Anserma, el mal manejo de las relaciones con el representante a la cámara, José Luis Correa, y la soberbia, fueron factores determinantes para no lograr sus objetivos primordiales.
La alianza de Castaño con el Centro Democrático fue nefasta. Era un acuerdo con un moribundo en el que sus seguidores jamás se sintieron cómodos. Seguramente lo hizo para congraciarse con el Presidente Iván Duque, a quien la encopetada de doña Adriana y el gritón de Carlos Felipe, ya debieron haberle dicho que perdieron por haberse aliado con los liberales. Mario Castaño no se percató que el discurso uribista está agotado hace rato y estaba tratando de revivir un muerto.
Y le ganó Mauricio Lizcano, desde el exterior, ni siquiera el día de elecciones estuvo en Colombia, apoyando con su organización a dos muchachitos por quienes hace 6 meses nadie apostaba un peso, y se consolida como el gran estratega de la política caldense. Hace varios años se inventó la candidatura de Jairo Quintero a la Cámara de Representantes y lo eligió, y luego a Luz Adriana Moreno Marmolejo recién llegada del conservatismo.
En 2018 postuló a su papá para la Cámara, por quien tampoco nadie apostaba, y lo eligió; y se trajo un antioqueño que no se conocía en Caldas y le colocó 35 mil votos para el senado, derrotando a su contendor de plaza, Hernán Penagos.
Lizcano hasta ahora ha sido un rey midas en la política. Esta vez, sin curul, desde el exterior, sin hacer presencia en Caldas, sin presidente de la república amigo, sin burocracia nacional, sin grandes ostentaciones de dinero y apoyando candidatos desconocidos, le ganó el pulso al poderoso senador Mario Castaño.
El domingo en Caldas solo hubo un ganador, Mauricio Lizcano, aceptémoslo o no.
Bogotá, 30 de octubre de 2019.