Por: El Tábano.
La Ley de bancadas fue creada para colocarle orden y disciplina a los servidores públicos elegidos por votación popular con el aval de un mismo partido. La filosofía es que todos deben actuar en unidad, en bloque y no separadamente para evitar lo que se llama el menudeo en la política.
Es un maravilloso enunciado que en la práctica tiene poco o ningún efecto. En el caso de Caldas el Partido que ha tratado de aplicarla en todo su sentido, es el liberal; sin embargo, en el 2013 tuvieron su primer tropiezo cuando a través de una acción de tutela, unos concejales de Manizales recuperaron su voz y voto en esta corporación después de haber sido sancionados por la Dirección Nacional.
Todo indica que ahora sucederá igual. Se ha querido amedrantar al diputado, Oscar Alonso Vargas, con la teoría que le será aplicada la ley de bancadas para evitar que este haga parte de la coalición que en la próxima asamblea apoyará al gobernador, Luis Carlos Velásquez. Por mucho cacaraqueo que hagan las directivas departamentales del liberalismo, ahí no pasará nada.
La Ley de bancadas no pasa de ser letra muerta, un saludo a la bandera. En el concejo de Manizales 2 de los cinco liberales harán parte de la coalición de gobierno del alcalde, Carlos Mario Marín. También 2 de los 3 conservadores y 1 de los 3 de la Alianza Verde. Curiosamente el nuevo alcalde fue elegido con el aval de los Verdes y sólo uno de los tres concejales lo acompañarán.
En la asamblea también un diputado del Centro Democrático estará en la coalición de gobierno y el otro en la oposición.
Esto sucede en todas las asambleas departamentales y en la mayoría de concejos municipales del país y la explicación es muy sencilla: los intereses particulares priman sobre los de su partido o colectividad.
Los apoyos en contravía de las decisiones de bancada, nunca son gratuitos. Generalmente van acompañados de la expectativa de obtener algún tipo de prebenda o beneficio, aunque en algunas oportunidades, escasas, por cierto, obedecen a las diferencias de criterio con la dirigencia local o departamental.
Lo que sí es cierto, es que quienes desde ya hacen parte de las coaliciones mayoritarias que acompañarán a los próximos gobernantes municipales y departamentales, quisieron llegar de primeros para obtener la mayor tajada posible de la torta burocrática.
Apoyos gratuitos, de eso tan bueno no dan tanto. No olvidemos que son políticos y ellos no dan puntada sin dedal. En enero de 2019 lo corroborarán.
Bogotá, 13 de noviembre de 2019.