Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como Alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.
29 agosto 2019
Ahora que se ha presentado la emergencia en la Amazonía con los incendios allí han salido a la luz pública un sinnúmero de situaciones vividas; muchas son verdaderas, pero hay otras que son fantasiosas. Leímos a una ambientalista contarnos que, al cortar un árbol cualquiera, pero especialmente de la Amazonía que como hace parte de un sistema verde, la naturaleza llora. No es para menos. La tragedia que se vive allí es para sentarnos a llorar.
Con esta emergencia se descubrió, o mejor, nos informaron que allí en la Amazonía cada año se registran un número grande de incendios; este año llevan contabilizados 72.850; hecho que muchos de nosotros ignorábamos que sucedieran, pero también nos puede servir de consuelo que en estos momentos en Angola y en el Congo en el África también hay incendios de la corteza vegetal. Los expertos creen que se necesitarían unos 200 o 300 años para poder recuperar los daños causados en este ecosistema. Para mirar los peligros que sufre la Amazonía por su diversidad y frondosidad de especies, árboles y minerales un árbol insignia el Mogno o el caoba, que es un árbol de altura de hasta 50 metros, muy apreciado en la carpintería por su facilidad de talla y en la selva derribado puede valer unos 20.000 dólares; esto sin mirar el valor de las especies raras y los minerales que allí están inexplotados como el coltán que está de moda ahora.
Para ubicarnos tenemos que averiguar las causas de estos incendios. Una gran mayoría de ellos se debe a quemas ilegales para hacer praderas; igualmente muchos empresarios y terratenientes en el Brasil aprovechan la casi nula fiscalización de los organismos gubernamentales para controlar la deforestación. Para aprovechar este escenario miremos que el hijo del presidente Bolsonaro quien es senador, presentó un proyecto de ley para modificar el código forestal en su país y acabar con las zonas de reserva.
Para mirar la magnitud del daño que se está causando tenemos que la Amazonía absorbe 2.400 millones toneladas de CO2; igualmente el sistema amazónico nos ofrece con sus ríos el 15% del agua del planeta, en la Amazonía viven más de 900.000 indígenas con sus saberes y costumbres en 305 pueblos y estos dependen del bosque. La selva amazónica transporta 20.000 millones toneladas de agua y la esparce por toda América; el 9.5% del total de las especies del planeta viven en dicha cuenca.
Como se puede apreciar dicha región amazónica está sitiada por un poco de personas ávidas de explotar todas sus riquezas, así propicien con su actuar la exterminación del planeta.
Las consecuencias de los incendios en una parte considerable de la Amazonía pueden traer como consecuencia que se corte el ciclo del agua y sin lluvias no hay agricultura y por consiguiente comida, además de allí salen la gran parte de las lluvias del continente.
Con respecto a lo que debemos hacer para enfrentar este reto nos ofrecen diversas situaciones; pero los humanos debemos concentrarnos en tomar medidas desde ya, es decir desde el hogar. Cualquier medida que se tome puede servir, como por ejemplo mermar el consumo de carne. Pero creemos que lo mejor que puede suceder y aprovechando esta crisis es comenzar la Educación para la sostenibilidad. Cualquier medida por insignificante que se adopte puede arrojar unos buenos resultados.
No se nos puede olvidar que en la Amazonía el incendio es el camino fácil para apropiarse de tierras, y hoy parece que las facilidades están dadas.
