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EL SENADOR QUE NO IBA A SER SENADOR

En el mes de noviembre de 2017 cuando el senador Álvaro Uribe Vélez, fundador y jefe del Partido Centro Democrático, anunció que su colectividad presentaría lista con voto preferente al Senado de la República para las elecciones del 11 de marzo de 2018, muchos caldenses pensaron que el gran damnificado con esa decisión sería el senador Carlos Felipe Mejía.

El argumento era muy sencillo: Carlos Felipe Mejía fue incluido en la lista para senado del uribismo en el 2014 por sugerencia de la doctora Adriana Gutiérrez y salió electo arrastrado por Uribe porque no tiene votos propios para alcanzar esa dignidad.

Mejía, nacido el 19 de enero de 1968 en Manizales, es un internacionalista de la Pontificia Universidad Javeriana. De él solo se recordaba en materia electoral cuando en octubre de 2003 aspiró a la Asamblea de Caldas e inundó el departamento de vallas publicitando su nombre y en el escrutinio solo contabilizó poco más de tres mil votos. Una catástrofe electoral. Sin embargo, le tocó terminar el período del diputado Jaime Alonso Zuluaga por renuncia de este para aspirar a la Cámara de Representantes. En 2007 aspiró nuevamente a la Asamblea y se repitió la historia de 2003.

Hombre de carácter recio, voz fuerte y firme, temperamental, disciplinado. Dicen que soberbio, gritón, mandón. No se anda con rodeos y es brusco al decir las cosas. Por ello muchos de sus mismos correligionarios no gustan de él, cosa que, además, poco le importa. Sabe para dónde va y conoce el camino.

En 2014 fue incluido en la lista del uribismo para el Senado en el puesto 17 de la lista cerrada. En esa oportunidad también apostaron sus malquerientes que no alcanzaba. Sin embargo, fue electo y se posesionó como senador y solo le bastaron pocas semanas en al lado del ex presidente Uribe, para convertirse en su hombre de confianza, escudero fiel y amigo leal.

Ello le valió la confianza de su jefe político y el reconocimiento de muchos uribistas pura sangre, quienes le aportaron 10.406 fuera de Caldas, que sumados a los 18.579 obtenidos en nuestro departamento, le dieron nuevamente la oportunidad de estar en el Senado en la próxima legislatura.

Poco a poco ha venido ganándose un espacio de supremacía dentro del Centro Democrático en Caldas. Sin pereza recorre caminos y veredas. Mientras doña Adriana Gutiérrez atiende en su casa a los ilustres visitantes, Mejía está en Pueblo Nuevo o San Bartoló u otro recóndito paraje de nuesra geografía departamental.

Con vehemencia y elocuencia defiende sus ideas y convicciones. Crítico acérrimo del Presidente Santos y de las gabelas excesivas otorgadas a las farc en el proceso de paz. Defensor de los cafeteros. de la seguridad y de los intereses de la provincia. Estudioso y cumplidor de sus deberes parlamentarios. Estos atributos han hecho de él uno de los más sobresalientes senadores de la presente legislatura.

El pasado domingo el pueblo lo premió en las urnas retornándolo al senado y aunque no sea poseedor de un gran caudal electoral en Caldas, merece estar en el parlamento colombiano para que defienda los intereses de esta región.

No he votado por él y creo que no lo haré, sin embargo, a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, dijo Jesús.

En Mejía, Uribe tiene un buen escudero y Caldas un excelente vocero.

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