Opinion

¡SE BUSCAN VIVOS O MUERTOS!

Mario Arias Gomez

Por: Mario Arias Gómez.

Recompensa del gobierno americano por la información que conduzca a la captura -vivos o muertos- de la cleptómana, criminal, espeluznante, intimidante banda que opera libremente bajo el alias de ‘cartel de los Soles’, parapetada detrás de una maquinaria delincuencial, extorsionadora, imputada por crímenes de lesa humanidad, por la CPI, codirigida por el bastardo, canalla, elefantiásico Maburro, los irritantes Diosdiablo Cabello, Padrino López, y los sulfurosos ‘figuretis’, Delcy y Jorge Rodríguez (hermanos), coaligados a brutales terroristas -de mala entraña- ejecutantes: Farc, Eln, Hezbollah y colectivos bolivarianos -paniguados-, represores sin piedad del burlado, exhausto pueblo, inmerso en la más cruda, peor crisis humanitaria y económica de su historia.

Fauna que opera bajo la premisa de que ‘el Estado es un botín y el poder es para saquearlo’. Deleznable realidad -que hace agua- encriptada -sine die- en el ‘Bravo Pueblo’; despótica, insolente cuadrilla de “tiranos”, con influencia a lo largo de los 2.219 Km de la extensa frontera común con Colombia, en la mira de Álvaro Uribe Vélez, quien propone dar de baja mediante una quirúrgica intervención militar externa, tomado en cuenta que se trata de una represiva dictadura que asesina, encarcela, lincha, masacra, sojuzga, veja a los connacionales, que arroja a la hoguera de la diáspora, que suma al menos, 8.5 millones, que forzadamente migraron del amado terruño, para salvar el pellejo, escrutar mejores condiciones de vida, de bienestar, libertad, la cual, según la Agencia para los Refugiados (ACNUR), aumentará en 2025 con al menos un millón más.

Éxodo asentado en los cinturones de miseria del mundo, excitando las tensiones sociopolíticas, inseguridad, estabilidad del entorno, sumado un largo etcétera, mitigando -de paso- el desabastecimiento vital, el acceso a los alimentos, medicinas, movilidad, la hiperinflación, los colapsados servicios básicos, aunados al control de la cotidianidad de la descorazonada, domesticada población, sumida en la desesperanza, pobreza extrema, destrucción de las instituciones democráticas, derechos civiles, propiedad, libertad de expresión, manipulación, robo de las elecciones, como acaba de verse, tras la tozuda búsqueda de la perpetuación en el poder.

Esto, mientras la autócrata, putrefacta, sosa élite se enriquece, incendia, devasta, quiebra al país que, junto a los ciudadanos de a pie, caen al abismo. Sandunga parcializada, maquiavélica, veladamente validada -sin pudor- por el lameculos, presidente Petro, cómplice, defensor, vocero oficioso, en sospechosa armonía con el opaco coro mediático del patibulario en cuestión: Lula, López Obrador -Sheinbaum (reemplazo)-, Díaz Canel, Ortega, Evo, en contraste con la congruencia, valentía ética del chileno, Gabriel Boric, que dejando de lado la ideología, puso por delante la defensa de los valores democráticos, retirando al embajador, enrostrándoles luminosamente: “Desde la izquierda política les digo que el gobierno de Nicolás Maduro es una dictadura”, coincidente con más de medio mundo que repudia la lunática coronación del despreciable, perverso rufián.

Tácito, vergonzoso reconocimiento -dicho sin eufemismo, solemnidad alguna- del espurio acto de consolidación del Golpe de Estado, materializado por el hipócrita, irrelevante, permisivo, pusilánime apéndice del chavo-madurismo, Gustavo Petro, a través del improvisado, minusválido embajador Rengifo, demostrado con el sumiso ‘abrazo de oso’ -ante cámaras-, demostrativo del perdón de lo imperdonable, el amañado, burdo, consumado, monumental chocorazo, históricamente sin comparación.

Gemelo gesto a la escatológica, procaz oda al chavismo -un insulto a la inteligencia colectiva, a las víctimas- en la que Petro exalta, glorifica a Maburro, lo gradúa de héroe revolucionario, por desafiar al ‘imperio’, resistir el bloqueo, las sanciones; agresión externa -agrega- causante de las penurias en que sucumbe Venezuela; sofísticas, distractivas sinrazones con las que intenta disfrazar el saqueo de las riquezas del pisoteado país, mientras la población huye del hambre, la muerte, tras un auspicioso futuro; hurga nuevas oportunidades negadas por el delincuencial, rancio régimen.

Disculpa implícitamente el escamoteado del genuino, holgado, incontrovertible, probado, inapelable triunfo -certificado por el prestigioso Centro Carter- del electo Gonzáles Urrutia, liderado por la aguerrida, altiva, valiente María Corina, heroína, nueva libertadora del deprimido, reprimido, ultrajado, violado pueblo en sus derechos humanos, por el empotrado delincuente que copó todos los poderes del Estado, desvió -en provecho propio- el erario, utilizado como moneda de cambio, el sufrimiento de sus compatriotas. Delitos absueltos, justificados como ignoradas las responsabilidades que la historia condenará, con la pena del desprecio popular, del ostracismo a los impronunciables, autor y encubridor, que cual baldón cargarán hasta la tumba.

Tramposo, trillado libreto de la izquierda para hacerse al poder, perpetuarse mediante el rompimiento de las reglas del juego democrático con las que lo alcanzó, para proceder -enseguida- a impugnar, trivializar -por arcaica- la democracia que, para Winston Churchill “Es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás”.

Intervención humanitaria -sinónima de Intervención militar- que persigue -sin el consentimiento del Estado- proteger a los civiles bajo el amparo de la Resolución 60/1 de 2005 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, referida a “La Responsabilidad de Proteger”.

‘Intromisión humanitaria’, años atrás solicitada desde esta tribuna, la cual no implica la afectación, anexión territorial, sino aliviar el calvario de los venezolanos, en el marco de los principios plasmados en la Carta de las Naciones Unidas: la soberanía; no intervención en los asuntos internos de otros Estados; prohibición al uso de la fuerza armada, pilares del derecho y las relaciones internacionales.

Carta que, aunque en el cap. VII no se refiere explícitamente a la ‘intervención humanitaria’, por la vía interpretativa -no escrita-, hace referencia a la obligación de los Estados de proteger a sus ciudadanos de crímenes atroces, como el genocidio y otros crímenes de lesa humanidad como la tortura, desaparición forzada, etcétera.

Aislada tiranía, asentida por las análogas: Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Cuba, Nicaragua, Bolivia, por solidaridad ideológica y apócrifos, híbridos intereses nacionales, que para ellos pesan más que el ominoso, masivo fraude y vulneraciones a los DH. Brillaron por su ausencia en el delirante enaltecimiento del convicto, impúdico, libertino criminal: la ONU, Unión Europea (27 países), Estados Unidos, Canadá, Francia, países que públicamente reconocen como presidente legítimo a Edmundo González.

Investidura vetada en la OEA por: Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Jamaica, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, por “carecer de legitimidad democrática y pruebas verificables de integridad electoral”.

Bogotá, D. C., 18 de enero de 2025
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