Por: Mario Arias Gómez.
No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista’, preaviso del mediático, postrer, siniestro período del ensimismado, odioso, impostado Fiscal General -parásito que avergüenza- que mudó a defensor del innombrable y opositor político del presidente Petro, colmando la paciencia de quienes no tragamos entero, que nos tiene en ascuas, hasta la coronilla, al presuponer que los operadores de la diosa Temis comadrean, se pronuncian, rezongan a través de sus sentencias.
Gente que considera incorrecto el comportamiento de cacatúa desempeñado por el desbordado, locuaz ‘figureti’ en cuestión, furtivo actuar, que tiene como mira la presidencia de la República, pensando que si el repudiado ágrafo, Iván Duque, pudo, por qué no el autocalificado ¡mejor Fiscal del mundo!; impresentable pareja de eunucos sacados del anonimato -con espejito- por el omnipresente verdugo de Colombia.
‘Horrible noche’ que hoy, 18 de noviembre, le falta -para que termine- 86 eternos días, esto, en la medida que el mediocre pulgarcito mentiroso -de segunda fila- no se salga con las suyas, no le cuaje la prórroga que intenta manipular mediante el encargo de la vicefiscal -según confesión de parte-, propósito dado a entender -suelto de huesos- consistente en que la CSJ, le dé larga a la elección del reemplazo.
Algo ya ocurrido, pues en principio su período completaba los dos escasos años faltantes a Néstor Humberto Martínez, lo cual, ¡Oh sorpresa!, acomodaticia, complaciente, extrañamente lo extendió la Sección Quinta del Consejo de Estado, ponencia -nada honrosa- de la magistrada, Lucy Jeannette Bermúdez, al malinterpretar el artículo 249 de la Constitución, concluyendo que “el periodo era personal y no institucional”; el cual transcribo literalmente: “El fiscal general de la nación será elegido para un periodo de cuatro años por la CSJ, de terna enviada por el presidente de la república y no podrá ser reelegido”.
Vocación electiva agotada, agregado el que la usurpada ‘función interpretativa’, es patrimonio exclusivo y excluyente del Tribunal Constitucional (TC).
Fiscalía desfigurada desde entonces, en la que ha prevalecido el amiguismo, causa del ignominioso segundo puesto que en el escalafón de los entes públicos más desprestigiados de Colombia ocupa corroborado por World Justice Project, que valoró la efectividad del sistema de investigación criminal, mereciéndole el penoso 134avo puesto de 140. ¡No me diga más!
De no estar Petro como Presidente el indeseable, intratable ‘vivo’ estuviera haciendo maletas rumbo a una embajada de cinco estrellas -en cura de reposo-, con cargo a los mansos contribuyentes, antesala de la soñada candidatura presidencial de 2026.
Hay que escribir la Historia para no olvidarla, deducción que complementa el aforismo hebreo: “recordar para no olvidar”. Maletas (tres) que a hurtadillas retiró -con dos portavestidos y dos máscaras venecianas- Walfa Téllez (esposa), con los escoltas, del edificio World Business Center (piso 5) -Subdirección Nacional de Bienes- donde la Fiscalía almacena elementos incautados, retiro efectuado -recalco- del ente investigador, de salas confinadas con sellos de seguridad, por quien no era funcionaria; anomalía registrada -video del lunes 6 de septiembre/ 2021, 8:55 p. m.
De haber sido elementos de su propiedad -en gracia de discusión-evidencia qué dicho local de uso oficial, pago por el erario, el muy confianzudo Fiscal, abusivamente lo tenía habilitado como ‘cuarto de San Alejo’ familiar.
Indelicadezas, abusos a los que sumo algunas otras muestras: Dora Priscila Muñoz y Sara Inés Segura, operarias asignadas a la cafetería, cuyo horario de trabajo coincide con el tiempo en que pasaban en casa del Fiscal. Los escoltas encargados de sacar a mear y a y a pasear las mascotas (aclaro que llevaban bolsita): Bell (un bulldog francés) y Laika (una french poodle), en camioneta oficial blindada, Nissan Navara, color gris plomo de placas GAQ057; Ver: https://www.youtube.com/watch?v=NcO7n4hCZSk&ab_channel=HOYNOTICIASAGENCIADEMEDIOS
Otros custodios ocupados en acompañar la familia política; el Jet de la Fiscalía, como el avión de la Policía, utilizado para asuntos no misionales; recuérdese el célebre paseo a San Andrés -con esposa, hija, amiguita, justificado con una frase para enmarcar: “yo antes que fiscal soy padre que no desampara a ninguna hora la hija”.
Una más: El trueque burocrático con el Contralor, quien nombró (Felipillo= a la esposa del Fiscal, Contralora delegada para el Medio Ambiente, ella con estudios -Finanzas y Relaciones Internacionales- sideralmente opuestos a los requeridos por el cargo; Fiscal que devolvió atenciones nombrando a la pareja del Contralor -la ‘Viuda Negra’- directora ejecutiva de la Fiscalía.
Expediente del ‘abuso de poder’, que permanece olvidado -con telarañas- en algún empolvado estand de la ‘Comisión de Absoluciones’ de la Cámara; escándalo que precipitó las recíprocas renuncias, cesando la acción judicial que buscó removerlas, pero no borró lo delictual. El principio del derecho administrativo referido al poder discrecional de los precitados manguianchos personajes, que enmascararon el condenable acto, no absolvió el Régimen de inhabilidades, conflictos de interés, incompatibilidades subyacentes.
Control de legalidad que sigue vivito y coleando, aludidos a los principios generales constitucionales del derecho; a la buena administración; a las reglas del sentido común, enmarcadas en el marco de la irracionabilidad. La pretendida no violación de norma positiva predicada, socavó el imperio del derecho; desfiguró el principio constitucional de la buena fe, el sentido de la virtud pública, inherentes al cumplimiento de los deberes y responsabilidades ciudadanas.
Y como cereza sobre el pastel -para terminar- refresco el que un mes antes de renunciar Walfa, suscribió una glosa con “17 hallazgos” a los objetivos de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, PTAR Salitre, incluido el “plan de mejoramiento”. Poco tiempo después, asumió la dirección de Ríos Sostenibles, firmando, en tal condición, un contrato por $190 millones, con la misma cuestionada empresa sobre la que había ejercido el control fiscal, cuyo objeto contractual fue: desarrollar el plan por ella diseñado como servidora pública.
Conflicto de interés, violación del régimen legal de inhabilidades e incompatibilidades, con una pena mínima de 4 años de prisión y una máxima de 12. Denuncia sobre la que el fresco -que digo- ‘probo’ Fiscal-esposo, no montó el acostumbrado show mediático, ni publicitó el innegable conflicto de interés que le obligaba pedir -ipso facto- a la CSJ, designara un fiscal ad hoc, obligación soslayada, con una recursiva -¿fraguada?- comisión, encargo a la teledirigida vicefiscal, subalterna que corrió a desengavetar la denuncia, designó al comodín con la mira en un cantado, torcido archivo.
Corrosivas arbitrariedades, incorrecciones que ‘adornan’ al insolvente -legal y moral- dictadorzuelo que no merece vivir, causa de la desgracia que en materia criminal lapida al país, mientras el engolosinado Fiscal se ocupa en urdir -con saña-, en denostar, escenificar artera demonización del Gobierno; en lanzar -a mansalva- meticulosos, envenenados dardos con indudable trasfondo político.
La gente decente -que no traga entero- rechaza sin hipérbole la desembozada participación política, la falta del respeto -debido- hacia la majestad de la investidura encarnada por el presidente Petro. Cosmética, envanecida, sobreactuada medianía -venida a más- que se derrite, orina, frente a una cámara de TV o un micrófono abierto, en los que el saltimbanqui de marras muele sus acaloradas, encendidas, fastidiosas, trilladas diatribas, prédicas que buscan posicionar -sin asomo de duda- su alma de cándido candidote.
Escudriña los rompecabezas y enigmas que asolan al país que por supuesto él solventará, sin que olvide las infaltables, inusuales, cuotidianas baboserías, melindres, remilgos al despiadado gerifalte, que cooptó la Fiscalía; zalemas, cuota inicial de la viche candidatura, abonada con la traída de los cabellos preclusión que impulsa -solícito- por los amanuenses a su servicio, desnudados por las no negociables, valerosas juezas y el Tribunal Superior de Bogotá, que le enmendaron -de paso- la plana al indigerible, desquiciado, intocable, servil, soberbio jefe, que se cree con pasta de héroe, con inmunidad para hacer y deshacer, pisotear la Constitución y las leyes.
Bogotá, D.C. 18 de noviembre de 2023
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