Opinion

Ha difícil que la tienen…

Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia. Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.

Ser líder de un grupo político no es solamente asegurar su puesto a través de los votos, es sostener la confianza que se despertó en campaña y que motivo la elección. Y esto último sí que es difícil.

Claro que las campañas son arduas, costosas, y desgastantes, sin embargo, llegar al poder no es tan difícil como sostenerse en él, máximo cuando las herramientas, los soportes que dieron lugar a anteriores elecciones se resquebrajan.

Jefes que ya no están, aliados que no llegaron y condiciones que no se esperaban, son elementos que desembocan en un análisis para redefinir prioridades y decidir cómo y de qué manera mantenerse en el poder.

Un Senador cuyo candidato a la presidencia no triunfo, un Representante sin alcaldes aliados, un diputado sin gobernador, y un concejal sin alcalde son algunas de las realidades con las que debe jugar el elegido.

Hoy no son pocos los Senadores y Representantes que guardan silencio frente a sus bases, se podría decir que esta pandemia, fue la disculpa perfecta, un oasis de excusas, para enfrentar los airados reclamos de quienes depositaron su confianza en ellos esperando algo a cambio, y que hoy ven como todas estas promesas no tienen la mínima pisca de hacerse realidad.

Con que frecuencia durante estos casi 70 días de confinamiento se habrá utilizado como excusa el COVID para evadir las responsabilidades que había con los electores. Cuantos problemas no tendrán los “jefes” para sostener sus equipos cuando esta crisis, que no ha llegado a su punto crítico, detone con toda su fuerza, y el inconformismo con todo aquel que tuviera algo de responsabilidad con las comunidades sea el común denominador.

El COVID no solo cambio nuestra normalidad, cambiara también los círculos de poder, y muy pocos están entendiendo esta realidad, muy pocos están preparados para afrontar los nuevos retos, y desde ya se vislumbran las desbandadas.

Lo peor es que no hay mucho para donde coger.

Adenda: NO fueron poco los señalamientos a raíz de mi anterior columna. Debo decir que, en mi concepto y análisis, nada más peligroso para nuestra democracia que la polarización y el ataque a nuestro contradictor como si fuera enemigo, llámese Claudia López, Uribe, Petro o Duque nunca en el debate público se deben traspasar los límites de la dialéctica, y menos cuando se trata de vulnerar derechos o libertades. Lo demás debe dejarse en manos de la Justicia, y repito, si el problema es precisamente la justicia entonces el debate es otro.

Twitter: @AlejandroLSFD

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