Opinion

FALTA PELO PA´MOÑA

EDITORIAL

Los adagios populares, refranes o dichos, sintetizan el comportamiento y vivencias de los seres humanos. Son el producto de la recopilación de experiencias duramente muchas décadas, de ahí su hondo contenido y sabiduría.

También se aplican en política y podemos recordar algunos como Es mejor malo conocido que bueno por conocer, los pueblos tienen los gobiernos que se merecen o el que es no deja de ser.

A la mayoría del electorado manizaleño le dio por experimentar en las urnas en las pasadas elecciones de octubre de 2019, eligiendo a alguien dizque distinto y que no perteneciera a los grupos políticos tradicionales, y fue así como Carlos Mario Marín Correa salió electo como alcalde de Manizales; y empezó Cristo a padecer.

En este mandatario todo es extraño, entre penumbras, nunca se sabe con exactitud el trasfondo de sus actuaciones como gobernante. Gobierna para las redes sociales, es muy livianito como burgomaestre y cabe la pregunta si estaba preparado para semejante responsabilidad.

 ¿Que Carlos Mario no pertenece a las organizaciones políticas tradicionales? Mamola. Fue militante activo del Partido de La U en Caldas, allí tuvo sus inicios y ellos siguen siendo sus amigos. Simplemente buscó cobijo en el Partido Verde porque era el de moda en el momento, y ante la carencia de liderazgos en Caldas, con sus gritos y excentricidades logró escalar rápidamente.

Su primer gran acto de hipocresía como alcalde fue el nombramiento de su gabinete municipal. Dijo que no nombraría cuotas políticas y fue lo primero que hizo. Todos, absolutamente todos, sus colaboradores fueron apadrinados por alguien. Simplemente los maquilló de técnicos y exigió que no fueran militantes activos en los grupos políticos a los que pertenecen. Solo Meneses, el pereirano que salió corriendo al ver el desastre que se avecina; y la Secretaria de La Mujer y Equidad de Género, se pueden catalogar como independientes.

Son muchos los agujeros negros que como alcalde tiene Carlos Mario Marín. Sus extrañas desaparecidas durante varios días, sus permanentes hospedadas en el hotel de la Reserva Natural Río Blanco en compañía de dos o tres concejales y de amigos cercanos violando las normas del aislamiento obligatorio y la prohibición de ocupar instalaciones hoteleras, su bipolaridad con sus compañeros de gabinete, su egolatría, sus ansias de poder y afán desmedido de querer ser Presidente de Colombia, sus aires de influencer, entre muchas cosas más, las cuales es mejor no mencionar.

Dos hechos que se pueden catalogar de delicados, sucedieron durante la última semana con respecto al alcalde de Manizales. La Procuraduría abrió investigación al Secretario General de la Alcaldía, Juan Camilo Arroyave Ocampo, por presuntas irregularidades en la firma de un contrato en abril con Telecafé por 470 millones de pesos para que el manejo de imagen de la administración municipal, la estrategia de medios y sea el operador logístico de eventos. Algo raro hay ahí porque el canal está subcontratando estas actividades.

Y para completar, Carlos Mario prácticamente enterró el proyecto de área metropolitana al faltonearles a los demás alcaldes y cambiar las reglas de juego del pico y cédula cuando habían acordado actuar de común acuerdo. Ello originó airada reacción del alcalde de Villamaría. Desde el desayuno se sabe cómo será el almuerzo.

Indiscutiblemente muchos jóvenes han adquirido a través de las urnas grandes responsabilidades y ocupan importantes posiciones en el gobierno nacional, teniendo buen desempeño con excelentes resultados. Sin embargo, necesariamente ser joven no siempre es sinónimo de seriedad, capacidad y, sobre todo, responsabilidad.

Nos quieren hacer creer que por el solo hecho de ser joven se es mejor que el resto de mortales, y a la mayoría, entre ellos al alcalde de Manizales, les hace falta mucho pelo pa´moña.

Pensilvania, mayo 24 de 2020.

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