Por: Luis Alberto Giraldo Fernández – Ingeniero Civil – Diputado de Caldas.
La época navideña siempre trae consigo una invitación a la reflexión y a la esperanza. Es un momento para valorar lo que hemos logrado como sociedad y proyectar con optimismo los retos que enfrentaremos en el nuevo año. Para nuestro Departamento este 2025 debe ser el año en que demos de nuevo pasos hacia una agenda estratégica que nos permita volver a ser y seguir siendo una de las regiones más avanzadas y prósperas de Colombia.
En mi columna anterior hablaba de que unidos podemos y que Caldas tiene todo lo necesario: riqueza cultural, biodiversidad, ubicación estratégica y, sobre todo gente maravillosa; tenemos las bases para construir un desarrollo sólido y sostenible. Sin embargo, este sueño requiere un esfuerzo colectivo de Comunidad, Academia, Empresa y Estado quienes debemos unir fuerzas para trazar una hoja de ruta que nos guíe en los próximos años.
Lluvia de Proyectos: una visión compartida para transformar la región
El primer paso hacia ese futuro es identificar entre todos, las iniciativas que realmente marcarán la diferencia hacia unas tres décadas; en cada rincón de nuestro departamento, desde las veredas más alejadas hasta los centros urbanos y en nuestra capital, existen necesidades y sueños que deben ser escuchados y plasmados en proyectos concretos.
Propongo que durante este 2025 hagamos una gran «lluvia de proyectos ESTRATÉGICOS» que recoja las mejores ideas de todos los sectores, construyamos un gran pacto territorial por el desarrollo de Caldas que no solo priorice los proyectos más importantes, sino que también establezca compromisos claros de cada sector para que, trabajando unidos, logremos atraer recursos suficientes y garantizar la ejecución de nuestras iniciativas.
La ciudadanía debe ser protagonista, planteando las soluciones que requieren sus comunidades y haciendo veedurías a la implementación de estos; debe ser activa y vigilante, aportando ideas y exigiendo transparencia.
Los gremios productivos y empresariales tienen la experiencia y la capacidad para señalar inversiones estratégicas que impulsen la competitividad regional; deben ser motor de desarrollo, invirtiendo y generando empleo.
Nuestras universidades, como las mejores de Colombia, deben liderar la estructuración técnica de estos proyectos, garantizando que sean viables, sostenibles y de alto impacto; deben ser la guía técnica y científica, asegurando que nuestras decisiones estén respaldadas por el conocimiento.
El Estado, a nivel departamental y municipal, debe garantizar los recursos y la ejecución de los proyectos, con eficiencia y rendición de cuentas; articular con el nivel nacional y la cooperación internacional para financiar el sueño colectivo.
Las áreas clave para esta agenda son evidentes: infraestructura vial, innovación tecnológica, turismo sostenible, energías limpias, agroindustria, fortalecimiento educativo, entre otras; sin embargo, lo importante no es solo identificar qué hacer, sino cómo hacerlo.
Esperanza y acción para el 2025
Este 2025 debe ser un año de decisiones valientes. La época navideña nos recuerda que juntos somos más fuertes, que la unión en torno a objetivos comunes nos permite superar los desafíos más grandes. Así como en nuestros hogares nos reunimos para celebrar y planificar el futuro, también en Caldas debemos hacerlo como región.
Mi invitación es clara: que esta Navidad nos llene de esperanza y que el nuevo año sea el punto de partida para construir, con determinación y trabajo colectivo, la Caldas que soñamos. No permitamos que las diferencias políticas, los intereses particulares o el pesimismo nos distraigan de lo esencial: trabajar por el bienestar de todos los caldenses.
En la próxima columna les hablaré de algunos proyectos y sectores que pueden ser ejemplo de en qué enfocarnos hacia el 2050, hoy deseo a todos unas felices fiestas, cargadas de amor, unidad y reflexión. Que el 2025 nos encuentre trabajando hombro a hombro, construyendo proyectos que trasciendan generaciones y consolidando a Caldas como un modelo de desarrollo sostenible e inclusivo.
Manizales, diciembre 12 de 2024.

