Por: J. F. Paz – Exmagistrado / Consultor. – Presidente Tribunal de Control Ético del partido liberal colombiano.
Con ocasión de los 175 años de fundado el PL Colombiano, sea propicio el momento cuando desde las altas esferas de gobierno, y organismos electorales se adelanta una desleal campaña de deslegitimación, para evocar la memoria de su fundador José Ezequiel Rojas Ramírez, nacido en Mira Flórez el 13 de septiembre de 1803, departamento de Boyacá, donde era oriundo también el general presidente Santos Acosta.
Recordar los antecedentes de los nacimientos de los partidos políticos que desarrollan sus actividades proselitistas que permanecen activos, siendo los más antiguos los dos partidos tradicionales ingleses, los whigs quienes comenzaron a llamarse “liberales” solo hasta 1868 y los tories, inicio del partido conservador, el tercer partido más antiguo y que aún hoy existe es el partido demócrata de los EEUU de Norteamérica, luego los dos partidos Uruguayos, el colorado y el blanco o nacional, siguiendo en ese orden de ideas como sexto el partido liberal colombiano, surgiendo como tal el 16 de julio de 1848, el séptimo partido conservador de Colombia fundado el 4 de octubre de 1849 por Mariano Ospina Rodríguez.
Reseña la historia que los dos fundadores de los partidos tradicionales de Colombia, Ezequiel Rojas y Mariano Ospina, participaron en la conspiración de la noche septembrina en contra de la vida del libertador Bolívar, el primero sirviendo como campanero desde la casa del coronel White, mientras el segundo ingresaba con sus seguidores a los aposentos de la casa presidencial denominada hoy como “San Carlos”.
Este lamentable episodio obliga a Ezequiel Rojas a su destierro, tratando de regresar en 1830, pero la dictadura de Rafael Urdaneta se lo impide, haciéndolo en 1832, para ser elegido representante a la cámara por la provincia de Tunja.
El 16 de julio del 1848 era un domingo, día de la virgen del Carmen, en un país en donde el 90% de la población era analfabeta y de los 2.400.000 habitantes que tenía la Nueva Granada, solo 20.000 niños acudían a la escuela primaria en todo el país, y Bogotá una pequeña aldea con 40.000 habitantes.
En esta histórica fecha se publica en el periódico bogotano, “El aviso”, un artículo que llevó por nombre la “Razón de mi voto,» cuyo autor Ezequiel Rojas proclamaba la candidatura a la presidencia del general José Hilario López, el libertador de los esclavos, donde expresó por primera vez la plataforma doctrinaria del partido liberal, como un partido que quiere democracia verdadera, un sistema representativo real y autentico y no de apariencias, que las libertades públicas y los atributos de la soberanía nacional se garanticen suficientemente y no se le deje expuestos a ser invadidos y usurpados, hacer realidad los derechos individuales, el imperio de la ley y no a la voluntad de los funcionarios de turno, una justicia imparcial, leyes claras precisas y determinantes, un partido liberal que al conferir los cargos públicos solo se tenga en cuenta en mirar el buen servicio a la sociedad, atendiendo a las aptitudes, capacidades y probidad para desempeñarlos, de igual manera rechaza conferir destinos en recompensa de servicios personales prestados para premiar un voto a favor de alguna persona o dado en alguna cuestión es desmoralizar la sociedad, un crimen institucional, propende por retirarle al ejecutivo la facultad discrecional de disponer de las rentas públicas por medio de contratos celebrados a su arbitrio, tema hoy muy recurrente por parte de los ordenadores del gasto.
Todo este catálogo de ideas programáticas del P.L nos dejan muchos interrogantes por la política presente, opuesta a los principios referidos, evocando sean rescatados y desarrollados a cabalidad por quienes llevan la conducción presente del P.L., que si bien ha sufrido desvaríos sabrá sobre ponerse a las dificultades del pasado como consecuencias de la violencia partidista y de las ambiciones sin horizonte de algunos que han deshonrado tan importante credo político a quienes la historia los sabrá juzgar, alistando sus huestes para convertirse en alternativa de poder como lo reclama con ahínco su militancia.
Nuevos vientos para el liberalismo colombiano, recordándole a quienes han desertado de esta corriente ideológica el enunciado de Alejandro Dumas: “El partido liberal triunfará más tarde o más temprano a despecho de los apostatas que lo han traicionado por cobardía o por conveniencia. Entonces sabrá hacer distinción entre los que le hayan quedado fieles y los que cobardemente le hayan vuelto la espalda”.
Muchos años más de vida institucional.
ADENDA. A propósito de los contratos de parientes cercanos a ministros con dependencias del orden nacional en el gobierno del cambio, conveniente le dieran una lectura a la figura del Nepotismo, su definición y naturaleza jurídica, que si bien esas vinculaciones pueden tener un manto de legalidad, sin ingresar al campo del conflicto de interés, podrían estar lindando en actuaciones antiéticas que atentan contra la moral administrativa, que nos hace recordar la frase del profesor Luis Carlos Pérez cuando aludía a las INMORALIDADES NO PUNIBLES.
Adenda dos: El Incumplimiento, más viajes al exterior, 21 en once meses de gobierno, característica del ejecutivo, mientras el orden público desbordado y la seguridad ciudadana en entredicho. Formas de gobernar.