Opinion

¡POBRE DIABLO!

Por: Mario Arias Gómez.

Con profundo asco, repugnancia me ocupo -contra mi voluntad- del decimonónico, ávido, extravagante, insignificante, omnímodo, turbulento Fiscal general, pobre diablo sin principios que, prevalido de su poder temporal, se cree un ser predestinado. sanctasanctórum que se comporta como amo, señor y dueño de la vida, honra y libertad de los exasperados, indignados colombianos.

Hipócrita, maléfico hazmerreir que padece de un enfermizo, frenético afán de figuración, extendida a su caprichosa, destructiva, estrambótica agenda política que trata de imponer, visibilizar, atada a sus agresivos, intimidantes, retorcidos puntos de vista sobre la marcha, la problemática del país que expone, incansablemente, a mañana, tarde y noche sin corresponderle; entrometimiento que coadyuva a plantar, provocar la confusión, incertidumbres reinantes.

Ladilla que deja mucho que desear, respecto a la visión que tiene sobre la justicia y el papel que constitucionalmente le corresponde desempeñar frente a ella, que no dudaría en llamar -luego de despojarlo del antifaz con el que actúa- injusticia, tomado en cuenta sus reiteradas: conducta, desempeños generadores de desconfianza social, miedo, rechazo, dado el principio que practica: “Para mis amigos, todo; para mis enemigos, la ley”. Inmoralidades, sicariato moral -valga la redundancia- en contra de adversarios, contradictores, opositores, comportamiento interpuesto a los altos, caros intereses de la nación, a la seguridad jurídica que le obliga garantizar.

Marioneta que juega a emular al emperador romano, Nerón -uno de los criminales mayores de la historia-, que mientras Roma ardía tocaba la lira, pasaje que semejo con el desequilibrado, esquizofrénico, mediático, mefistofélico, satánico, soberbio don nadie en comento, que se cree dueño del poder, quien impunemente abandonó sus funciones para emitir opinión, controvertir, enjuiciar, oponerse al programa de gobierno con el que fue elegido el presidente Petro, convirtiéndose -per se- en su agazapado, enceguecido, implacable opositor. Inobjetable pesadilla, piedra en el zapato, anudadas a su parcializada, pérfida, polarizante, sibilina, vanidosa, virulenta ruta exploratoria de sus egoístas pretensiones burocráticas, contribuyendo -como el que más- a incendiar el país.

Zombi que ha entronizado la impunidad en beneficio del titiritero mayor, ejemplificada por los fallidos intentos por precluirle el “soborno de testigos y fraude procesal” que lo acosan, a través de los apestosos, anónimos fiscales de dudosa ortografía: el anémico Gabriel Ramón Jaimes, humillado y reconvenido ejemplarmente por la juez 28 de conocimiento de Bogotá, Carmen Helena Ortiz, que le denegó la solicitud impetrada, sin siquiera interrogar al resbaloso incriminado; negativa duplicada a la otra veleta sustituta, Javier Fernando Cárdenas, amanuenses (ambos) mudados a codefensores, por orden del repudiable mandadero impuesto por Iván Duque.

Obstruccionismo a la justicia que desconoció el cúmulo de evidencias y pruebas precalificadas por la CSJ. Ayer hizo un mes -exactamente- que la valiente jueza 41 de Conocimiento de Bogotá, Laura Estella Barrera, resistiendo la presión mediática, concluyó: “…las pruebas son suficientes para que Álvaro Uribe siga vinculado a la investigación penal por los delitos reseñados”.

Emblemática, imperdonable, infame impunidad intentada, mediante la inacción, ineficiencia, frente a los escabrosos 6.403 falsos positivos (hasta ahora reconocidos por la JEP), las masacres, asesinatos y desapariciones de líderes sociales, según Indepaz, desde la firma de los acuerdos de paz, a 17/06/2023, van 1.480 y 71 en lo corrido del año, sin que la artificiosa, cuestionada, ciega, ineficiente, teatral Fiscalía chiste, se mosqueé, pellizque.

Azufrado, condenable, insano, prevaricador, rapaz, tiránico reino de la oscuridad, resultas de la controvertida, desolada, inescrupulosa, infausta gestión, dedicada a fraguar el más insolente, insultante, ilegítimo exhibicionismo, intervencionismo político sin cortapisas, ejercitado por el ambicioso, deslenguado, ególatra, secundario, supercanalla, torpe, zafio bufón, con ínfulas presidenciales.

No hace falta acudir a elaboradas conjeturas o a intrincadas disquisiciones para concluir que la narrativa -inaceptable- del burlesco, despreciable funcionario de marras conlleva la intención -repito- de convertirse en candidote, al que le cae como anillo al dedo el calificativo de cándido, sinónimo de bobo, Ingenuo, candoroso, crédulo, como sus antónimos: astuto, malicioso, pícaro. Estrambótica aspiración con la que sueña -el malévolo pazguato que piensa: “Si el empírico, incapaz, marchito jumento, mi cómplice compañero de pupitre en la universidad, pudo, inmerecidamente encumbrarse hasta la presidencia: ¿por qué no yo?, el mejor Fiscal del mundo, el más preparado de mi generación. Así se autocalifica el delirante gorgojo.

Quien por demás se cree un ser superior, sin frenos morales, éticos, autoridad que acredita para asediar, denostar, deslegitimar, importunar, perseguir -en forma inclemente- al presidente Petro. Provocadora actitud, ensañamiento, argucias, falacias, trampas en perjuicio de la institucionalidad, la democracia, el estado de derecho, de quien se vende como contrahombre del régimen, el cualificado contradictor que ensaya tumbar al Presidente en aras de presentarlo como el gran trofeo que la sabandija en cuestión utilizaría en su desbordada, descabellada pretensión.

Resentido social, con evidente complejo de inferioridad, ángel de la guarda, defensor a ultranza,  operador político del escurridizo innombrable, dedicado de tiempo completo a blindarlo descarada, groseramente por fuera del marco legal, de la fundada imputación, con los manipulados salvamentos -contra evidencia- constitutivos en el quid pro quo, encomendados a los precitados inanes, incondicionales, sumisos sirvientes, epígonos del Fiscal, ocupado en liberar -a como dé lugar, al costo institucional que sea- al muy cobarde, incorregible halcón del Ubérrimo, que tiene pendientes las incriminaciones más relevantes que lo vinculan con los insoslayables, terroríficos delitos de lesa humanidad, apuntalados por incontables, tangibles indicios y probanzas.

Inexistentes para el arrogante, errático, fanático, incoherente, nulo, patético, prepotente ‘Chespirito’, cuya desdorosa, dependiente, omisiva inconducta funcional, la desnudó el titular: “SEMANA ordena y el CTI obedece”.

Carcomido por la parcialidad del ‘todopoderoso’ pitufo, dispuesta para hacer -con politizado tufillo- lo que le venga en gana; para distorsionar, reorientar a su sectario parecer, arbitraria, sospechosamente, las pesquisas, a efecto de soportar sus secretos intereses politiqueros, abstenerse de imputar a los cercanos afines, tomar medidas correctivas y sancionadoras, pese a estar suficientemente motivadas.

Contrario a la dureza, fiereza, sadismo, aplicables a todo aquel que huela a Petro, amedrentado, inculpado, intimidado, encarcelado, prueba fehaciente de la devastadora independencia judicial que Barbosa dice cultivar. Risas.

¡Fiscalía espectáculo!, deshonrada por el crecido, creído, flamígero, insensato parásito defecado por su parigual partenaire, Iván Duque, quien una vez posesionado, sacó lo peor de sí. Envalentonado machote ante Petro; apocado, doblegado, domesticado, manso ante el irremplazable, su apologista, servil correveidile.

‘Figureti’ con un bochornoso nivel de paranoia, que lo ha llevado a figurarse que en Colombia nadie lo iguala, aplaudido por la Cabal y Paloma que le toleran, celebran sus marranadas, sandeces, el lenguaje -impropio- de pasquín contra el presidente Petro, que no podrá esperar una investigación imparcial por las presuntas interceptaciones ilegales contra la exniñera de Laura Sarabia, ni el abuso de poder, la prueba de polígrafo que le endilgan sin pruebas, ejecutadas -al parecer- por personal adscrito a la protección presidencial.

Si algo aprendí de mis maestros, es saber apreciar, reconocer el “mundo real” de lo que es el “mundo ideal”; a diferenciar el oro de la escoria; basura, inmundicia, conexas a la acrobática, cínica, eclipsada, gris, inaudible, inepta, omnipotente, opaca, oportunista, trastocada polichinela que en mala hora funge como Fiscal, quien en su desmesura -incontrolable- se cree un héroe, el que, con otras fuerzas coaligadas, cranean el publicitado “golpe blando”.

¡Ya vendrá el tiempo de cambio de tanta grisura!

Bogotá, D.C., 24 de junio de 2023

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