Opinion

LA ASPERA CRISIS PERUANA – Ensayo (III)

El pasado 18 de enero, la cosmopolita, señorial Lima (Perú) cumplió 488 años de fundada (1535) en medio de desbordadas, feroces, pavorosas asonadas y disturbios antiestablecimiento protagonizados por desarraigadas, envenenadas, fanatizadas, vandálicas hordas de mercenarios, galifardos y otras lacras que, ante la falta de adeptos a la causa destructora, el partido de gobierno, ‘Perú Libre’ tercerizó mediante el lumpen acopiado en el sur del país, que ha abusado, atropellado, profanado la ciudad; destruido lo que ha encontrado a su paso; confinado, desdeñado a la presidenta, Dina Boluarte -Gobierno transitorio de mecha corta-, tachada de traidora, usurpadora, a la que trata de desbancar por todos los medios.

Lima, también llamada ‘Ciudad de los reyes’, erigida hace cerca de cinco siglos por un contingente de conquistadores españoles encabezados por Francisco Pizarro, gesta iniciada en San Antonio de Caxamarca, en quechua Kashamarka o ‘pueblo de espinas’, hoy Cajamarca, capital del distrito, provincia y departamento (homónimos), ubicada en el margen oriental de la cadena occidental de la cordillera de los Andes. Allí, el 16 de noviembre de 1532, Pizarro traicionó y capturó en la Plaza de Armas a Atahualpa, el último soberano inca que no alcanzó a coronarse oficialmente como tal.

Hecho que dio inicio a la conquista del Tahuantinsuyo o Imperio Incaico, al mando de Pizarro, facultado por la Corona Española para autonombrarse gobernador de toda ciudad, pueblo, espacio que conquistase. Al rehusar instalarse en el Cusco, cuna, ombligo y capital histórica del Imperio, afianzado en el reinado de Pachacútec (1438-1463), Pizarro emprendió con sus paisanos: Ruy Díaz, Juan Tello y Alonso Martín de Don Benito, la búsqueda de un lugar apropiado donde pudiera establecerse, encontrando el Valle del Rímac, un paraje de clima templado, rico en maderas, feraces campos de cultivo, abundantes, interminables reservorios de agua y -por sobre todo-, ideal por su cercanía al Océano Pacífico.

Lugar convertido en capital del Perú hasta la fecha, del Virreinato ídem, en sede de la Real Audiencia (1543), la única capital de Sudamérica con vista al mar; su centro histórico conserva aún edificaciones que provienen de la época colonial.

Breve reseña histórica de la emblemática, mágica Lima, por sobre de todo bella, centro de la institucionalidad, mal gobernada bajo los parámetros del depredador, infausto, oscurantista catecismo extremista de Sendero Luminoso y MRTA, encarnados por el insolvente Pedro Castillo Terrones, sacado con espejo de sus canteras, responsable del estado de enardecido agite social que exige el cierre del Congreso, la remoción de la presidenta -tachada de falta de experiencia, de agallas-; convocar -obsesivamente- la asamblea nacional constituyente que refunde al Perú; reintegrar -sí o sí- al primitivo, defenestrado delincuente en comento.

Cacareadas, incendiarias exigencias con su carga ideológica violentista, componente terrorista, impuestas por el fundador, dueño del inasible ‘Perú Libre’, el insufrible petardista, titiritero, Vladimir Cerrón, poder detrás del trono que tras bambalinas gobierna a través de inexpertos testaferros: el troglodita, ignorante ladronzuelo de marras y la tibia sustituta, ambos sin experiencia, idea del manejo estatal.

Castillo, contaminada medianía, exaltado, glorificado por su ideológicamente gemelo, el presidente PETRO, su apologista, leámoslo: «destronado por ser profesor de la Sierra, presidente de elección popular, arrinconado desde el primer día por la rancia, fascista, recalcitrante ultraderecha, que no logró movilizar el pueblo que lo eligió, lo llevó al suicidio político y democrático a cometer el equívoco de tratar de disolver el Congreso que se preparaba a destituirlo. Ojalá -concluyó- el Perú encuentre la senda del dialogo de la sociedad toda”.

Ciego, infausto, pasmoso, repulsivo blindaje, salvaguardia -urbi et orbi- apresurada, al desangelado zarrapastroso, revestido como un esforzado, insuperable santón, cercado por la decimonónica, desalmada, desafiante derecha de talante uribista, acosado sin piedad, al que han pretendido tumbar desde el día de la posesión -28 de julio/2021- remató.

Embrionaria pesadilla, organizada cronométricamente con unívoco norte: romper el orden jurídico mediante el desorden, obstrucción de carreteras,  paralización del transporte, quema de vehículos, destrucción de centros policiales, comerciales, violento apedreamiento de personas, edificios, secuestro de militares, funcionarios, civiles, afectación del patrimonio público, respaldados por las armas conforme al dictado, enseña izquierdista que les permite mantenerse vivos, hacerse escuchar a la fuerza.

Apocalíptico, cronometrado, macabro plan, potenciado por el fatal desgobierno que afila la guillotina, azuzado por el anarquista pedófilo Evo Morales, que encendió en Puno -ciudad a la que entra y sale como Juan a su casa- la mecha segregacionista, con cuadros adoctrinados por Sendero Luminoso y el MRTA, financiados por el narcotráfico, minería ilícita, tala ilegal de bosques, abortado -afortunadamente- por el autogolpe del 07 de diciembre/2022 y las abrumadoras y contundentes pruebas de corrupción, evidencias acumuladas durante los 17 interminables, eternos meses del horroroso, infame, nauseabundo, predatorio mandato para el olvido.

El fatigado legislativo, en un sumario procedimiento levantó el derecho del incriminado Castillo al antejuicio, soportado en la flagrancia delictiva y urgencia, decisión -calificada de histórica- convalidada por la Sala Penal Permanente de la CS, órgano que descartó que fuera “irregular el levantamiento del fuero a través de una votación del Pleno del Congreso, sin la evaluación previa de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales” -alegato de la defensa-.

“Resolución sustentada en la flagrancia de la conducta del investigado y en el hecho que pretendía huir, comprobada por su rauda salida del Palacio de Gobierno al fracasar el circense autogolpe de Estado, impedido por la Policía Nacional, cuya innegable intención era asilarse en la embajada de los Estados Unidos Mexicanos”.

Fracasado objetivo del sombrerudo, flagrantemente detenido, al que su partido, Perú Libre, pretende convertir en mártir, elevar al sitial de Prócer de la Independencia, en un Atahualpa revivido. Alucinante libreto -en marcha- dirigido por el vendedor de cebo de culebra, en el marco ideológico de la lucha de clases, que incluye la cuota de sangre, el genocidio que ha enervado los ánimos de los dolidos peruanos.

Caterva que, con su larga, pervertida cola, empuña la bandera revolucionaria, con el encargo de imponer las pretensiones precedentes, demoler -por dentro- cual Caballo de Troya, el Estado de derecho, el statu quo; confrontar a los demócratas, deslegitimar, destrozar los anquilosados, desgastados partidos; seducir, sobornar la dirigencia, copar el Estado, victimizar al campesino cocalero, consolidar -en síntesis- la desinstitucionalización del país, su destrucción, a un altísimo, impagable costo.

Débito de estos vendedores de humo, compartido por la incuria, omisión de quienes olvidaron que el interés general prima por sobre todas las cosas, desfachatez, causa del descontento que se refleja en las permanentes algaradas con sus consiguientes, impetuosos reclamos.

Reza el artículo 6° de la Constitución peruana que “mientras los particulares solo son responsables ante las autoridades por infringir la ‘Charta’ y las leyes, los servidores públicos lo son por la misma causa y por omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones”, asimismo el artículo 2°, numeral 12, como el 15avo de la Convención Americana sobre derechos Humanos, amparan el “el derecho de las personas a reunirse pacíficamente sin armas”.

El procesado y hoy encarcelado -por golpista- Castillo, lo espera -además- el enjuiciamiento como jefe de la organización criminal que se dedicó a robar al Estado, destituido por ‘Incapacidad moral’, que la Constitución no la define, entendida por la historia constitucional como incapacidad mental. Inadmisible vacío que explícitamente no describe qué conductas la comprende, dejando su arbitrio al Parlamento, al peso de los votos, vacío que se propone llenar con la adición del acápite: “incapacidad física, debidamente comprobada”.

Antecedentes que descalifican el incomprensible, inverosímil, irracional, obcecado alegato -que desinforma- del presidente PETRO, que busca justificar, resguardar el demencial, intolerable autogolpe.

Enfático torpedo -mortal- a la justicia; agravio inferido a la democracia en el marco del dogma maoísta, de llevar la revuelta (sangrienta) del campo a la ciudad, inducida por el viejo truco patentado por la izquierda -de todos los matices-, de legitimarse electoralmente con base a moldes constitucionales preestablecidos, para una vez electos, desconocerlos.

La democracia puede cometer errores, pero al contrario de la tiranía, atractiva en tiempos de crisis, debe aprender de ellos, corregir -rápidamente- los fallos o sustituir a quienes los cometieron.

El Perú no acepta, permite que terceros se inmiscuyan imprudente, delictivamente en asuntos que son de su exclusivo interés, tampoco que se  entrometan en los asuntos internos; predicado inmerso en el inamistoso, cómplice comunicado que niveló penosamente al presidente PETRO, con el mesiánico orate, López Obrador (AMLO), labor de zapa acompañada por Alberto Fernández (Argentina) y Luis Arce (Bolivia), logia que notificó a la presidenta Boluarte, que solo reconocía como Jefe de Estado, al golpista Castillo, en resguardo de la institucionalidad democrática y el estado de derecho. Habrase visto mayor inconsistencia.

Exhortaron: “a quienes integran las instituciones de abstenerse de revertir la voluntad popular expresada con el libre sufragio». «El censurado presidente, desde el día de su elección -añadieron-, fue víctima de un antidemocrático hostigamiento, violatorio (…) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos». El destituido es «objeto de un tratamiento judicial (…) violatorio de la Convención Americana sobre Derechos Humanos”. Con esos amigos.

¡Ni perdón ni olvido!, presidente PETRO.

Impensada, catedralicia metida de pata que coadyuvó a la implosión social que devasta, arruina al Perú, ignora que la vacancia se dio en el marco de la Constitución, del debido proceso, Constitución que el destituido juró cumplir, sin que pueda predicarse el aducido desafuero del Congreso, ni presión alguna de la derecha, máxime cuando el propio oficialismo completó los votos requeridos -las dos terceras partes más uno- necesarias para que fuera aprobada, (87 de los congresistas presentes). El resultado: 101 a favor, seis dijeron NO, 10 se abstuvieron y el resto no votó por licencia o cobardía, váyase a saber.

Derrotados (vencidos) que no perdonan a los vencedores.

Ampulosa, sistemática intromisión, amplificada por el presidente PETRO, en la VII cumbre de presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), donde asumió -de hecho- como líder, vocero (anhelados) de América, vitrina donde se despachó irreparablemente: (transcribo) “Si llegamos al poder desde las izquierdas no es para encarcelar derechas. No es para matarlas. Todo debe ser la convivencia y la pluralidad ideológica», tenemos -agregó- un presidente en Suramérica elegido popularmente sin poder ejercer su cargo y detenido por lo susodicho atrás”.

López Obrador, hizo la segunda, con un video en que agregó: “No debemos dejar solo al pueblo hermano del Perú, fue una infamia lo que hicieron con Pedro Castillo y la forma en que están reprimiendo al pueblo”. “No al autoritarismo y la libertad a Pedro Castillo, porque está injustamente encarcelado”.

Falso de toda falsedad.

Capturado Castillo en flagrancia, ante la evidente comisión del delito del cierre ilegal del Congreso, que a su vez ripostó con la aplicación (legal) de la bicentenaria norma constitucional de la vacancia, nunca antes por nadie cuestionada, discutida, demandada.

Lo cual recuerda un ABC político que enseña que la democracia no debe utilizarse como un medio, sino como un fin en sí misma, como lo ha hecho desde inmemoriales tiempos, los  perpetuos enemigos de la democracia que, calculada, estratégicamente, han utilizado el voto popular, para hacerse al poder; estrategia reforzada con elementales, estudiados, redentores, subliminales mensajes unidireccionales de propaganda política, a través de los cuales alcanzaron lo que por la vía de los fusiles nunca lograron, les fue negado, siempre, producto de la falta de confianza de las  hambreadas, desprevenidas, ingenuas, engañadas masas, conquistadas con amorosos gestos, imágenes, anuncios adobados con ilusas ofertas de ríos de leche y miel, de extrañamiento de la inequidad, la desigualdad, expiación del odio, la rabia represadas.

Hoy con pretendida, discutible, foránea superioridad moral, aprovechan la democracia para acceder al poder, para proceder enseguida a destruirla, como lo han hecho por décadas los radicalizados movimientos de izquierda que en el mundo han sido. Sobran los ejemplos.

Sentimientos que, para efectos políticos, se manejan, utilizan en favor de la opción más populista, que terminan -repito- destruyendo la democracia. En el Perú están frescas las feroces andanadas, criticas, insultos contra los ciudadanos acomodados, contra el fujimorismo, suciedad que no olvidaremos y que irreversiblemente arruinaron la convivencia; estrangularon la economía, sin que Castillo los amainara, morigerara el tono que tiene actualmente en jaque la institucionalidad, tras el inamovible objetivo de forzar a sangre y fuego, la manoseada constituyente que refunde al país -directriz central, objetivo de la política de Estado de Perú Libre-.

Puntualmente -presidente PETRO- resulta paradójico su insistente, sofistica interpretación, que no aplica -lo dice este humilde escriba-, que no le afana expresar lo que usted quiere o desea escuchar, oír, sino un sencillo elector que tiene como norma, regla insalvable, ajustarse a la verdad, en el entendido -siempre-, que más vale un amigo que cien enemigos, quien, pide al Altísimo que a cambio de un falso amigo -como el amnésico, sombrío ‘Bobo vivo’- le dé ese mismo número de enemigos.

La intervención en la CELAC del Gobierno, autocalificado del ‘Cambio’, de ‘defensor de la vida’, de la ‘paz total’,  de ‘potencia de la vida’, para despecho, truncó -sin duda- la invocada unidad latinoamericana, según se concluye de la airada, colérica, enérgica, enfurecida, inflexible nota de protesta de la articulada Canciller peruana, “entregada a la Embajada de Colombia, motivada por el nuevo imperdonable acto injerencista en temas de política interno y del fuero ídem; conducta inconsistente con las normas del Derecho Internacional”. CONTINÚA.

Bogotá, D.C., enero 28 de 2023.

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