Opinion

¡LULA renace entre las cenizas! *

Infieren los astrólogos que “los auspiciosos astros se alinearon en favor” de LULA; presentido, vaticinado triunfo influenciado -según dichos gurúes- por los signos del zodiaco, cuyo origen se remonta a los inmemoriales tiempos de Babilonia y Egipto, aunque fue en la antigua Grecia donde tomaron forma tal y como hoy se conocen. Signos astrológicos que se reparten entre los 4 elementos: el agua, el fuego, el viento y la tierra.

Nigromantes que homologan los signos: Aries, Capricornio, Géminis -tenidos como los más atractivos y brillantes de los 12- cuya influencia, energía y empuje, la relacionan con el lugar en el que se encontraba el sol en la rueda del zodiaco en el momento de ocurrido el hecho en estudio. Comportamiento que determina -en gran parte- las características de nuestra forma de ser, actividad profesional, emprendimiento, ascendiente sobre la psique humana, colectiva, particular.

Preámbulo que explica el cambio político de Latinoamérica, apremiado por el hastío, descontentos políticos, generados por las corruptas, generalizadas prácticas del ‘establishment’, ejemplificado por los paradigmáticos: LULA, BORIC; PETRO -primer presidente de izquierda -no tradicional- de la historia de Colombia-, escorados hacia una ideología social, ‘aggiornada’ sobre otros ejes: “Ya no de clase, sino morales”.

Desdibujada por Chávez, Maduro, el kirchnerismo, Evo, Correa, Ortega, al manipular la Constitución a efecto de perpetuarse en el mando, contrario a los principios históricos. Entramado duplicado por la amoral camorra de la detestable, rancia, sollozante ultraderecha populista, representada por los esquizofrénicos, psicópatas: Bolsonaro, Bukele, Iván Duque, cuadrúpedas medianías en que la corrupción -exponencial- fue la regla no la excepción. Tozuda realidad.

Lastres, rémoras sustituidas por gobiernos alternativos, progresistas; los seis más importantes PIB de América Latina: Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Perú -‘que no es de izquierda, sino un cero a la izquierda’.

El primer cambio del ciclo político en el Continente se dio entre la década del noventa y 2005, conocido como la «marea rosa» impulsada por multitudinarios movimientos sociales, levantamientos populares nutridos por indomables, desbordadas, empobrecidas, escépticas, hambrientas, sufridas masas, letalmente reprimida, artífices de la caída de una decena de presidentes. Latinoamericanos.

Corriente progresista que a grito herido reclamó, reclama aún, urgentes, estructurales, inaplazables, profundos cambios que, según el analista, Decio Machado, se «comprenden tras el drama que conlleva la aplicación de políticas neoliberales y la conformación de fuertes resistencias sociales«.

LULA hace dos años estaba en la cárcel acusado de corrupción, quien como el ave Fénix resurgió electoralmente el pasado domingo, (en Brasil el voto es obligatorio) por cuenta de los 156 millones de ciudadanos que debían decidir entre la continuidad de la enfermiza ultraderecha, o el regreso del partido de los Trabajadores (PT). Comicios efectuados en medio de un agitado, hostil, parcializado, tenso ambiente de fuerte, inédita división, polarización en los últimos 37 años de democracia. Reñida, tenaz disputa resuelta por estrecho margen.

Campaña a última hora empañada por el exdiputado Roberto Jefferson, presidente del Partido (derechista) Trabalhista Brasileño (PTB), exaliado de Bolsonaro, quien atrincherado en su casa, efectuó 21 disparos de fusil, lanzó dos granadas en contra de un vehículo de la Policía Federal (PF), que cumplía una orden de arresto impartida por el Supremo Tribunal Federal (STF), hiriendo dos policiales. Un camarógrafo de la cadena Globo, fue atacado -también- por frenéticas turbas gobiernistas.

La principal ventaja del sobreviviente LULA -en la fase final de la campaña-, fue venderse como la moderada opción democrática, frente a un cuestionado, demencial, desabrochado mandatario, repudiado por sus escandalosas, disparatadas agresiones, enfrentamientos con indistintas instituciones públicas: Corte Suprema, la gran prensa, fuerzas opositoras, independientes.

LULA presentó un estratégico pliego -considerado como decisivo-, titulado: ‘Carta al Brasil de mañana‘, en el que proclamó sus prioridades: ‘ayudas económicas para los pobres’; ‘protección de la Amazonia’; “compendió sus propuestas económicas”; responsabilizó a Bolsonaro por “la vuelta del hambre a Brasil”, concluyendo finalmente: “esta no es una elección cualquiera”; “están en juego dos proyectos de país, completamente diferentes”. Bolsonaro, es el primer mandatario -desde 1994- en no ser reelecto.

Elección que fue de infarto, decidida por voto ‘finish’ en favor del exconvicto LULA DA SILVA, revivido con el apoyo de miembros de todo el espectro político -de derecha e izquierda-, igual el vicepresidente, Geraldo Alckmin, un influyente conservador de la socialdemocracia, su adversario en 2006.

LULA comienza su nueva égida al frente del Gobierno, luego de confesar: «Casi fui enterrado vivo; este momento es casi como una resurrección«. “Gobernaré para 215 millones de brasileños y no solo para los que votaron por mí”. Adelante.

Bogotá D.C., noviembre 07 de 2022.

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