Opinion

AQUÍ PENSANDO *

Estamos a escasos 53 días de las elecciones de Congreso de la República en Colombia y siempre tenemos a aquellos que exigen que quienes nos representen lo hagan con entereza, con honradez y siempre con un pensamiento en servir al pueblo, sin embargo, muchos de quienes exigen esto, o no votan o si lo hacen, no lo realizan por el más adecuado, entonces seguimos en un círculo vicioso.

En nuestro país nos gusta tomar modelos de otros países en materia legislativa, incluso en la judicial, aun cuando en este punto nos falte todavía mucho para poner penas ejemplarizantes y ser justos a la hora de imponer medidas, sin embargo, en materia legislativa seguimos muy atrás, todavía somos de aquellos países que tienen leyes para todo y que van adicionando la constitución con Decretos o Actos Legislativos, pero que no dejan de ser normas de papel.

Pensemos por un momento, que podríamos copiar el modelo parlamentario de algún país, así como tenemos normas y códigos inspirados en Francia, Chile y hasta el mismo Estados Unidos, podríamos tomar la reglamentación para el Congreso de otro Estado.

Para este ejercicio, tomamos las normas de Suecia para nuestros congresistas, y aquí proponemos algunas posiciones que podríamos adoptar:

– Solo existiría una cámara.

– Claramente en Suecia son 349 parlamentarios, elegidos por votación popular, podríamos revisar cuantos realmente requiere Colombia.

– No tienen asistentes pagados por el gobierno nacional ni secretaria. Los partidos políticos tienen su grupo de asesores, quienes son los que prestan sus servicios a los diputados (congresistas) del partido.

– No tienen vehículos asignados por el parlamento, por el contrario, les conceden una tarjeta para usar el servicio público de transporte.

– El salario neto mensual, en pesos colombianos según la relación del precio del dólar actual, es de 17 millones.

– Para quienes no residen en la capital de Suecia y deben desplazarse a su ciudad, se les da un auxilio que en pesos colombianos sería de 48 mil pesos, y solo se concede por los días en que labore.

– El salario no se lo fija el Parlamento, lo hace un comité independiente.

– Los parlamentarios que desean pernoctar en Estocolmo por cuestiones de sus funciones, pueden hacerlo en alguno de los apartamentos asignados para ellos, pero estos son pequeños, con estrictamente lo necesario y si algún familiar desea estar con ellos, el parlamentario deberá pagar el hospedaje de su familiar a nombre del erario público.

– Los despachos (oficinas) son entre 7 y 15 metros cuadrados. En sus oficinas no tienen servicio de cafetería, cada uno debe pagar por su café y deben servirlo o ir por él.

¿Creen que alguien se le mediría algún día a proponer un Congreso en Colombia en estas condiciones?

* Por: Cristina Otálvaro Idárraga-Abogada; Conciliadora en Derecho; Especialista en Gestión Pública, en Derecho Constitucional y Parlamentario y Derecho de Familia; Magister en Políticas Públicas.

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