Opinion

¿Qué sigue después de la visita de la CIDH?

Por: Juanita Espeleta – Socióloga con trayectoria en trabajo comunitario, social y cultural en comunidades en condición de vulnerabilidad.

Colombia vive uno de los paros más largos de su historia reciente y el panorama nos muestra que estamos lejos de negociar el pliego de peticiones que ha surgido no solo del Comité Nacional del Paro sino también de todas las asambleas populares que en el territorio se han llevado a cabo, para recoger el sentir y la voz de quienes hoy continúan en las calles y que resultan casi que inaudibles para el gobierno nacional.

Estigmatización, profunda fractura de la sociedad y desconfianza en las instituciones, son las tres grandes conclusiones que hasta ahora la CIDH nos deja con su visita. Y leamos bien esta apreciación, todas las personas con las que la comisión habló en diferentes lugares del país, aprueban, apoyan y justifican el paro, siendo necesario, tener en cuenta que esta misma comisión halló diferencias en la manera en cómo se protesta, es decir, todos y todas están de acuerdo con el paro, pero difieren de las formas en cómo se hace, y a esto nos referimos a que existen diferencias en el pensamiento en cuanto a si los bloqueos son válidos o no, si pintar las paredes es necesario o no, si marchar tiene impacto o no, y ojo a esto y permítanme la intensidad y la redundancia, la voz popular hoy sigue gritando que el paro es más que justo y necesario y que reivindicar la marcha es reivindicar la lucha por la defensa de los derechos humanos.

Pero ¿Qué es la CIDH?  y ¿Por qué es importante su visita? Recordemos que ésta es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), y que el motivo de su visita fue dialogar, observar la situación de derechos humanos en el país y recibir información proveniente de distintos sectores de la sociedad. Siendo notorio el sentimiento de frustración que incluso, muchos analistas políticos afirman que éste estallido social nos ha dado una gran cachetada para despertarnos y mostrarnos la realidad social, y nos evidencia de manera cruda que tenemos un serio problema con el sentido de la existencia de la vida en un país como Colombia y que superar la profunda desesperanza que tienen miles de colombianos, sobre todo los y las jóvenes, que no tienen hoy, oportunidades claras y concisas para estudiar, trabajar y salir adelante es el reto más grande al que nos enfrentamos.

La CIDH ha dejado claro que ha existido una vulneración a las garantías para el ejercicio de la protesta y que ha habido una violencia policial desmedida. Para nadie es un secreto que nuestro país es una réplica de Rodrigo D: No futuro para miles de ciudadanos. Esta visita que se dio en terreno es un grito internacional que afirma: Hey, no estamos bien, nuestra democracia está en peligro y es obvio que necesitamos cambios sociales y económicos, necesitamos encontrar nuevamente el sentido de la vida en medio de una sociedad anacrónica, excluyente, discriminatoria y arribista.

Por ahora nos queda esperar a que se designe un Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes para que se adelanten investigaciones, den posibles soluciones y se concluyan las medidas que evitarían que se sigan cometiendo más violaciones de los Derechos Humanos. Además, es imprescindible hacer seguimiento a las investigaciones se adelanten y que se garantice el cumplimiento de los límites del uso del derecho penal frente a la protesta, con el objetivo de evitar la judicialización de las personas que ejercen derechos reconocidos en la convención americana de derechos humanos, como la movilización social.

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