Opinion

EQUIDAD EN LA  REFORMA TRIBUTARIA QUE SE  ANUNCIA *

José Ferney Paz Quintero

Cuando se analizan las razones por las cuales la ciudadanía protesta en las sociedades organizadas en forma de estado, nos encontramos que uno de esos factores que está presente en la génesis de los mismos es la ausencia de Equidad, por cuanto la misma adquiere rango constitucional en el artículo 363, cuando alude que el “sistema tributario se funda en los principios de “EQUIDAD, EFICIENCIA Y PROGRESIVIDAD”, prohibiendo la retroactividad de las leyes tributarias.

Tarea que deberá atender el legislativo, que ojalá esté a la altura de las necesidades sociales del país, borrando la imagen de desorden, de protagonismo, que se evidenció en el día de su instalación, más parecido montonera sin orden, con un estudio serio, coherente, racional, frente al proyecto que presente el ejecutivo, buscando edificar un estatuto coherente, como equitativo, así como la rama judicial – Corte Constitucional, le corresponderá ponderar si realmente el legislador ha cumplido con la función constitucional de aplicar la equidad en su tarea misional, con total respeto a otros principios como el de los derechos adquiridos. Así opera el estado de derecho.

Es indudable que los impuestos los requiere el estado como objetivo de la distribución del ingreso nacional, para atender las necesidades en servicios públicos, como la salud, educación, vivienda, mejorar las pensiones, construcción de carreteras, puentes, caminos de penetración, pero  los mismos deben ser razonados, frente a la situación económica por la que atraviesan las familias colombianas con ocasión de la pandemia, el desempleo, la informalidad en los grandes centros urbanos, como el alto costo de vida con una inflación que supera el 9% a julio 30.

No se puede desconocer que la carga tributaria del país está considerada como una de las más altas de América latina, donde los contribuyentes debemos cancelar una cascada de impuestos tanto nacionales, como departamentales, municipales y distritales, sin considerar los que traerá la nueva reforma tributaria que se anuncian por los distintos voceros económicos del nuevo gobierno, como si estuvieran aplicando el refrán, “si nos vamos morir, vayámonos enfermando.”

– El de renta y lucro ocasional, el del valor agregado. (IVA), varía entre el 5% y 16% según el tipo de bienes y servicios, impuesto al consumo sobre los sectores de vehículos, telecomunicaciones, alimentos y bebidas, sobre las transacciones financieras, en cuentas corrientes con cheques y ahorro, con una incidencia del 0.4 %, lo que se prometió ser temporal se convirtió en definitivo, impuesto de rodamiento, con el abuso estatal de cobrar el 100 % cuando los vehículos solo pueden transitar un 40% al mes por las medidas de pico y placa, impuesto sobre la Industria y comercio, varía entre el 0.2 % y 1.4 %, impuesto predial, lo recaudan los municipios, los distritos, la iniquidad de estas tarifas ha dado y dará lugar a protestas sociales, impuesto a la gasolina y ACPM, impuesto al patrimonio, impuesto de registro, impuesto al degüello de ganado mayor de la raza bovina destinado a la comercialización en canal y muchos otros más con la categoría de gravámenes o contribuciones.

Ponderación, con aplicación del mandato constitucional, de la equidad, es lo único que se le pide al nuevo gobierno, si se pretende buscar la paz social, con un antecedente, la inoportuna e inconveniente reforma tributaria del gobierno que por fortuna culmina, que dio lugar a un estallido colectivo auspiciado por las fuerzas aliadas que en días asumen el poder. No jugar con candela.

ADENDA: Se habla de reformar al Congreso para buscar elevar los índices de favorabilidad, rebaja del salario, con un incumplimiento de  campaña, no para los actuales, sino para la legislatura del 2026, con unos frágiles argumentos que no resisten un segundo de  análisis, pero omiten aludir a la burocracia de las famosas UTL (unidades de trabajo legislativo) 10 personas por cada parlamentario, con un límite de presupuesto de 50 millones mes, muchos recibiendo salario sin asistir al sitio de trabajo como lo han demostrado muchas investigaciones penales.

¿Será que estos legisladores, no podrán hacer su tarea con un máximo de dos o tres asistentes, y le ahorrarían al fisco nacional millonarias cifras que bien podrían ser utilizadas para atender necesidades básicas insatisfechas de una vasta población rural abandonada a su suerte? Esa si sería una verdadera reforma en este gobierno que lleva por contraseña el “cambio”.

* Por: J. F. Paz – Exmagistrado / Consultor. – Presidente Tribunal de Control Ético del partido liberal colombiano.

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