Opinion

¡Crucial decisión! *  

Cortésmente recuerdo a los colombianos que estamos a tiempo de evitar ser nuevamente subyugados políticamente a través del camuflado, enjuiciado, rapaz, vacuo candidato del ‘irremplazable’, carente de principios morales, cacumen, que transpira incapacidad, inexperiencia, ‘fortalezas’ equivalentes a las exhibidas por el gárrulo, inane, insustancial, locuaz, protervo, reprobado subpresidente.

Malandrín que desvió su función constitucional, para apoyar intencionalmente al candidato de su preferencia, simpatías políticas, con menoscabo, quebrantamiento del deber de imparcialidad, sentido de equilibrio, en perjuicio de la tradición democrática. Medianía -para el olvido- que resultó no mala, sino categórica, superlativamente malísima de lo que cualquier mortal hubiese podido alucinar.

Oportunidad -única- para apaciguar los espíritus; reencausar la paz, la reconciliación; amparar un periodo de desarrollo, prosperidad, equidad, igualdad, justicia social, en el marco del “CAMBIO POR LA VIDA”, impresa en el frontispicio de ¡COLOMBIA HUMANA!, con un ¡BASTA! al estado de miseria moral, zozobra en que está sumida la nación, embadurnada por desenfrenada corrupción, violencia.

Descarnado, sangriento pretérito escudriñado por la JEP, erigido por incontables asesinatos selectivos, desapariciones, ‘falsos positivos’, que en los períodos, (2002-2006)-(2006-2010)- correspondientes al desalmado, inefable ‘innombrable’, contabilizó 6402 muertes.

Estado de guerra, ruindad, detonantes de la conflictividad social manipulada, minimizada por el mentiroso, tramposo Gobierno, que adrede encubre, ignora vilmente el hecho que 13 millones de desilusionados, engañados, famélicos compatriotas, se acuestan diariamente con el estómago vacío.

Espeluznante realidad amplificada -según Indepaz- en el 2020, con 310 asesinatos de defensores de DHs, desmovilizados, luchadores sociales, reclamantes de tierras, sindicalistas, agregados 64 familiares. En 2021, 145 sumados 88 originados por las protestas del 28 de abril. 81 en lo corrido de 2022 -corte 3 de junio-.

275 organizaciones sociales, 800 ciudadanos, tres plataformas de defensa de DH, emitieron -esta semana- la alerta: ‘Hambre y guerra’: referida a la ‘deliberada inobservancia” en la implementación del Acuerdo suscrito en 2016, que acumula 1.309 inmolados.

En noviembre/2021, el artificioso, falaz, perverso, compulsivo, mediático, incorregible, impostor, le notificó al país y a la comunidad internacional “haber extinguido el Clan del Golfo”, porque en Colombia “el que la hace la paga”. Anuncio desmentido por la monopolizada, subalterna, copada ‘Defensoría del Pueblo’, que había advertido el “repunte en 253 municipios de la criminal agrupación”, recordándole el suscrito que su desgobierno permitió la clara, innegable “reactivación del control armado de actores ilegales”, al punto que “el 2021 fue el año más violento del último lustro, pasándose de 12.298 homicidios en 2017, a 14.159 en 2021″.

Confusa, enigmática, genocida, imparable etapa -DUQUE- en que de los 1.309 atentados contra los precitados defensores de DH, líderes sociales y sindicalistas, 859 ocurrieron en ella, quien incumplió -igualmente- con la adecuación del ‘Programa de Sustitución de Cultivos Ilícitos’; añadida la “férrea oposición” a la ratificación del Acuerdo de Escazú.

Por falta de espacio, no prosigo el cotejo, relevado -además- por la histórica derrota del pasado 29 de mayo, infligida a la enmascarada, insignificante mediocridad, que amañada, tácitamente “dijo -otra vez- Uribe”, sepultándolo de paso.

Anticipo -para terminar- a los malpensados: No he sido ‘petrista’, pero, ante la disyuntiva de elegir al candidato más apto, competente, honorable, serio, votaré por PETRO, por su crédito profesional, madurado por años de estudio, curtida trayectoria democrática, política que lo habilitan -indudablemente- para la presidencia; líder antípoda del antediluviano, deslenguado, incompetente, inexperto, rocambolesco hazmerreir -ROBOLFO- cuyas fehacientes carencias, degradación moral, falta de credibilidad, hilarantes metidas de patas “dizque sacadas de contexto” lo desnudaron plenamente.

Por lo expuesto, alejado del estéril sectarismo, con absoluto respeto por las opiniones ajenas, me decidí -racionalmente- por el CAMBIO, diferido por décadas, avalado anteriormente por más del 70 % del electorado. Conocida mi antañona militancia, voté en el pasado, con dolor de patria, por Uribe (primer período), Santos y por Duque, equivocadamente, sin que termine de lamentar. Hoy lo hago gustoso por PETRO.

Contrariando al puestero, repulsivo, Carlos Holguín y secuaces, quien tras las moronas de poder, inconsulta, traicioneramente arriaron las banderas del Partido, convirtiéndolo en una fuerza irrelevante, marginal, apéndice uribista, furgón de cola del Gobierno, entregado tristemente al prontuariado exponente de la rancia, retardataria ultraderecha.

Conservatismo que honrosamente representé como concejal, diputado, representante, senador, cónsul, otrora dirigido por históricos, imbatibles adalides de postín: GÓMEZ, OSPINA, ALZATE, GRANADA MEJÍA, íconos de solera, notable prestancia, solidez moral, humanística, intelectual; fecundas existencias que libraron memorables gestas, ante quienes, reverente, incliné la cabeza, quité el sombrero.

Recuento que no puede silenciarse, menos dejar de tener en cuenta al votar. Lo contrario es claudicar de los caros, inmanentes principios. Una imperdonable afrenta al país.

Bogotá, D.C., 18 de junio de 2022

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* Por: Mario Arias Gómez.

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