Opinion

CALDENSES, RESPONDAMOS A LA DEMOCRACIA *

Veo con mucha sorpresa las cifras del último censo electoral en Caldas. Desde aquí, quiero iniciar con una reflexión en apología a la democracia y a la sensatez, basada en datos estadísticos.

En la elección del 2018, donde se escogieron los senadores actuales, sólo dos fueron caldenses, cuando con la cantidad de habitantes habilitados para votar dentro del departamento pudo haber en el congreso, por lo menos, 14 nacidos en esta tierra.

Pero entonces revisemos: en Caldas somos 993.000 habitantes. De ellos, podían votar 788.000 personas. Sin embargo, en tal contienda política, participaron sólo 412.000. Aquí, pues, viene la primera cuestión: ¿dónde están 360.000 caldenses que no fueron a las urnas ese día? ¿Con qué derecho hacen críticas a los políticos si cuando los convocan a votar no obedecen al deber constitucional de participar activamente en favor de la democracia?

Ahora bien, de los 412.000 habitantes del territorio de Caldas que votaron, 31.000 anularon el voto; y otros 25.000 no lo marcaron. Segunda observación: ¿qué pueden esperar 56.000 personas de aquellos políticos de los que tanto despotrican si no desempeñan con devoción y diligencia la posibilidad latente de definir quiénes los representarán en el congreso durante cuatro años?

Quedaron, entonces, 356.000 caldenses que fueron a las urnas, participaron de la democracia y, además, lo hicieron de forma correcta —aunque no sensata—. Sólo 90.000 personas marcaron su voto apoyando a candidatos caldenses; las 266.000 restantes votaron por candidatos de Bogotá, de Antioquia, de Tolima, del Huila, de Risaralda, de Quindío, de Bucaramanga, de Barranquilla, de Cartagena, de Montería, etcétera.

Veamos:

1. Un senador de Andes, Antioquia, segundo más votado en Caldas, del partido de La U, sacó 24.500 votos.

2. Otro Senador, de Medellín, Antioquia, sacó 16.000 votos en Caldas, del partido Centro Democrático.

3. Un ejemplo más es una congresista de Armenia, Quindío, avalada por el partido MIRA que sacó 13.000 votos en Caldas.

4. Existe uno más que es de Ibagué, Tolima; senador por el partido Polo Democrático, que obtuvo 11.000 votos en Caldas.

5. Así mismo, un senador del partido Conservador, oriundo de Pereira, Risaralda, que consiguió 9.000 votos caldenses.

6. También hay otro corporado, que es de Bogotá D.C., avalado por el partido verde, y se llevó 8.500 votos de Caldas.

7. Igualmente, un senador de la República nacido en Neiva, Huila, avalado por el partido Cambio Radical, que sacó 5.000 votos en el departamento de Caldas.

8. Uno más, de Montería, por el Partido Conservador, sacó 3.000 votos. Un copartidario de éste, nacido en Medellín, conquistó 3.000 votos también en Caldas.

9. En el mismo sentido, uno de Cali, Valle, sacó 2.000 votos, militante del partido de La U. O tal vez otro, de Bucaramanga, que sacó 1.700 votos, avalado por el partido Liberal.

Habrá que decir, para continuar, que una de las funciones fundamentales de un congresista es, mediante alianzas políticas, gestionar recursos para llevar a las regiones y darle prosperidad a las mismas, por medio de obras. Así, cada senador que obtuvo votos en Caldas y que, a su vez, es vecino de otro departamento, gestiona recursos económicos para su respectiva región, no para Caldas. En consecuencia, la elección de un senador en Caldas de otro departamento, en la práctica, no sirve, pues el territorio caldense no se beneficia.

En ilación, debemos advertir dos situaciones:

1. Los senadores de otras regiones del país no pegan una baldosa en Caldas, no tapan un hueco en Caldas, no gestionan recursos para Caldas. ¿Por qué, entonces, premiarlos dándoles votos caldenses? Deberíamos más bien optar por acompañar en las urnas a quienes, desde Bogotá, velan por el progreso y el bienestar del departamento.

2. He escuchado de gran amigo, con suma sapiencia por demás, lo siguiente: «la gente se queja porque sólo ve a los políticos cada cuatro años en época de elecciones. Sin embargo, si a los que son caldenses los ven cada tanto tiempo, ¿cómo esperan ver a aquel que es de Antioquia, del Valle, del Huila, de Risaralda? Aquí lo importante es la gestión; y esa la dan los congresistas que les duele su territorio; los congresistas caldenses». En efecto, la razón lo acompaña. Así, nuestro voto debe ir dirigido a quienes nos facilitan la vida con recursos públicos desde Bogotá.

Respondamos entonces a la democracia, queridos caldenses: por un lado, concurriendo multitudinariamente a las urnas; por el otro, apoyando a nuestros coterráneos, que se han caracterizado en anteriores legislaturas por propiciar el desarrollo de la región. «Caldense vota caldense».

* Juan Esteban Gallego Mendieta – Estudiante de derecho en la Universidad de Manizales.

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