Opinion

LA CRISIS DE LOS PARTIDOS POLITICOS

José Ferney Paz Quintero

Por: J. F. Paz – Exmagistrado / Consultor. – Presidente Tribunal de Control Ético del partido liberal colombiano.

Las últimas mediciones de opinión ciudadana nos demuestran que los partidos políticos, doctrinarios e históricos pasan por su peor momento en la reputación colectiva, por causas diversas, con menoscabo del correcto ejercicio de la política y de los buenos gobiernos.

No es secreto alguno, que se han convertido en empresas electorales con activismo político unos meses antes de unas elecciones, olvidando su papel protagónico de ser los orientadores, como canalizadores de las inquietudes y necesidades ciudadanas.

Las normas electorales en muchas ocasiones son transgredidas por los mismos integrantes de los partidos, donde la trashumancia, la doble militancia, como la ley de bancadas sufren un resquebrajamiento vulnerando claros preceptos de la participación política.

Otras de las razones de ese desmotivamiento por los partidos es la ausencia de ambición de poder que hace que se pierda la mística por esas colectividades donde solo juegan las alianzas con el contradictor del ayer, con movimientos o personajes totalmente disimiles a la ideología del partido, con propuestas individualistas y nada concordantes a los consensos intra partido, muchas de ellas traída de los cabellos, más con efectos mediáticos, que de beneficio social.

Es indudable que la gente del común siente el alejamiento de su partido frente a los requerimientos sociales, con voceros distantes a sus principios, cosa diferente sería con candidatos propios, que generaría entusiasmo y fervor partidista, por votar por uno de los suyos y no por un extraño a sus principios ideológicos.

El futuro de los partidos políticos depende de ellos, en su modernización, depuración de sus huestes, dignificando los cargos de representación popular, si en verdad quieren seguir como voceros de la opinión que les garantice la masiva concurrencia a las urnas en las contiendas futuras, lo deseamos como civilistas que somos.

Imposible desconocer una gran verdad: la gente no cree en quienes gobiernan a todo nivel y cuando esto sucede, aunado a unas precarias condiciones de vida con nulas propuestas institucionales, es donde surge la protesta social, aprovechada por sectores que solo se alimentan del caos y la anarquía, que pareciera es lo que sucede en la actualidad en el panorama nacional.

ADENDA. A propósito de la columna, que interesante sería para bien de la democracia, que el partido liberal, al que pertenezco, que ha tenido momentos difíciles, de dolor, de lucha por no desaparecer frente a los ataques de sus gratuitos adversarios, con una larga historia de conquistas sociales, se presentara con candidato propio porque así lo reclama la militancia, teniendo como responder electoralmente en las urnas, como partido mayoritario, que lo es. Aguardemos y esperemos las decisiones, solía decir el célebre Alejandro Dumas. 

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