Cuando el exsenador Mauricio Lizcano visita a Manizales, se arma un revuelo en el gallinero político departamental.
Y no es para menos. Lizcano durante casi dos décadas ha estado construyendo el grupo político más organizado y disciplinado del departamento. Desde 2002 ha tenido representación ininterrumpida en el congreso de la república, ha elegido diputados, alcaldes y concejales, lo mismo que contribuido en forma decisiva a la elección de los gobernadores desde las atípicas de 2013.
El lizcanismo es un movimiento maduro y se le acerca una prueba de fuego como son las elecciones para congreso del 13 de marzo de 2022.
Después de algún tiempo de permanencia en Estados Unidos capacitándose académicamente en dos de las más importantes universidades del mundo, Mauricio Lizcano regresará en el mes de julio al país para estar en la primera línea de las elecciones parlamentarias de marzo próximo y sobre todo, jugar papel fundamental en alguna de las campañas presidenciales.
Ya decidió que no volverá a presentar su nombre al escrutinio público como candidato al congreso. Piensa que esta etapa está superada y considera que llegó el momento de darle una nueva dimensión a su liderazgo, proyectándolo a nivel nacional con miras a una eventual candidatura presidencial en el mediano plazo.
Su primer gran reto es mantener la unidad de su organización en Caldas en las próximas elecciones. De ahí lo trascendental de su decisión en materia de candidaturas a la cámara de representantes.
El senado no rompe la unidad, la cámara sí y la explicación es muy sencilla. Son varios los dirigentes de la organización Lizcano que llevan varios años esperando la oportunidad para dar el gran salto a las ligas mayores como es el congreso de la república. Todos creen tener el derecho, y seguramente es así.
Sin embargo aquí no se trata solamente del derecho. Juega también papel fundamental “el momento”, ese momento histórico que los grandes líderes deben saber determinar e interpretar.
Muchos se preguntan si es el momento de entregar la candidatura a la cámara de representantes a uno de sus coroneles a quienes aún les falta tiempo para ser generales ?. Y es precisamente esta decisión la que puede colocar en riesgo la unidad que ha sido el mayor patrimonio del lizcanismo.
Ahora, con la expectativa de ser los ungidos, todos los aspirantes dicen someterse a las reglas de juego y acogerse a la disciplina de grupo. Una vez se conozca el nombre del escogido, entrará en los descabezados la desazón, la inconformidad y el resentimiento porque saben que hasta ahí llegaron sus aspiraciones congresionales en esta organización ya que los Hugo Hernán González que entregan una curul en el congreso tan fácilmente, solo hay uno.
Quiere conformar Mauricio Lizcano una lista que agrupe diferentes tendencias políticas y surge la pregunta, a quién le colocará el grueso de la votación o será todos contra todos ?.
La otra gran decisión es si su organización política inscribe candidatos a la cámara de representantes con el aval del Partido de La U o por firmas.
La primera opción, el Partido de La U, tiene sus riesgos por la crisis y el desgaste en que se encuentra esta colectividad a nivel nacional lo que seguramente la llevará a la desaparición en poco tiempo. Sin embargo, en Caldas tiene una sólida estructura, reconocimiento y representación en todos los ámbitos.
Inscribir su lista por firmas es una apuesta arriesgada. Lo más fácil es conseguir las firmas para validar el Grupo Significativo de Ciudadanos, lograr la votación no es tan sencillo para una organización política que no cuenta con reconocimiento ni recordación dentro del electorado.
De ahí lo trascendental e importante de su decisión.
El apoyo al senado no afectará en forma definitiva la unidad de la organización política lizcanista en el departamento. Lo importante es apuntarle a un candidato que salga electo. No se puede improvisar ni experimentar.
En el argot futbolístico se dice que equipo ganador no se cambia. Oscar Tulio Lizcano durante este cuatrienio, próximo a terminar, representa la unidad porque ninguno de los coroneles se siente con mayor derecho que él. Se mueve como pez en el agua en los gobiernos nacional y departamental y es voz respetada y acatada por su experiencia y sus buenas maneras.
La dirigencia local lo considera su vocero más representativo porque gestionas proyectos y pelea desde el cargo de un gerente hasta el de un celador. Es diligente, servicial, y sin pereza. Líder nato, dirigente íntegro, conciliador, experto en tender puentes de entendimiento y con quien Mauricio Lizcano tiene la certeza de la lealtad.

