Tinto Político

AL PERRO SÍ LO CAPAN DOS VECES

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Por: El Tábano.

Hace ocho días en esta columna hice una breve descripción de los cinco candidatos a la gobernación de Caldas y no mencioné a Mauricio Londoño.

Al siguiente día, jueves, se definía el aval del Partido Conservador por lo que algunos han dicho que este humilde columnista sabía que el destinatario sería Ángelo Quintero y no Mauricio Londoño.

Acertaron, tienen razón, sí lo sabía, todo Manizales lo sabía, el único que no lo sabía era el hombre de los pájaros, Londoño. Este neófito diputado de un momento a otro se le ocurrió aspirar a la gobernación y se quiso saltar la fila pasando por encima de zorros como el octogenario y marrullero Omar Yepes y Félix Alejandro Chica, alumno aventajado del clientelismo y politiquería del exparlamentario Luis Emilio Sierra. Se creyó más avispado.

Como lo dije anteriormente, el gritón de Londoño era el único que no sabía que se le negaría el aval. Hacía más de 20 días las encopetadas amigas de Yepes lo comentaban en las peluquerías, las mismas que frecuenta el candidato Ángelo Quintero para engominar su plateado copete. También lo decía la estilizada esposa de Omitar en Sancancio y era el plato fuerte en las paelladas de Carlos Arboleda, lo mismo que en las iglesias de Palermo y la Estrella, y en el almacén del italiano.

Londoño antes de colocarse a dar lora, ensillar antes de traer la bestia y arrancar muy tieso y muy majo para la capital a recibir el aval, debió haberse percatado que no es de los afectos de Omitar, aunque lo invite a manteles y pose con él en elegantes restaurantes de Manizales y Bogotá. No lo quiere, lo lleva con la doble y no le perdona que sea exitoso en los negocios porque los únicos que pueden progresar son su larguísima parentela. Tampoco se lo pasa porque es contestatario y no traga entero, y porque no es Yepes. Si llevara ese apellido, hoy sería candidato a la gobernación. Por eso su hermano está postulado para la alcaldía de Manizales, su otro hermano fue parlamentario y su hermana concejal.

Ese jueves la aspiración de Londoño voló, voló y voló como cualquier ave de su finca, y se esfumó en el horizonte como un globo que nunca aterrizó. Carlos Arturo con su séquito de Empocaldas, aún se siguen frotando las manos de la felicidad y Felix y Nacho se embriagaron hasta más no poder.

El diputado de marras aparenta ser muy avezado en asuntos y no pasa de ser un ingenuo, un principiante. Sólo es bueno para gritar en la asamblea a los asustados funcionarios departamentales que reciben su artillería de cuestionamientos. En menos de cuatro años Yepes le repitió la dosis y dicen que al perro no lo capan dos veces. Primero lo quemó para la asamblea y ahora lo ilusionó con la candidatura a la gobernación, y nada de nada. Una vez más tacó burro.

El avispado de Londoño quiso hacer una jugada a tres bandas y se consiguió como su aliado dizque al mejor amigo de Omitar, el que supuestamente le habla al oído. Él no tiene amigos, tiene servidumbre y ese es el encargado de abrirle la puerta de su ostentosa camioneta blindada. No le fue suficiente y costoso que debió salirle.

Londoño es otro que debería de dejar de perder el tiempo en política y colocarse a trabajar en cosas serias, útiles y decentes porque Yepes y Chica jamás le dejarán asomar la cabeza.

Bogotá, 19 de junio del 2019.

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