Por: Mario Arias Gómez.
Qué duda cabe que nuestra amada Colombia se encuentra en cuidados intensivos, debido a la inacción del crispado, ensimismado Gobierno frente a los graves problemas de orden público, económicas y sociales, caída del recaudo fiscal, exigua ejecución presupuestal, sensación de estancamiento, parálisis, falta de concertación, concreción del tantas veces citado, recurrente acuerdo, sofisma de distracción, causa del ensanchamiento de la división, celos entre áulicos y alzafuelles, mientras el abstraído, heterosexual jefe, desafiante se paseaba -domingo 30 de junio (9:30 de la noche)- por la Plaza de la Independencia, en el casco viejo de Panamá, románticamente tomado de la mano de una espigada fémina, vestida de azul -que no era su esposa- y que según la chismografía local se trataba de la trans, Linda Yepes, indicativo de que el presidente, además de adicto al ‘café blanco’, también lo es a comer ‘de res y de marrano’. Razones a Santander para que las entienda Bolívar.
Mediático, innegable hecho tratado como desinformación transfóbica, explotado por las alharacosas, insufribles Claudia López y pareja, y por la muñidora de los Gilinski, Vicky Dávila, abstracta, escalofriante offsider -sin fronteras-, talla, peso en la cola, carta tapada anunciada como sucesora del hegemónico inquilino de la Casa de ‘Nari’, quien de paso impone su caprichosa, entrampada, hipócrita agenda al país en su cuenta en X, que conlleva la recóndita reelección camuflada en la Asamblea Constituyente, las reformas a la salud, laboral, educativa, agraria, política, etcétera.:
Igualmente satura las redes sociales con los sulfurosos libelos contra enemigos y opositores, statu quo, contra los que se oponen a la ampliación, concentración del poder -en lo operativo e instrumental-, tras el oculto, intencional propósito de ambientar, socializar el disparatado, escabroso, fachendoso, lunático, repulsivo populismo barriobajero, cuyos gravosos costos, secuelas pagamos los colombianos.
Maquinaciones a desentrañar, discernir como los entresijos de la entronizada, enseñoreada megacorrupción, inmisericorde malversación del erario perpetrada por los alfiles que maman arrodillados de la ubre estatal, lo que grafica la magnitud de la monumental podredumbre que arrasa, asuela, hunde -ineluctablemente- la patria de todos, con inimaginable, incalculable costo social, sin que se avizore en el horizonte la salida en lo que resta del cruento mandato; desgracia que urge responder la pregunta: ¿hacia dónde marcha la desahuciada Nación, el desgobierno? ocupado en el enroque de los incompetentes camaradas, en descalificar, obstruir la justicia que se niega a encubrir la opacidad del régimen, las fechorías personales, familiares y grupales, los topes de las dos campañas que lo acosan y que instruye el JNE.
Depravación, libertinaje, robadera, importaculismo que perpetúan la miseria del pueblo, cuantificada por los hospitales, postas médicas, colegios, escuelas, carreteras, infraestructura, obras públicas, viviendas sociales dejadas de construir, de dotar, reparar, adicionados los efectos negativos referidos a la competitividad, al alejamiento irreversible de los inversores públicos y privados, enfrentados a la inseguridad jurídica, extorsiones, sobornos, en síntesis, a la falta de confianza operativa.
Los gobiernos van y vienen, mientras el sabio, indigente pueblo, en su actual infeliz desventura, infortunio, permanece atado, esclavizado a sus designios, al atraso, con una excepción -en el caso de los caldenses-, sentimentalmente ligados a la benefactora, enaltecida, legendaria coalición, Barco-Giraldo-Yepes, cuyo indeleble, omnipresente legado, valorado, impreso en la memoria, en el imaginario común, representado por la obra rememorada en la columna anterior, que muchos coterráneos de bien, erguidos, apartados de los estériles odios eternos, reconocemos como fructífero período que marcó un antes y un después, motivo para que, apuntalados en la ‘ley del péndulo’, veamos con buenos ojos el que ese pasado glorioso, insuperable reviva, que no es sólo un “adorno”, un “ornamento”, sino una “fuente de inspiración”, de “fundamento” para utilizar la fina distinción de Montaigne.
Ante la coetánea, palpitante, postrimera crisis de autoridad provocada por el impróvido, ficticio mesías en comento, huérfano de propuestas para encararla, roído por la envidia, la rabia, por no tener nada apreciable, resaltable que mostrar, en lo que lleva del mandato; ausencia, vacío suplidos por la creciente ola de paisanos afines con la valorada idea -repito- de reconstruir, repensar, refundar, rediseñar, reinventar la triunfante, coaligada reencarnada fuerza, duélale a quien le duela, pésele a quien le pese.
Sabido es que la política es el arte de convivir en un mismo espacio, de respetar los derechos del prójimo, sin sectarismos, sin atropellar, pisotear las prerrogativas individuales, estableciendo -de ese modo-, una armónica, saludable avenencia comunitaria. Reflexión que, no debe asumirse ni ‘amando’ ni ‘odiando’, menos arrogándose subjetividades.
Al respecto, a objeto de sopesar el futuro, observo -en dicho contexto- el escenario político, sin apasionamiento, ardor o fanatismo, partiendo de la base -sine qua non-, de que para honrar, merecer la representación anhelada, se precisa -al margen de los sugestivos encanto, imagen, madurez, serenidad -personal, espiritual- de autoridad, moral, integridad que infundan confianza, energía positiva; virtudes perceptibles en la aludida encuesta referida en la columna anterior; cualidades recogidas por las personas políticamente mejor ranqueadas en Caldas.
Consonante con la época en que las mujeres están al alza, indudablemente, aparece entre las presagiadas, la dinámica, polifacética dupla de agraciadas, cálidas, simpáticas damas: Juana Carolina Londoño para el Senado y sorprendentemente, la carismática, talentosa Stella Villa Hoyos para la Cámara de Representantes, joven profesional -mujer amable, jovial, sencilla, de genuina extracción popular- con envidiable, sugestiva proyección política, heredera natural y espiritual del histórico, icónico Omar Yepes, servicial, exaltado jefe que por décadas enarboló en Caldas las triunfantes banderas del ‘PODER DEL PUEBLO’, cuyos admiradores y otrora fieles discípulos comprometidos con la ética-, muchos ya desaparecidos, los cuales -la cohesionada guardia supérstite- sin esguinces damos fe del ardor militante que acompañó su admirable, desvelado periplo, los cuales, ante la debacle, desmadre, estado de postración del país, hemos tocado a somatén, a efecto de aglutinar la desperdigada, antedicha fuerza.
Titánica tarea, la de congregar voluntades en pos de rehacer, remozar la inmortal divisa, que agencie -con dolor de patria- los correctivos que la descarnada situación precedente amerita, suplica, impulsados por la juvenil retaguardia compuesta por los hijos de los promotores del cambio que hicieron grande, único el amado terruño caldense -territorio de paz-, promovieron el desarrollo, la cultura del bienhacer en favor de los pobres, los desfavorecidos por la fortuna, los más vulnerables.
Desafío afrontado con fruición, sin miedo, consistente en enfrentar el despreciable, engañoso, inconexo, insincero, irresponsable, politizado, alambicado blablablá del presidente Petro, exhibido en su intervención en la ONU el pasado martes (24/09/2024), tras el anhelo de congraciarse, consagrarse como adalid de la macabra izquierda terrorista del mundo, con el remedo de ‘Goliat’ criollo -Maburro-, al extremo -imperdonable- de graduarlo de ‘REBELDE CON CAUSA’, sin mencionar la común, recíproca deuda con los verdaderos derechos humanos.
Payasada replicada -sin concesiones populacheras- por el aplaudido, sublimado, valeroso par chileno, Gabriel Boric, quien desnudó, recordó el descarado, incuestionable FRAUDE electoral; la famélica, inhumana, millonaria, repelida DIÁSPORA venezolana que desesperanzada, harta, deambula por el mundo. Algo va de ¡Boric a Petro!
Afrentosa, intimidante apología aunada a la improvisada, lúgubre, sombría, tétrica PAZ TOTAL; extorsiva fanfarria anunciada a los cuatro vientos, con bombos y platillos, en beneficio del crimen organizado que campea día y noche; asfixiante, cuestionada iniciativa que Dios mediante será acallada, deconstruida, erradicada por la oposición democrática al asqueado gobierno.
Demoníaco, criminal, gansteril, mafioso, tóxico chantaje armado (la paz total) implementada para fortalecer la narcoguerrilla, homologada perversamente por Petro, con las abatidas, desairadas, desguarnecidas, enlutadas, maniatadas, desmoralizadas, heroicas fuerzas militares y policiales, causante de incontables, anónimas víctimas que mancharon de sangre inocente sus manos.
¡Con STELLA VILLA recuperaremos el apego, la lealtad a los inmanentes principios: AUTORIDAD y ORDEN; con ella plantaremos la BANDERA DE LA VICTORIA!
Bogotá, D.C., 28 de septiembre de 2024.
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