EDITORIAL
De acuerdo con las normas vigentes, el próximo 8 de noviembre de 2024 vence el plazo para que quienes quieran participar como candidatos al congreso de la república en las elecciones del 8 de marzo der 2026 y pertenezcan a un partido diferente por el que aspirarán, u ocupen cargos de manejo, deberán renunciar a su militania o a sus posiciones laborales para no inhabilitarse.
A estos ciudadanos les quedan 75 días para que evalúen sus posibilidades y definan sus aspiraciones. Esto empezará a despejar el panorama electoral y se conocerán aspiraciones serias y concretas.
Estas decisiones se darán especialmente para aspiraciones a la Cámara de Representantes donde se da la mayor renovación cada cuatro años, caso contrario de lo que sucede en el Senado que tiene liderazgos más sólidos y perdurables.
Hasta ahora las aspiraciones de muchos son meras especulaciones fundamentadas en el poder y notoriedad que les otorgan sus cargos o contratos, y será cosa diferente cuando les toque empezar a jugar en igualdad de condiciones a las de sus contrincantes y no cuenten con la corte de aduladores y las gabelas que se crean o generan alrededor de sus posiciones actuales.
La aprueba más difícil la tendrán quienes ocupen cargos de representación popular en corporaciones públicas y aspiran a cambiarse de partido. No la tendrán facil porque les tocará sobrevivir políticamente más de un año sin credencial, burocracia e ingresos del erario.
Estas renuncias que se avecinan no son apuestas fáciles para muchos máxime cuando cada vez los espacios políticos son más reducidos y los liderazgos más competidos. Por ello muchos preferirán reservarse para las elecciones de autoridades territoriales que se realizarán el 31 de octubre de 2027 y así fortalecer electoralmente sus aspiraciones.
Lo cierto es que después del 8 de noviembre de 2024, empieza en firme la carrera hacia el congreso de la república 2026 – 2030 y van quedando muchas cartas destapadas sobre la mesa.
Manizales, agosto 25 de 2024.

