Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.
Estos días, después de resurrección y de semana santa, han estado cargados de noticias, no sabemos si son buenas o malas.
La noticia gruesa fue el hundimiento de la reforma a la salud. Desde el momento que dicha propuesta fue radicada, cerraron filas en torno a ella los opositores a la reforma. De un lado estuvieron primeramente opuestas las EPS, todos los intervinientes del sector salud y seguidamente se fueron adhiriendo la academia, las organizaciones científicas y el grueso de la mayoría del pueblo colombiano.
Por parte del gobierno afiló sus garras y fuera de los funcionarios gubernamentales poco a poco comenzó a pegar a los defensores de la reforma los colectivos que tanto quiere como a los de la primera línea, la minga indígena, los integrantes de la paz total y todo aquel que quiera llevarle la contraria a detentadores del poder económico como los llama el presidente Petro.
Desde el inicio del gobierno presidencial la cantaleta de Petro ha sido que todos los presidentes anteriores se han dedicado a ayudar a las clases más poderosas del país a que saqueen el erario con sus negocios.
or lo anterior no es raro lo que dijo el señor Presidente en el día de ayer al enterarse del hundimiento de la reforma en la comisión séptima: “El congreso dijo: se quiebran las EPS”.
Esta expresión nos lleva a deducir que el Presidente tiene muy claro la ruta que va a seguir ya que no pudo con sus amenazas lograr salvar su reforma. La decisión del martes de intervenir a la Eps Colsanitas con más de 5.7 millones de afiliados y al día siguiente, día del hundimiento de su reforma a la Nueva Eps con más de 11 millones de afiliados, es decir, que la intervención de las Eps es una decisión ya tomada; primero las asfixió al no pagarles los dineros que les adeuda y la segunda es la intervención, en donde se les nombra un Agente Especial para que las administre y se cambia la junta directiva.
El mensaje a los inversionistas extranjeros es nefasto, ya que nadie va a querer invertir en un estado donde se cambian las reglas del juego y lo otro va a hacer lo que ocurra de aquí en adelante, porque si las Eps van a estar intervenidas por el gobierno, sencillamente las vuelve como decía la reforma, es decir que dejarían de ser intermediarias, que era el primer paso en la reforma de la salud.
Próximamente hablaremos de la constituyente que Petro quiere, que es la de los pueblos.