Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.
Siempre que miramos a nuestros vecinos nos toca por obligación detenernos en nuestro sátrapa de Venezuela, unas veces por sus salidas fuera de tono como aquella de “millones y millonas” y tantas otras, que no se sabe si las dice por bruto y por seguir un libreto o por el contrario mirarlo como poco a poco va ganándole la pelea a los países que lo sancionaron, encabezados por Estados Unidos y los Europeos.
El primer fiasco en las negociaciones lo tuvo Estados Unidos cuando aplicando los acuerdos le devolvió a Alex Saab a Venezuela y este lo designó en un alto cargo y a renglón seguido la Corte Suprema en Venezuela le confirmó la sanción a María Corina Machado, y de contera la inhabilita para aspirar a ser candidata presidencial en las venideras elecciones.
Pasa el tiempo y le escuchamos decir a nuestro hombre folclórico de Venezuela que iba a ganar las elecciones por las buenas o por las malas. Los demócratas del mundo nos horrorizamos, pero a nivel de jefes de Gobierno, nadie dijo nada.
Después de todos estos sucesos, le da por pensar a uno, que el gobierno, o mejor la dictadura de Maduro ha entrado en un giro sin retorno de su mandato. Ya no le interesa aparentar los buenos modales y está descarrilado persiguiendo a sus enemigos. Encarcela a líderes sindicales, incluyendo a los maestros. Para acabar de seguir actuando, usa el mayor desacierto de un dictador, y el 10 de febrero pasado, en el aeropuerto principal del país, agentes del régimen secuestraron a Rocío San Miguel, una reconocida defensora de derechos humanos, por supuestamente estar implicada en una conspiración contra el dictador venezolano. Muchos países n el orbe reaccionaron, pero como vemos, estos pronunciamientos no le llegan al sátrapa. Parece que igualmente fueron detenidos sus familiares cercanos para presionarla. La señora San Miguel por ser una activista de derechos humanos tenía medidas cautelares de la Corte Interamericana, además de la nacionalidad Española.
El presidente venezolano se encuentra acorralado y después de todos los pronunciamientos de los países para cuadrar su irreverencia con los derechos, fueron expulsados de allí la oficina del Alto Comisionado de la ONU y por consiguiente la crisis se ahonda más.
Todos estos hechos nos muestran que unas elecciones libres en Venezuela serán imposibles y se puede allí aplicar el viejo adagio: “el que escruta, elige”.
Sólo queda pedirles a los países que suscribieron el acuerdo con Venezuela que lo cumpla y que haya elecciones libres.
