Por: Mario Arias Gómez.
Juré no volver a referirme a la polichinela delineada en la columna anterior -ver-: https://www.blogger.com/blog/post/edit/6552531000687034993/2108117586165192235 pero ante la ebria reacción de la extravagante jauría de ayayeros, lameculos, lamesuelas y lavaperros, cambié de opinión, disponiéndome a ampliar la caricatura del frívolo encantador de serpientes que vanamente ensaya tapar el sol con un dedo, lo cual me incitó a profundizar en los cuestionamientos planteados frente al fiduciario de la sin medida, ciega ambición, codicia -inocultables- que lo ‘adornan’; realidad -sin retorno- a la que se agrega su autoproclamación -sin rubor- como ser excepcional, digno de imitar.
A otro perro con ese hueso.
Jesús le dijo a los judíos (Juan 8:32-36): “La verdad os hará libres”, silogismo que incita a no callar, a no cerrar la boca, a mantenerla abierta, a pregonar como lo hizo el inocente niño de la leyenda: «El rey va desnudo«, atribuida al danés, Andersen, que ‘lucia’ el “invisible traje nuevo «, nunca antes visto, preparado por unos estafadores que timaron al emperador.
Historia reproducida por el ‘honorabilísimo’, insoportable, irreconocible ‘Bobo vivo’ -segundón que ha vivido de las sobras burocráticas-, con el cúmulo de artificiosos, demagógicos, indigeribles, insentidos, patrioteros trinos difundidos a través de las redes sociales y que lo desnudaron, contentivos de ‘densas’ sentencias de moralina con menosprecio de la memoria de los caldenses, a los cree amnésicos, despistados o desentendidos.
Es una pena decirlo, pero mayor pena sería callarlo. Cortinas de humo de quien, premunido de su patente de corzo, se permite hacer impunemente lo que le viene en gana, desinforma, deforma. desdibuja, distorsiona, echa tierra a la megacorrupción -pan de cada día-. Política del atajo enmarcada en el todo vale, apoyado por el arrodillado rebaño de fletados, indeseables, serviles sirvientes.
Escandaloso, irresistible, rutinario modus vivendi convertido, implícitamente, en su característica mala praxis, soporte de sus misceláneos affaires que recuerdan la antigua, popular fábula: “La rana y el escorpión”, alusiva a que hay personas y situaciones que jamás cambian, pues tiene que ver con la naturaleza más profunda.
Este -sucintamente- el mitológico cuento: Posaba apaciblemente la rana a orilla del río, cuando se le acercó un escorpión urgido de cruzar el torrentoso afluente, proponiéndole: ¿Tal vez puedas ayudarme a cruzar el río llevándome en tu espalda? ¡Ni pensarlo! de seguro sacarás tu aguijón, me picarás, matarás. ¡No me arriesgaré! ¿Cómo se te puede ocurrir querida amiga?, date cuenta de que, si te pincho y mueres, te hundirás, igual yo, también me ahogaré porque no sé nadar. Tienes razón. Te ayudo. El maléfico alacrán en la mitad del río -dicho y hecho- picó a la caritativa, compasiva rana. Mientras se hundían, ahogaban, preguntó la rana: ¿Por qué lo has hecho si tú también vas a morir? Lo siento, no pude evitarlo, la tentación fue demasiado fuerte, mi naturaleza es así. Moraleja: “No confíes de las buenas intenciones de aquellos que no pueden cambiar su naturaleza”.
Fiel al designio, no callaré las apariencias, desinformación, tropelías connaturales del venenoso monstruo humano en comento, incontrolables entresijos de los que está hecho, predisponiéndolo -débil de principios- a desinstitucionalizar el otrora glorioso Partido Conservador, a socavar sus cimientos, al punto que hoy no tiene reparo en avalar como candidato a alcalde de la señorial Manizales, al tránsfuga, Jorge Eduardo Rojas, fantoche que campante se ha paseado por todas las toldas políticas: Liberal, de la U, conservadora, del amado terruño, como lo reseñó, Luis Emilio Sierra.
Enseña apacentada por el mudo, nulo, pasivo, renegado Bobo vivo, a quien se le hace agua la boca al aludir al fraguado balance de su amplio periplo legislativo, que según su decir -sin fundamento-: “iluminó el camino del progreso, la prosperidad, estabilidad de los caldenses”, añadida ‘su’ denodada, falsa lucha contra la corrupción, la pobreza -pero la suya que lo sacó de la quiebra-. Trapecista que termina sus días sonsacando copartidarios para que engrosen la ‘Nueva Fuerza Demoníaca’.
Fanfarrón que hace alarde de imaginarias virtudes, emergiendo el corolario: “Dime de qué presumes y descubrirás de qué careces”. Aplicable aforismo a los mencionados ‘twitters’ del burlesco traficante de avales, previos a las elecciones del 29 de octubre, causantes en el pasado de gran ruido mediático, por los altísimos costos -en efectivo para no dejar rastro-, reglados por el ávido, omnipresente operador, dueño del proscrito ‘Poder del Pueblo’; inescrupulosa manera del zorro en cuestión, de llenar las alforjas y financiar su propia campaña.
Pruebas al canto: Jorge H. Meza -para solo mencionar una- desembolsó sin regatear quinientos millones, equivalentes a tres mil millones de pesos de hoy, desplazando -sin corazón, ni remordimiento- a los curtidos -en turno- militantes: Warner Zuluaga, Marina Gutiérrez, Jorge Iván Duque, los que por mérito y derecho propio aspiraban.
Affaire que se repetía de elección en elección, seguramente reencarnado ahora con su nueva divisa. Vaca ladrona no olvida el portillo. Pesado baldón que con el bullicioso ‘Robo a Caldas’, es el indeleble lastre que arrastra la codiciosa, permisiva, teatral, ‘virtuosa’ deidad -con el sol en la espalda-. Autoridad que enmarca las descalificaciones a los cómplices que durante un cuarto de siglo lo acompañaron en el apoyo -de hinojos- al minusválido moral el Ubérrimo, los mismos que adhirieron al gobierno Petro -flor de un día- apoyo del que algunos se mamaron.
“Renuncio a la organización actual del partido. No reconozco como jerarquía del partido al Directorio nacional actual y no reconozco las actuaciones de la bancada del partido porque se han apartado completamente de los lineamientos ideológicos, de los principios del conservatismo”. Delirante mandoble del anacrónico tótem que, más que un insulto fue un elogio.
Incalificable abdicación al partido que todo se lo dio, largueza correspondida con la sacrílega, perniciosa entrega a la sanguinaria sanguijuela de los ‘falsos positivos’, que tienen al innombrable con la soga al cuello, cuyo estafeta, Andrés Pastrana, titiritero que perdió todo sentimiento de pertenencia al partido que hoy le escupe la cara, junto al renunciado consueta; saltimbanqui cuya traición (renuncia) coincidió con el quincuagésimo quinto aniversario del asesinato (1968) de Martin Luther King, en Memphis Tennessee, Estados Unidos, mientras pronunciaba el histórico discurso sobre los derechos civiles.
Inconducta que convirtió al partido en apéndice del lastrado CD; heredada por la Juana de Arco criolla, lo que me llevó a soltar las amarras que por décadas me ataron a dicha entelequia, fuente de impensadas felonías, de inéditos asesinatos que el paso del tiempo no borra, recogidos -con pelos y señales- en el autobiográfico, picante libro: “Un Bobo vivo’.
Del glorioso, sagrado pasado del Partido Conservador, de lo admirable, cívico, ético, excelencia -dicho sin tapujos, sin anestesia- nada se habla, nada queda; prima, reina la hipocresía, la degradación, consubstanciales al enmascarado, gélido, imperturbable, reincidente depredador, examigo de trasiego, del que hube de alejarme después de medio siglo de servirlo desinteresada, devota, fiel, gratuita, lealmente, de convertirme en el apologista, escudero, de lo cual me avergüenzo.
Canallesco, desagradecido, ingrato que, en un momento de súbito apremio, con inmisericorde, meticulosidad quirúrgica, se desentendió, luego de exprimido, explotado. Sacrificado partenaire que equivocadamente acudió en su ayuda, en busca de paliar la susodicha vital emergencia.
Demencial desatención que mudó el genuino, histórico afecto en resonante arrepentimiento. Agradecimiento manifiesto expresado de dientes para afuera.
Judas Iscariote, hace aproximadamente 2.000 años traicionó a Jesús, repetida con la ardiente, manifiesta ingratitud del parigual orate, contra este sencillo escriba que la asumió como tal, de quien olvidó la irrebatible gestión adelantada -per se-, y que lo enriqueció visibilizó políticamente. ‘Así paga el diablo a quien bien le sirve’.
Agonizante, cutre, disfrazado, estrambótico, lastrado, narciso representante del minusválido, prosaico Pastrana, engañabobos -némesis del presidente Petro- que asegura ser incontenible, interminable la cola de renegados adhiriendo a la Nueva Farsa, cuando es sabido que hay municipios -como Salamina- donde no ha podido encontrar quien preste su nombre para el Concejo.
Bogotá, D.C., 19 de julio de 2023
http://articulosmarioariasgomez.blogspot.com.co/30
