Por: Alejandro Loaiza Salazar.
En las elecciones presidenciales del 2022 no solo estaba en juego el solio de Bolívar, la estabilidad de la nación tenía serías posibilidades de alterarse como en muchos años no había visto Colombia.
Los excesos de la Derecha, un pésimo gobierno de Duque, acompañado por una desbordada corrupción, movilizaciones sociales en “Stand By” desde el 2018 y solo frenadas por la pandemia, preveían la posibilidad de un estallido social urbano de enormes dimensiones.
Si la protesta social de Chile fue únicamente frenada con la elección de Gabriel Boric, en Colombia las manifestaciones serían controladas solo por un gobierno de Izquierda que encarnará lo que algunos llaman “El espíritu de la época”, y ese espíritu lo recogía Gustavo Petro, era el quien representaba todo lo distinto de gobiernos anteriores y que la ciudadanía clamaba con urgencia.
Petro sin duda era el mejor de los oradores y supo hacer una campaña que mitigo en algo los temores sobre él, pero sobre todo recogió la rabia contra los otros.
En el tarjetón de primera vuelta no eran pocos los nombres, desde el ultra “Godo” y ampliamente desconocido Enrique Gómez, hasta la “Poco” entendida Ingrid Betancourt.
De tajo todos los candidatos de Derecha estaban descartados, el gobierno de Duque logro desencantar incluso a los más conservadores, quedaban en el Centro candidatos como Sergio Fajardo que tan dubitativo como siempre no apasionó a sus electores, o la misma Ingrid quien con comentarios desenfocados y desentonados nunca se hizo entender.
La opción era un señor de avanzada edad, poco conocido pero que decía en ocasiones lo que algunos querían escuchar, Rodolfo Hernández encarnó el fenómeno Trump que se vive en USA, y como el expresidente norteamericano, también te iba a sus espaldas sendos escándalos a cuestas y con un discurso contra-institucional genero más miedo que atracción en los electores más informados.
Nada que hacer, la opción a pesar de los antecedentes de la alcaldía de Bogotá era el ya conocido Petro, si hoy el escándalo es por las actuaciones de su hijo, con Rodolfo era tener abiertamente un presidente subjudice por negocios y contratos abiertamente ilegales, el destino ya estaba a favor de Petro, por lo menos era claro que la efervescencia en las calles seria aplacada con su gobierno, aún cuando la incertidumbre sería el común denominador de su Gobierno.
Ese fue para muchos la justificación del voto por un Gobierno de Izquierda, frenar las revueltas, incluso una de sus hijas lo expreso claramente en una de tantas entrevistas, y es que las revoluciones se calman con sangre, los malos gobiernos con votos.
Sí Colombia estaba destinada a tener un Gobierno de Izquierda; Petro está condenado a cimentar o como Duque destruir su continuidad, hoy la balanza está en su contra, pero en política los que hoy están enfermos, mañana podrán gozar de cabal salud.
Adenda: Gente en Movimiento y su candidato Henry Gutiérrez se ha quedado cojo sin tener un virtual socio como candidato a la alcaldía de Manizales, hoy las condiciones no están dadas para repetir la estrategia de hace cuatro años de poner votos vergonzantes y al final a un candidato, el fenómeno Carlos Mario solo nos lo aplican una vez; salvo que durante la campaña el Senador Guido Echeverry experto en enemistar a Luis Roberto con todo el mundo, cómo sucedió con el Gobernador, logré desestabilizar la coalición ya en principio difícil de Luis Roberto con Rojas, todo por los egos y la soberbia que demuestran sus últimas decisiones.