EDITORIAL
Una de las reglas de oro que los gobernantes deben seguir, es evitar el ruido. Ello desgasta la imagen y afecta la confianza de los gobernados.
La última semana ha sido fatal para el Presidente Gustavo Petro, lo que terminará afectando su gobernabilidad, imagen y credibilidad, porque como se dice popularmente, si le va bien al presidente le va bien al país, y viceversa.
La “sacada” de los tres ministros, especialmente el de educación, Alejandro Gaviria, le traerá consecuencias nefastas porque confirma lo que muchos piensan en el sentido que el presidente Petro es intolerante a la crítica y solo escucha su ego. La manera como hizo estos cambios no fue la más adecuada ni decente: los ahora exministros, fueron notificados a través de los medios de comunicación.
El monumental escándalo en el que se ha visto involucrado su hijo mayor Nicolás por haber recibido dineros de personas al margen de la ley o non sanctas, según denuncia de su exesposa, es un golpe muy fuerte para Petro porque no hay cuña que más apriete que la del mismo palo, en este caso, la misma familia. No serán suficientes las investigaciones que se dilatarán para que el tema se olvide con el tiempo. El daño ya está hecho y la duda creada.
El vil secuestro de 78 policías en San Vicente del Caguán durante más de 30 horas por miembros de la comunidad que protestaban contra una petrolera, y el asesinato de otro policial, quienes fueron despojados de sus armas, chalecos y demás implementos, además de ser agredidos física y verbalmente, es un atentado contra la institucionalidad del país y una prueba más del desgobierno que se vive en muchas regiones.
Como si lo anterior no fuera poco, la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado decidió suspender provisionalmente el decreto con el cual el presidente Petro asumía el control de la regulación de los servicios públicos en el país.
Estos cuatro hechos presentados en un lapso de cinco días, le han generado un desgaste al gobierno Petro del que difícilmente se recuperará. La luna de miel acabó mucho más rápido de lo previsto, y la imagen, confianza y credibilidad del presidente de la república se desploma, va en caída libre y difícilmente se recuperará.
De continuar en esta línea, Petro está enterrando las posibilidades a corto y mediano plazo de otros gobiernos de izquierda en Colombia y todos lo que está sucediendo, incidirá negativamente en forma directa en la elección de mandatarios territoriales. Por ello dicen por ahí que es mejor malo conocido que bueno por conocer. La centro derecha se prepara para recuperar el poder en el 2026 ante el fracaso del proyecto Petro que se avizora.
Manizales, 05 marzo 2023.
@tintiando
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