Opinion

¡Persona ‘NON GRATA’! *

El Congreso de la República del Perú, al cierre de la legislatura,  aprobó -con una votación de 72 votos a favor, 29 en contra y 7 abstenciones- declarar persona ‘NON GRATA’ al presidente Petro, a raíz del oprobioso baldón de ‘nazista’ que  le colgó a la Policía (PNP), luego del previsivo despliegue en Lima de cerca de 10 mil efectivos, en resguardo del patrimonio público presente en su Centro histórico, de la ciudadanía, de la propiedad pública y privada, dadas las violentas algaradas antigubernamentales de las últimas semanas, que han dejado más de seis decenas de víctimas, un sinnúmero de heridos, lisiados, destrucción de la infraestructura pública, graves daños a la propiedad común, privada, cierre de vías.

Lo que llevó al presidente Petro a lanzar -en forma desconcertante, irracional, procaz- opinión sobre asuntos ajenos que no le incumbían y que, levantaron ampolla; hostil, perjudicial comentario, tachado como inadmisible por las autoridades. Enseña sentenciosamente la sabiduría popular: “por la boca muere el pez”, “Quien mucho habla mucho yerra”.

Transcribo la insolente declaración: “Las autoridades peruanas marchan como ‘nazis’ contra su propio pueblo, rompiendo la Convención Americana sobre Derechos Humanos”.

Exabrupto repetido con motivo de la sentencia de la Corte IDH, que condenó al Estado colombiano por el exterminio de la Unión Patriótica (UP) que comparó en la posesión de los embajadores en Brasil, Canadá, Costa Rica, China, Finlandia, México, con la Alemania nazi.

Moción sustentada por la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, que consideró un agravio imperdonable al pueblo judío, una banalización de las víctimas del holocausto, una ofensa a los peruanos, concluyendo con la exhortación al Ejecutivo, para que prohibiera el ingreso al territorio nacional al presidente Petro.

Escalada que inició con la injerencista justificación hecha del autogolpe de Estado por el presidente Petro, que le mereció a Castillo la vacancia constitucional, decretada por el Congreso que, sin solución de continuidad -según lo normado- dio posesión inmediata a la vicepresidente, lo que devino en los altisonantes, inamistosos, injuriosos, vejatorios improperios glosados.

Desencuentro agravado por el atrevido, inaceptable entrometimiento en los asuntos internos del Perú, por los ideologilizados gobiernos de Colombia, México Argentina, Bolivia, Chile, Honduras, Nicaragua, tutelados por el Foro de São Paulo y Grupo Puebla. Imparable intrusión que exigió la reposición del impúdico malandro, apelada ante la CIDH -poder supranacional-, mediante la solicitud de medida cautelar, denegada ipso facto.

Demencial, impensado, mediático palanqueo del consternado presidente Petro, convertido -per se- en defensor del expectorado, encarcelado, retorcido capo de la criminal organización enquistada al interior del gobierno; incondicionalidad que lo empujó a soslayar las probadas imputaciones que lo trasmutaron en copartícipe de las tropelías y desatinos del pícaro, con el que -por lo visto- empatiza y simpatiza.

Aberrante complicidad -activa- con el absuelto gánster, santificado por Petro, tenido como referente moral, políticamente pluscuamperfecto, asegurando infundadamente que, desde el inicio del mandato, Castillo fue acosado, acorralado, perseguido, martirizado, victimizado -por campesino, serrano, por maestro- por la rancia ultraderecha. Antagónica, discorde, inconsecuente, paradójica, tornadiza defensa con la condena, reprobación, repudio que acaba de hacer -a través del Canciller- contra el artero sátrapa nicaragüense.

Golpista al que la pudorosa fiscal de la Nación, Patricia Benavides, le formuló ‘Denuncia Constitucional’, avalada por el Congreso -59 votos a favor, 23 en contra y 3 abstenciones- en aplicación de los artículos 99 y 100 de la Carta Magna; incriminándolo por los delitos: contra la tranquilidad pública en la modalidad de organización criminal agravada por su condición de líder, tipificada en el Código Penal en concordancia con la Ley 30077; Crimen Organizado contra la administración pública, en la modalidad de tráfico de influencias, en agravio del Estado; colusión; levantando de hecho la prerrogativa del antejuicio político.

Surtido el trámite congresal, “regresó a la fiscal para que, conforme a las atribuciones dispuestas por la Constitución, procediera a formalizar la investigación preparatoria, a efecto de determinar las responsabilidades sancionables, (procedimiento ya surtido) contra el pobre infeliz, con sus huesos hoy en la cárcel. Denuncia constitucional que comprendió al prófugo exministro de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva, por organización criminal y colusión, y al exministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Geiner Alvarado, por organización criminal.

En carta abierta al secretario general de la OEA, Luis Almagro, 118 congresistas de 14 países, evidenciaron “la existencia de un proceso de desestabilización contra el Perú”. Destacaron: “Más grave aún es el comportamiento de gobiernos pretendidamente democráticos -atrás precitados- que implícitamente apoyan dicha desestabilización”.

Señalamiento que toca al presidente Petro, López Obrador y Evo Morales acusado de estupro, terrorismo, sedición, de inspirador de las asonadas en el sureste peruano; de desatar la violencia extrema; de sufragar el reclutamiento y movilización hacia Lima, de mercenarios, terroristas y vándalos, tras el derrocamiento de Dina Boluarte -parte que fue del mismo tinglado- o su renuncia.

Flagrante, pertinaz, sonrojante intervencionismo, violatorio del artículo 18 de la Carta de la OEA que rebosó la copa, colmó la paciencia del Congreso que respondió con la severa, vergonzante, susodicha declaratoria de persona ‘NON GRATA’ al presidente Petro, agregada la taxativa reprimenda presidencial: “Lamento las atrevidas, temerarias declaraciones del presidente de Colombia concernidas a la situación política que vivimos y que azuzan a la población”. «Rechazamos todo tipo de injerencia, …desde acá le digo al señor Petro que SE DEDIQUE A GOBERNAR A COLOMBIA, que también sus calles están llenas de protestas, déjenos resolver a los peruanos las nuestras”.

Exacerbado linchamiento, reconvención, varapalo, que la egocéntrica, Cancillería, haciéndose la desentendida, la de la vista gorda, pretendió, con total desenfado, desfachatez, desvergüenza, minimizarlos, restarles importancia con esta circense, extravagante, apostilla distractora: “tomamos nota de la moción que declaró persona, ‘NON GRATA’ al presidente Petro, que interpretamos como un acto de carácter político del órgano legislativo peruano, que no compromete al pueblo y, por tanto, no afecta la histórica relación con la hermana nación”.

Esperpéntica, patética, reciclada declaración que el Gobierno, luego de tirar la piedra, ahora esconde la mano, tratando -vanamente- de atenuar la irracional, ilegítima, abrupta intromisión, intrusión en el convulso, fracturado Perú, donde el presidente Petro hizo el papel de ‘tonto útil’, al validar al impresentable, inescrupuloso, tiránico verdugo, escoria humana sin valor alguna.

Belicosa intervención que tiró por la borda, festinó irreparable, irreversiblemente la ancestral, añosa, armonizada, fraterna, fructuosa relación -cuasirrota-, que parece no importarle al presidente Petro.

¡Amo al Perú!

* Por: Mario Arias Gómez.

Bogotá, D.C., 25 de febrero de 2023

http://articulosmarioariasgomez.blogspot.com.co/30

Lo más visto

Subir