Tratemos de ponernos de acuerdo con algo, con toda y la papaya que ha dado Carlos Mario Marín, el tristemente famoso alcalde de Manizales, no ha tenido oposición sería, contundente y efectiva en lo que va de su administración. Él ha sido el dueño de su propia oposición, él ha sido el generador de todo lo negativo que rodea su administración.
Cuando se está inmerso en política, se tiene la falsa sensación de que todo el mundo sabe y entiende de las minucias de la política, y no, no es así, el porcentaje de ciudadanos atentos al que hacer público es bastante reducido, no muchos leen columnas de opinión, no muchos están atentos a los contenidos y control político, y en cambio sí a las redes sociales.
Carlos Mario ha tenido como oposición unas cuentas personas que han generado alertas frente a su actuar administrativo o bien desde algunas redes sociales, o en columnas de opinión, y ni que decir de los concejales, los cuales mayoritariamente han sido capturados por la burocracia, y los negocios que ofrecen en la alcaldía.
En contraste Carlos Mario es dueño de una de las bodegas virtuales más grandes del país, el junto con el alcalde de Medellín y su primo, el representante Santiago Osorio, usan los servicios de generadores de contenido para defender sus posiciones, atacar a sus contradictores y difamar de quién necesiten.
Tristemente por parte de los congresistas no hay una voz fuerte y de contrapeso que sea capaz de hablar directa y francamente sobre los excesos de una administración que va desde el ridículo por sus aventuras en Liberland, un país imaginario, hasta los desfalcos y hallazgos fiscales e incluso penales en obras que han paralizado la ciudad, como el intercambiador de Los Cámbulos.
Pero lo que es peor, es que hoy ninguno de los precandidatos a la alcaldía de la ciudad ha sido lo suficientemente estratégico, valiente y arrojado cómo para acusar directamente al alcalde por el desastre en que tiene inmersa a la ciudad.
Si las elecciones fueran hoy, no cabe duda de que Carlos Mario pone alcalde, y no por que tenga un abultado número de votos, sino por el basto número de candidatos que atomizan los votos de la opinión, y el voto amarrado con que él cuenta dada la tenaza que con éxito pudo poner en función de la elección a la cámara de su primo.
Señores candidatos, aprovechen esta oportunidad de oro y apropien el discurso contra la corrupción generada por el hoy alcalde de Manizales y salven a esta ciudad de la tragedia de tener nuevamente un alcalde que continúe con la patética línea de errores y torpezas por las que hoy Manizales es ampliamente reconocida en el país.
* Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.
Twitter: @AlejandroLSFD
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