Dicen que la historia se repite, y en Política sí que se repite, cambian los personajes, el nombre de los partidos, pero el poder parece ser un círculo que tienen tanto de virtuoso como de vicioso.
Hace exactamente cuatro años el país vivía la victoria de la derecha pura y dura, Iván Duque había llegado al poder luego de derrotar a una de las versiones más izquierdistas de Gustavo Petro, el turno era para Centro Democrático, era la primera vez que este partido, encarnando la filosofía más pura del Uribismo llegaba al poder, ahora la responsabilidad era en región, debían de construir de la mano de un gobierno los cimientos del poder local para procurar con ello sostener en la próxima elección presidencial un gobierno que garantizara el continuismo, pues el objetivo del poder, es no perderlo.
Evidentemente, y como se anticipaba, Centro Democrático no forjo líderes capaces de apoyar, construir e impulsar los liderazgos regionales, su purismo y terquedad fue el coctel perfecto para la derrota, y con ella el primer paso para un gobierno de izquierda.
En Caldas fueron pocas las alcaldías que logro el partido de Gobierno, y luego de ganarlas, mucho menos las que acompañarían todo su mandato de la mano con el Centro Democrático, muchas se les voltearon.
Con la Gobernación y alcaldía de Manizales pérdidas, sus candidatos no lograron obtener ninguna de las dos preciadas joyas de la corona, y con un solo diputado electo, la derrota en las elecciones para congreso estaba descontada.
Hoy parece que la historia no será tan distinta para el partido de Gobierno y sus aliados en el departamento.
Ciertamente, el Pacto Histórico es todo menos un partido estructurado y rígido, de hecho, no es un partido, es una coalición, una amalgama de tendientes sociales, algunas políticas, inclinadas hacia la izquierda y el centro, en donde, como reza el dicho, quien no conoce a Dios cuando lo ve se asusta, nunca habían tenido un ápice de poder, y siendo esta su primera vez, están desesperados por conservarlo incluso tratando de derrotar a sus aliados naturales y a sus mismos compañeros de bancada.
Muchos de sus congresistas llegaron por cuenta de una poderosa lista cerrada que era impulsada por el candidato presidencial más fuerte del momento, sin experiencia en estructurar redes de poder, sin ninguna ascendencia en regiones y lo peor, con cero votos.
En Caldas, los sectores del Pacto Histórico tuvieron desde el momento en que Carlos Mario, alcalde de Manizales, llego en alianza con un sector del Partido Verde, profundos desacuerdos; sin embargo, era el Petrismo caldense, eran ellos los encargados de impulsar una campaña presidencial en el departamento, la cual fracaso ante el candidato Rodolfo Hernández, o por miedo, o por desconfianza, o simplemente por identidad, los caldenses mayoritariamente votaron en contra de Petro.
En las elecciones territoriales pareciera que no va a ser diferente, en el departamento aun no existen las estructuras de izquierda suficientes para ganar espacios de poder político, y el partido verde tan fraccionado como Carlos Mario quiere tenerlo, y la sombra de Mauricio Lizcano, quien lejos de ser de izquierda, aprovecha sin duda un momento de enorme figuración y poder dada su posición, no representan la tendencia del Gobierno.
Pero aún más, cae el gobierno de Petro en absoluto desinterés por fortalecer las redes de poder local, no es Caldas una región de su interés, y no tendría por qué serlo, acá en el departamento, de una u otra manera son los mismos de siempre los que se juegan el todo por el todo.
* Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.
Twitter: @AlejandroLSFD