Opinion

¡Prevaricato político! *

Alegoría que asocio al incumplimiento, inobservancia, omisión, respecto a la promesa del presidente Petro, referida puntualmente que de llegar a la presidencia -en su tercer intento- solicitaría la conformación a la ONU, de una Comisión Internacional contra la impunidad, la megacorrupción, similar a la creada en Guatemala (‘Cicig’) presidida por Iván Velázquez -ministro de Defensa-.

Su resonante desempeño, aplaudido continentalmente, dio con la cabeza del presidente Otto Pérez Molina, y la vicepresidenta, Roxana Baldetti, por corruptos. Descarrilado país -sin rumbo-, a donde llegó el exmagistrado antecedido de resaltante prestigio como investigador estrella de la parapolítica en Colombia, que tangencialmente tocó al sibilino innombrable.

Ponderado ejercicio que lo convirtió en el tenaz enemigo, malquerido por el uribismo que, con los subalternos, mercenarios a sueldo se dedicaron a mancharlo, maldecirlo, menospreciarlo, deshonrarlo, inhabilitarlo, perseguirlo, como ahora lo hacen -sus pares guatemaltecos-, país al que sirvió fiel, lealmente.

Ejemplificada guerra sucia, adelantada mediante un fraguado, fallido falso positivo judicial, montado en contra de la CSJ y el precitado, a través del paramilitar, José Orlando Moncada, alias Tasmania, presionado, sobornado -con una casa y protección (promesa ‘cumplida’ con un atentado a pocas horas de excarcelado, en busca de silenciarlo -vieja, repetida táctica-)- para que sostuviera unas falsedades, de las que se retractó luego; transcribo: “más que un engaño fui obligado a sostener esa mentira y firmar esa carta, para favorecer unas peticiones que concedieron y repito, nunca redacté esa carta y la firmé porque tenía que hacerlo”.

Condenados por ello -entre otros-: María del Pilar Hurtado, directora del DAS; Martha Leal, jefe de operaciones de inteligencia, Sergio González (abogado), Eduin (sic) Guzmán (paraco). Montaje que cual ‘boomerang’ se devolvió en contra del todavía ‘presunto’ autor intelectual, atrapado por su manchado, maldito pasado. El Tribunal Administrativo de Cundinamarca, obligó -al respecto- al Estado, a pedir perdón al exmagistrado Velásquez “por los seguimientos ilegales efectuados por el desaparecido DAS entre el 2007 y 2009” (período del innombrable), requerimiento cumplido por el ‘ojibrotado’ director de la Agencia Jurídica para la Defensa del Estado (Camilo Gómez) y por el director del Departamento Administrativo de la Presidencia (Duque), Diego Molano.

Insumo que con otros relevantes casos refrescaré en otros apartes como ayuda a la labor que le espera a la esperada Comisión Internacional contra la impunidad, la megacorrupción -de materializarse-.

Recordación a nombre del 50,44 % de engatusados compatriotas que catapultamos al presidente, encabezados por: Colombia Humana, partidos afines, sin partido, independientes, jóvenes y los ‘nadies’ visibilizados por Francia Márquez, y obviamente por el sinnúmero de antiuribistas que no consentimos ser apéndices del falso santón en comento.

Heterogéneas fuerzas proclives a detener el entrampamiento de la guerra, a que se siguiera desangrando, destruyendo, saqueando la nación, aunadas a los escandalizados, estupefactos connacionales, petrificados ante la impensada, real posibilidad de que el inepto bufón, Rodolfo Hernández, se saliera con la suya, alcanzara el mando con sus 10’604.337 de despistados que lo acompañaron.

Riesgo contrarrestado por los 11’281.002 de colombianos, afines con el discurso del gobierno del ‘CAMBIO EN PRIMERA’; pro-‘VIDA’; de la ‘ESPERANZA’. ‘Ángel exterminador’ contra la ‘IMPUNIDAD’, la ‘CORRUPCIÓN’, el ‘PARAMILITARISMO’. Miedo, temor que aglutinó a 773.799 votantes de más que con dolor de patria, cerramos filas ante la probabilidad de que el temido saltimbanqui fuera el escogido. Moñona que de paso implicó desmontar al empotrado uribismo que se había refugiado en sus toldas, posibilitando la elección -por primera vez en Colombia- de un presidente de izquierda, duélale a quien le duela.

Ineludible, inaplazable, fructuoso CAMBIO que este estoico, humilde escriba, dejando atrás la cobardía, se sumó desde esta tribuna, excitado por el célebre verso de Martin Niemöller (1892-1984), acomodado por otros a Berthold Brecht (1898-1956), y que me atrevo a parodiar: “Cuando los paras vinieron por la Unión Patriótica, permanecí en silencio porque yo no era de la UP… cuando vinieron por mí nadie protestó”.

A todas esas preocupa el sepulcral silencio que un manso Petro -ya posesionado- guarda frente a la encomiable, prometida Comisión Internacional, dado que ya se habla de “los muchos anuncios y las pocas realizaciones”, que muestra un acelerado deterioro de la imagen, del tambaleante capital político que no puede pasar de agache, medido por recientes. robustas encuestas, que captan en el grueso de encuestados, una sensación de burla, indignación que los malpensados adjudicamos al fingido, hipócrita, inverosímil coqueteo del innombrable hacia su persona.

Agréguese los alucinantes, exasperantes, mediáticos encuentros (cero y van tres) sin lógica alguna, que tiene en ascuas a los propios petristas, que los encuentran injustificados, igual que el congelamiento de la susodicha Comisión, que lo imaginan amarrado a algún digitado, inadmisible acuerdo por debajo de la mesa.

Conjetura, sospecha que surge del conocimiento que se tiene de las habituales, retorcidas mañas, esencia del citado zorro que no da puntada sin dedal. El primer encuentro -29 de junio/2022-, se dio a iniciativa suya en la oficina del abogado, Héctor Carvajal, quien se dice cocina su candidatura a Fiscal general.

El segundo cónclave -martes 27 de septiembre/2022-, se efectuó en la ‘Casa de Nari’, mancillada por el otrora fiero adversario -hoy exculpado-, cuando subrepticiamente recibía por el sótano a los enviados de ‘don Berna’, ex que se informa manifestó en dicho encuentro la molestia con el señalamiento de “encarnar la recalcitrante ultraderecha, pidiendo: “Dejar ese ‘falso’ cuento”.

Como ‘réciprocité ofreció’: “trabajar en armonía con la administración” que “entendería -en adelante- como una democracia social, lejana del fracasado socialismo siglo XXI”. Y todos plácidos, contentos.

En la tercera cita (no agendada) -viernes 3 del mes y año en curso-, el innombrable -con su fingida cara de seminarista-, se hizo acompañar del contralor General, Carlos Hernán Rodríguez, del abogado, Héctor Carvajal (repitente) y José Félix Lafaurie, para quien Petro dejó de ser el “mismísimo diablo”, convertido en “demócrata integral, respetuoso de la oposición”. “La política -adujo- no puede ser de fracturas como antes cuando se creó el cisma de amigos y enemigos de la paz”. Aplausos.

Sabido es que ‘no hay almuerzo gratis’, referido esta vez a la enmascarada capitulación, ‘top secret’ -falta de transparencia- casual (¿?) -para darle el beneficio de la duda-, encasillado por los mentideros políticos, como lindante con un punible prevaricato político, una afrenta -además- a los antiuribistas que tenemos claro que la exitosa, larga carrera política del hoy ocupante del ‘solio de Bolívar, sin duda fue su radical, valiente antiuribismo, festinado imprevista, sorpresivamente.

Enigmática, inimaginada, olímpica voltereta -con olor a componenda- nunca anticipada, ni prevista. Perdón y olvido -con sabor a conejo-, en favor del pragmático brabucón, reconvertido en el “nuevo mejor amigo”, con el que Petro decidió -per se- fría, inconsultamente, dormir con el enemigo; suicida, desleal decisión con los electores -a los que se debe-, borrando de un tajo la frontal, razonable lucha contra el atroz, desalmado, infame, peyorativo paramilitarismo, que llenó de cruces, desangró, tiñó de rojo los ríos, desgarró la martirizada patria. Génesis del genocidio atado a las Convivir.

Barbarie encadenada al perverso halcón, cuya lucha -convertida en patrimonio- fue decisiva en el triunfo que trasmutó a su comandante, en adalid del CAMBIO, que inició el pasado 7 de agosto, luego de jurar que lo empoderaría, desarraigaría -caiga quien caiga, dijo- las ominosas, inmemoriales: impunidad, megacorrupción.

Autodestructivas lacras imputadas al abominable, anacrónico, canallesco, corrosivo, siniestro verdugo de Colombia, delictual era, que ‘FICO’ pretendió sacralizar, como canonizar al encartado innombrable; propósitos atajados -por fortuna- por la ácida filípica petrista: ¡A otro perro con ese hueso!.

* Por: Mario Arias Gómez.

Bogotá, D.C., 11 de febrero de 2023

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