Opinion

“LA SABIDURÍA NOS LLEGA CUANDO YA NONOS SIRVE PARA NADA” Gabriel García Márquez *

Se acerca el fin de año y esperamos que los pronósticos iniciales de los expertos en el clima se cumplan, es decir, que este crudo invierno que nos ha acompañado en gran parte del año se acabe a mediados de Diciembre; aunque ya hemos oído a personas expertas diciéndonos que se puede extender hasta parte del año próximo.

La marcha del Estado lentamente se ha ido enrumbando en un estado socialista y muy sutilmente nos están dando a cuentas gotas hechos y frases para que sin atemorizarnos nos vayamos metiendo en el cuento del Socialismo del siglo XXI.

En ciertas partes muy específicas del país el invierno ha hecho estragos, no lo podemos negar. Pero esta circunstancia fue aprovechada por el alto gobierno y desempolvó una ley del año 2012, la Ley 1523 y allí se autoriza decretar el desastre nacional por causa del invierno específicamente.

Debemos recordar que esa ley se expidió en el primer gobierno de Juan Manuel Santos. Pero por qué está generando tanto recelos en columnistas y opinadores de la actualidad nacional? Para una respuesta de Perogrullo digamos que porque la va aplicar un presidente primero de izquierda y no de la tradición centenaria de antaño y segundo porque dicha ley tiene unas autorizaciones, que hoy si se santiguan los que la aprobaron por todo lo ordenado allí.

Lo primero que aborda son los traslados presupuestales que puede hacer el ejecutivo sin necesidad de ir al congreso; puede hacer contratos sin engorrosos trámites; acudir a empréstitos sin límite de cuantía; puede además ocupar, adquirir, demoler y expropiar inmuebles por vía administrativa; decretar la moratoria o refinanciación de deudas, suspender juicios ejecutivos y otorgar créditos para afectados. Fuera de todo lo anterior la ley además autoriza al presidente para reubicar asentamientos y a intervenir en la solución de conflictos.

Este coctel de autorizaciones mirado con una óptica imparcial no debe causar ningún escozor, pero por la forma como se ha venido desarrollando el gobierno del presidente Petro se han ido prendiendo las alertas. Para ponerle la cereza al pastel, el presidente en esta emergencia invernal ya habló de ollas comunitarias para la alimentación de damnificados y que le situaría recursos a los alcaldes municipales para lo de su competencia.

Ese término de “Olla Comunitaria”, usado por el presidente nos ha hecho pensar y cavilar más de la cuenta.

Para nadie es un secreto que en ciertas regiones la situación es difícil y complicada, pero decirnos que estamos frente a una hecatombe por el invierno, esa no es la sensación que se siente en toda la sociedad.

Esperemos que el uso de dicha ley sólo sirva para remediar la situación de los damnificados.

* Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.

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