Pasa desapercibido en el discurso político para el ciudadano, el significado de muchas palabras y a su vez el efecto que a futuro ellas puedan tener en la dinámica del Estado.
Hoy en día dos palabras son claves para entender las intenciones en el escenario político; una es la igualdad, palabra muy frecuente en el discurso del pensamiento de izquierda, ya que llama fácilmente la atención del elector por ser sencilla de asimilar, pero muy compleja de comprender como pretensión política; la otra palabra es la equidad, base fundamental del pensamiento de derecha, aunque tiene un efecto en las políticas gubernamentales contrario a la igualdad, el ciudadano las confunde entre sí, o por lo menos se le hace más difícil de entenderla.
Vamos a presentar algunos términos y ejemplos sencillos de asimilar, para identificar la enorme diferencia que existe entre un país igualitario y un país equitativo.
Uno de los países más igualitarios del mundo es Cuba, donde el 95% de su población vive en sorprendentes condiciones de igualdad, todos en su inmensa mayoría son igualmente pobres; lo anterior nos puede ilustrar lo que significa cuando nos proponen la igualdad, como modelo económico.
En el otro extremo tendríamos a los Estados Unidos; país que estaría entre los Países más desiguales del mundo, al tener unos ciudadanos multimillonarios y otros en la extrema pobreza, pero el porcentaje de su población en condiciones de pobreza es muy bajo, encontrándonos que el promedio de la población tiene niveles de vida dignos; es decir que la equidad en términos económicos, es quién dinamiza la economía empresarial, familiar y personal; en otras palabras, quien más se prepara, se capacita, arriesga, trabaja y emprende, puede tener mayores oportunidades de crecimiento económico.
En mi opinión queda descartada la supuesta lógica de igualdad que venden los líderes de izquierda; lógica que pretende hacer creer al ciudadano que todos seremos iguales en riqueza o comodidades; solo el sentido común, acompañado de la realidad que viven muchos países bajo un modelo socialista, sería motivo suficiente para preocuparnos cuando nos hablen de acciones como crear el ministerio de la igualdad, o leyes seguidas de políticas públicas que pretendan igualarnos en aspectos económicos; o cómo explicar que las personas expongan sus vidas para huir de los paraísos de igualdad que brindan estos gobiernos, para intentar llegar a los modelos de desigualdad que brindan los países capitalistas.
La única forma de promover en economía la igualdad, es bajo niveles de pobreza; es por esto que se deben prender las alarmas, cuando le hablen en un discurso político de igualdad.
Es cierto que, en un modelo basado en la equidad, se presentan fallas; pero nuestro esfuerzo debe enfocarse en mejorar y no en cambiar de modelo.
Tengamos muy presente el significado de estas palabras en un discurso político.
Equidad: cualidad que consiste en dar a cada uno lo que se merece, en función de sus méritos o condiciones.
Igualdad: condición o circunstancia de tener una misma cantidad, calidad, valor o forma.
En conclusión, la igualdad se presenta a través del intervencionismo del Estado y la equidad a través del libre mercado.
Igualdad = Pobreza
Equidad = Oportunidades
De antemano descartamos en esta columna, la lógica de la igualdad, en términos jurídicos.
Nuestro movimiento +fe, que presentará candidato por firmas para la alcaldía de Manizales, entiende la importancia de respaldar decididamente al industrial, empresario, comerciante y emprendedor; que son las fuentes reales generadoras de empleo, quienes encuban las oportunidades dinamizadoras de la economía.
Jorge Alberto Betancurt Raigoza – Exconcejal de Manizales y coordinador del movimiento ciudadano +fe.
