El panorama para todos los gobiernos socialistas de esta parte de Suramérica ha recibido una excelente noticia para ellos, como es el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, quien ganó apretadamente con un 50.9% del electorado. Ha sido una de las presidencias más disputadas en los últimos tiempos.
El presidente Bolsonaro guardó silencio hasta el día Martes en donde palabras más, palabras menos aceptó su derrota y respetando el estado de derecho.
El triunfo de Lula da Silva opacará el liderato de nuestro presidente a nivel continental. A pesar que se dice que los dos cultivan una larga y poderosa amistad del pasado, debemos ubicarnos en el contexto geográfico y mirar que Brasil es una potencia mundial tanto por el número de habitantes como por su producto interno bruto.
No podemos dejar a un lado que Brasil es un integrante del grupo de los BRICS, que está conformado por Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica; reclaman a los países desarrollados por una mayor representación en los organismos multilaterales, ii) la democratización de espacios políticos internacionales (G7 y Naciones Unidas) y iii) generando iniciativas conjuntas, incrementando la cooperación. Aquí vemos como varios puntos esbozados por el presidente Petro encajan de maravilla en este grupo y además buscan enfrentar la influencia internacional de Estados Unidos.
El presidente Lula es un político curtido a lo largo de su carrera, tuvo una vida con muchas penurias económicas, sin dejar de lado hasta la cárcel, pero llega ahora a un país polarizado y no con recursos abundantes como en su anterior presidencia.
Este socialismo del siglo XXI vuelve y toma fuerza electoral en el continente y si lo observamos detenidamente sólo queda por fuera de la influencia de ellos el Ecuador de Correa y el Paraguay. Ojalá todas las promesas que nos han hecho las cumplan.
Nuestro panorama económico colombiano está muy desolador. El dólar ya llegó a los cinco mil pesos, los capitales de inversionistas extranjeros están en alerta y casi creo que van de salida y esa forma de espantar a los inversionistas de hidrocarburos para la exploración, creemos no se va a poder realizar todas las promesas sociales que se hicieron en campaña y se tendrá una frustración más. No se nos olvide que uno es el candidato en campaña y otro muy diferente es el candidato cuando ya está gobernando. La esperanza es lo que nos queda.
* Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.
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