Opinion

ÉPOCA DE CAMALEONES

EDITORIAL

Transcurridas dos semanas de la elección de Gustavo Petro como nuevo presidente de los colombianos, la cosa política empieza a dar un giro que hasta hace muy poco tiempo era impensable.

La conformación de un nuevo ordenamiento político en el que se reagruparan las fuerzas electorales y el país se moviera entre las ideologías de derecha e izquierda, lo que de cierta forma significaría madurez de nuestra democracia, parece que no se va a dar. Si bien Gustavo Petro era quien encarnaba la izquierda colombiana, está terminando por rodearse de la clase política tradicional que tanto mal le ha hecho al país y a las regiones. De ahí la inconformidad de dirigentes como Gustavo Bolívar quien sobre el tema afirmó «Cuando llegas al poder, los corruptos se acercan y se hacen amigos para neutralizarte».

Aquí no se sabe quién es más sinvergüenza, si Gustavo Petro por aceptar a todos esos politiqueros tradicionales, o ellos por buscar su ropaje sin ningún pudor cuando toda la vida lo persiguieron y atacaron.

Entonces cuál va a ser la diferencia del próximo gobierno con los anteriores ? Aunque estos políticos tradicionales saben que difícilmente los nombrarán ministros, superintendentes, gerentes o directores, se tragarán ese sapo porque lo que les interesa es la burocracia nacional en las regiones.

Las fotografías con Gustavo Petro se desvalorizaron. Por su improvisada oficina del norte de Bogotá en estas dos semanas ha pasado don Raimundo y todo el mundo, un desfile de políticos quienes se sacan la foto con el presidente electo y la riegan a través de las redes sociales. La exclusividad se acabó.

Aunque no compartimos el método inquisidor y de presión del saliente presidente del partido conservador, Omar Yepes Alzate, para lograr que los godos de a pie acataran sus caprichos en materia de candidaturas presidenciales, es el único que ha tenido dignidad al mantener su posición férrea a los principios de su colectividad que indican que su ideología es de derecha y por lo tanto ante la derrota en las urnas, no pueden hacer parte de un gobierno al que controvirtieron en la plaza pública.

Con el nombramiento de los ministros de relaciones exteriores y de hacienda con nombres que le dieran tranquilidad tanto a la comunidad internacional como a los mercados, era suficiente. Estos dos nombres, aunque han estado en el panorama político nacional durante décadas, son de lo poco rescatable y gozan del respeto y la credibilidad de todos. No existen más razones Petro para que siga aceptando tanto político desgastado ante la opinión pública.

Estos politiqueros tradicionales están aplicando la famosa estrategia: “con cara gano yo y con sello pierde usted”. En campaña estuvieron en contra de Petro y después del 19 de junio se le acercan para buscar su favor político. Esto no puede ser así. Se acogen a la teoría que la política es dinámica, interpretan el momento y se acomodan. Miremos el historial de cada uno de ellos y a cuántos partidos y organizaciones diferentes han pertenecido.

Los camaleones son reptiles con habilidad para cambiar de color según las circunstancias. Tienen una lengua rápida y alargadas y sus ojos los mueven independientemente uno del otro. Es la mejor descripción de los políticos tradicionales que ahora están rodeando a Petro.

La oposición es necesaria en las democracias fuertes. Ella evita los desafueros y abusos del poder. Con todos comiendo del mismo plato es muy difícil que se de el cambio que el 70 por ciento de los colombianos anhela.

Manizales 03 julio 2022.

@tintiando

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